April 24, 2024

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TITULARES
AGRICULTURA

‘Esfuerzo y dedicación’, bueyes y caballos: las ‘soluciones’ de Machado Ventura para la agricultura cubana

DDC | La Habana
El Gobierno expresa preocupación por la calidad de las hojas de tabaco, mientras los campesinos se quejan de los pagos insuficientes que reciben..

SALUD

Zimbabue contrata médicos cubanos y chinos en coincidencia con el despido de locales

DDC | Madrid
El Gobierno del país africano rechaza que ambos hechos estén relacionados.

DERECHOS HUMANOS

‘La casa no es un calabozo’: Nancy Alfaya bajo ‘arresto domiciliar’

DDC | La Habana
Mara Tekach, encargada de negocios de EEUU en La Habana, la visita en su vivienda.

ARTES VISUALES

Coco Fusco lleva al Tate Modern la tensión histórica entre literatura y política en Cuba

DDC | Madrid
Lo hace a través de filmes sobre el caso Padilla y Reinaldo Arenas.

Los economistas socialistas cubanos llevan tiempo debatiendo sobre cuál debiera ser el “modelo” económico que mejor respondería a un programa de “actualización” en el país. El ámbito del debate es un sitio digital, El Estado Como Tal, cuyo ponente principal es el economista Pedro Monreal.

En general, el debate se basa en al menos dos premisas básicas enmarcadas en un contexto marxista ortodoxo. Una de ellas es que la búsqueda de soluciones esté condicionada por el predominio de un régimen de propiedad social de los medios de producción. La otra es que la economía esté sujeta a una planificación, aunque no excesivamente centralizada.

En mi opinión, un modelo sujeto a estas restricciones mantendría a la economía cubana en un estado de estancamiento permanente y, por ende, dependiente de subsidios de otros países y de fuentes externas, como ha sido desde la década de los 60. Esta situación, insostenible en el largo plazo, coloca a Cuba en una posición estratégicamente precaria y contradice las declaraciones oficiales a favor de la soberanía nacional.

La crisis crónica de la economía cubana se debe a tres causas principales: a) la dependencia predominante o única de un régimen basado en un concepto ambiguo de la propiedad social de los medios de producción; b) la pésima gestión administrativa (management) de las empresas estatales y c) la imposibilidad logística y cibernética de que un sistema de planificación central logre controlar los millones de enlaces que componen las cadenas de valor (insumo-producto) y redes neurales de una economía.

Los ciudadanos, en el centro del tejido empresarial

Independientemente de qué se entiende por propiedad social (estatal, cooperativa o corporativa), el debate excluye toda consideración sobre el valor social y la importancia crítica de las diversas formas en que la iniciativa individual de los que trabajan en las empresas, estatales o no, pudiera contribuir a los procesos productivos del país. Eso se debe a una profunda incomprensión de cómo una sociedad construye y maneja una economía eficaz y eficiente para producir lo que necesita, subsistir y desarrollarse por sí sola. Examinada en detalle, esa incomprensión tiene su raíz en la falta de conocimientos y experiencia sobre cómo deben operar las empresas, sus trabajadores y sus directivos para producir eficientemente lo que el país demanda de ellas. Tal incomprensión nace también de la creencia implícita de que las empresas, sus trabajadores y los gerentes pueden funcionar como autómatas, siguiendo ciegamente directivas emanadas “desde arriba”.

En una economía moderna toda empresa es resultado de un proceso conducido por seres humanos con responsabilidad; los ciudadanos que la hacen funcionar representan una simple pero vital célula del enorme conjunto de órganos y tejidos que constituyen una economía, por tanto, necesitan ciertos grados de autonomía y flexibilidad para coordinar exitosamente las funciones que convergen en el producto deseado, tanto en cantidad como en calidad.

Quienes traten de manejar la empresa por control remoto, o como si fuese un teatro de marionetas —tal y como es la visión burocrática y arcaica de la planificación central—, lograrán no solo obstaculizar su función, sino hacerla insostenible.  Y lo que es peor, a la larga impedirán lo que en buena nomenclatura marxista se denomina su “reproducción simple”, lo cual contradice el desarrollo de “las fuerzas productivas” como resultado de unas “nuevas relaciones sociales de producción”. Esto es precisamente lo que explica la crisis de la economía cubana, lo que he venido llamando el bloqueo interno a la economía, que de hecho es más restrictivo que el embargo norteamericano a la economía estatal. Hasta me atrevo a afirmar que de levantarse este último, la economía cubana actual no estaría en condiciones de aprovechar las nuevas oportunidades.

De una economía rígida a una flexible

Hay otras consideraciones importantes sobre cómo puede llegar a funcionar una empresa cuando existe cierta autonomía en las iniciativas individuales.

Cuando se trata de descubrir y desarrollar nuevas técnicas y conceptos tecnológicos, nuevos sistemas de administración o productos, ninguna iniciativa tiene su éxito garantizado. Casi todo progreso empresarial es resultado de un largo y arduo proceso de prueba y error, una búsqueda incesante de un nuevo producto, o de lo que funciona mejor, de lo que se puede hacer con más eficiencia, con menos recursos. Todo proceso productivo fue en algún momento resultado de una búsqueda y de la inversión de un volumen de esfuerzo y de recursos materiales y financieros que corrieron el riesgo de perderse en caso de no tener éxito. En esta situación el fracaso, esa parte del ciclo de prueba y error, es una fuente de conocimiento. Cuando hay autonomía o libertad de gestión, el fracaso es privado y las pérdidas también pueden serlo. De hecho, se puede decir que el éxito depende de que haya libertad para fracasar. Y la mayoría de las veces al éxito se llega fracasando consecutivamente, pero aprendiendo y reponiéndose de cada intento.

Este mecanismo de desarrollo empresarial es el motor que explica el poderoso desarrollo de las economías más pujantes, lo que se logra cuando se opera con cierta autonomía. Lo interesante del mecanismo es que el fracaso es privado, no como sucede con grandes proyectos donde su concepción centralizada lleva con frecuencia a pérdidas económicas que por no ser privadas acaban socializándose, como las del plan de industrialización de los 60, la zafra de los diez millones de toneladas o el cordón agropecuario de La Habana. Una buena empresa o una buena gestión administrativa debe ser capaz de individualizar el fracaso y socializar el éxito.

La humanidad ha aprendido a producir en gran escala por medio de dos grandes inventos económicos y sociales: la empresa y el dinero. Así, una economía tiene que crear las condiciones en que esa minúscula célula productora pueda operar en un ambiente propicio y multiplicarse y prosperar. Para mejorar la economía cubana ya existen ciertas condiciones, pero no son suficientes. Debemos tener en cuenta que a pesar de los cambios transformativos que se implementaron en Cuba durante la década del 60, hubo dos condiciones que se mantuvieron intactas: la estructura de la división social del trabajo, y el uso del dinero como medio de pago e intercambio. Esto significa que la economía cubana depende del intercambio de bienes y servicios. Por eso, aunque suene sorprendente, se puede decir en rigor que la economía cubana nunca dejó de ser una de mercado.

Solo que no una de mercados flexibles, libres y dinámicos. La economía cubana actual es tan rígida que cualquier alteración inesperada la quiebra y la paraliza, resulta incapaz de adaptarse a las condiciones cambiantes de una sociedad moderna.

La abrumadora evidencia acumulada durante casi seis décadas indica que la empresa estatal guiada centralmente por un plan desconectado de lo que la sociedad desea es un anacronismo que debe superarse, sustituyéndolo por un diseño empresarial que permita liberar las fuerzas productivas del país. Cualquier esfuerzo serio de actualización de la maltrecha e inoperante  economía cubana debe tener como pivote conceptual y operativo a la empresa y el conjunto de sus conexiones con las demás empresas que componen el sistema productivo de la sociedad y su economía. Por supuesto, la reconceptualización de la empresa deberá complementarse con otras reconceptualizaciones, pero hay que empezar por algún punto estratégicamente conveniente y avanzar desde ahí.

ECONOMÍA

El Banco Central de Cuba anuncia otro experimento que apunta al debilitamiento del CUC

DDC | La Habana

El Banco Central de Cuba ha anunciado que comenzará “de forma experimental la implementación de los cambios en pesos cubanos (CUP)” en la red de comercio minorista.

Según la entidad financiera esto forma parte “de las medidas de ordenamiento monetario que se están instrumentando en el país”.

La prensa oficial ha traducido el anuncio como el inicio “de manera experimental del comercio minorista exclusivamente en CUP”.

Se trata de otro paso que parece encaminado al debilitamiento del peso convertible (CUC), junto a la reciente apertura de decenas de tiendas que solo aceptan pagos en divisas extranjeras.

El Banco Central justifica la medida diciendo que, “desde el año 2014, durante el proceso de aceptación de la moneda nacional (CUP) en el comercio minorista que opera en pesos convertibles (CUC), la población ha estado trasladando criterios de que los cambios (vueltos) se efectuaran en esa moneda (CUP)”.

Al parecer, el Banco se refiere a las quejas de los cubanos por los vueltos en CUP —incluso cuando han pagado sus compras en pesos convertibles—, que por lo general se redondean en perjuicio del cliente.

No explica por qué tardó cinco años en escuchar ese reclamo.

La entidad financiera detalla que, para el experimento, han sido elegidas dos unidades comerciales de las cadenas estatales Tiendas Panamericanas (Centro Comercial Almendares, en 41 y 42), y Tiendas Caribe (Centro Comercial de 5ta y 42). Ambos establecimientos están ubicados en el municipio Playa.

“A partir de los resultados alcanzados y su efectividad durante el desarrollo del experimento, se evaluará su extensión progresiva a otros establecimientos comerciales en La Habana y el resto de las provincias”, avisa el Banco Central.

ECONOMÍA

No hay café en Cuba y no habrá en los próximos días

DDC | La Habana

Los cubanos tienen en desde hace semanas problemas para conseguir café, uno de los productos más consumidos en la Isla. Y por el momento no habrá alivio.

Según el Gobierno, la distribución seguirá retrasándose “debido a atrasos productivos de la industria”, informa la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).

Francisco Silva Herrera, director general de Venta de Mercancías del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), dijo que “se prevé completar la producción el 5 de diciembre a causa del arribo tardío del envase, y posteriormente, en alrededor de una semana, debe concluir la distribución a la red minorista”.

Silva Herrera aseguró que este “será un proceso gradual y representará una afectación inferior a la del mes de noviembre”, cuando la entrega a los mercados mayoristas concluyó en el entorno del día 15, y la distribución entre el 23 y el 24, indicó la ACN.

El funcionario dijo que, en aras de buscar alternativas, en algunos territorios se han empleado otros envases que en la producción tienen menos rendimiento.

Silva Herrera dijo que el ministerio priorizará el café que se distribuye a través de la libreta de racionamiento y el dirigido al consumo social.

Agregó que ya se reinició la producción del café que se comercializa en las cadenas de tiendas en divisas, también desaparecido en las últimas semanas.

El funcionario afirmó que para enero se espera una situación más favorable.

El desabastecimiento de café, un producto de alto consumo, ha creado malestar entre los cubanos y problemas a los negocios privados como cafeterías y restaurantes.

COMERCIO

Anaqueles vacíos y racionamiento: Cuatro Caminos 15 días después de su apertura

WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana

De la “Batalla de Cuatro Caminos“, como bautizaron los usuarios de las redes sociales las grandes aglomeraciones y hechos vandálicos ocurridos el pasado 16 de noviembre, día de la inauguración del establecimiento convertido en centro comercial, solo queda el recuerdo.

También son solo un recuerdo las imágenes de anaqueles llenos que difundieron los medios oficiales durante los preparativos para la apertura.

Como esperaban los cubanos que se lanzaron en busca de productos el primer día, dos semanas después el desabastecimiento y el racionamiento son la marca de varias áreas de este gran centro de la corporación CIMEX, propiedad de los militares.

Ambos son palpables en los departamentos de electrodomésticos, ferretería y cárnicos.

Con la excepción de la tienda de alimentos, las largas colas han desaparecido y la presencia policial también ha disminuido en la manzana donde se ubica el mercado.

Por un altoparlante se le recuerda a los que deseen comprar algún producto de ferretería, ya sea un inodoro o cualquier otro de alta demanda, que solo se venderá una o dos unidades por persona. Lo mismo en la sección de alimentos.

“Vine el primer día y, debido a la molotera, me fue imposible entrar. Andaba en busca de un espejo que vi desde lejos, pero ahora que vuelvo ya no quedan. Tampoco hay soportes ni para TV ni para ningún tipo de electrodomésticos. Nada de lo que venía buscando lo encontré”, se lamenta Fabián Salgado.

“En la sección de cárnicos se repite lo mismo en todas las mesas: masa de chorizo, ternilla de res y butifarra a unos precios que muy pocos pueden pagar, por eso ves que ni hay ni cola para comprar”, apunta Olga Rizo, otra cliente decepcionada.

“Se sabía que la furia iba a pasar y Cuatro Caminos sería más de lo mismo”, añade.

Este sábado, dos de las cafeterías del mercado solo ofertaban un tipo de refresco gaseado, agua y pan con salchichas. A esto se sumaba la suciedad de un lugar que lleva tan pocos días en funcionamiento.

“Queríamos comprar malta y unos dulces, pero en estas cafeterías no hay nada de eso, ni siquiera tienen asientos como otras que hay en el segundo piso. Los que despachan son muy lentos. No sé por qué no le dieron estos espacios a un privado, que lo haría mucho mejor, con un mejor servicio”, criticó Rolando Torres, que hacía estancia en una de las cafeterías cercanas a la calle.

De igual manera, en la sección de frutas y vegetales del mercado es notable la ausencia de muchos productos como la zanahoria, el tomate, la lechuga. También en esta sección las largas colas desaparecieron.

Debido a la desorganización y al vandalismo ocurridos el día de la reapertura del llamado Mercado Único de La Habana, tras cuatro años de reparación para convertirlo en un gran centro comercial, la prensa oficial publicó que el monto total de los daños ascendió a unos 7.000 dólares.

Sin embargo, no es de conocimiento público cuánto han recaudado por las ventas desde la apertura hasta la fecha.