April 19, 2024

Despedida final al 2019, “el año de la muela”

Despedida final al 2019, “el año de la muela”

El 2019 fue un año de constantes reuniones para todo, a los niveles más altos del Estado y el Gobierno, de visitas a las provincias y de mucho “bla, bla, bla”, pero sin resultados

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Miguel Díaz-Canel en la Mesa Redonda (Foto: Estudios Revolución)

LA HABANA, Cuba. – Una de las acepciones de la palabra “muela” es: “Cada uno de los dientes posteriores a los caninos y que sirven para moler o triturar los alimentos”. Pero, como el cubano es tan creativo, cuando las personas hablan mucho y lo que dicen no tiene sentido, a eso se le llama “dar muela”. Incluso han encontrado un sustantivo para ello: “muelero”; que es de forma precisa por lo que se ha caracterizado el régimen. En particular se ha ido incrementando después de la toma de posesión -en abril de 2018- de Miguel Díaz-Canel como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

El 2019 fue un año de constantes reuniones para todo, a los niveles más altos del Estado y el Gobierno, de visitas a las provincias y de mucho “bla, bla, bla”, pero sin resultados reales que se manifiesten en la sociedad.

Para seguir en lo mismo, se ha establecido por la dictadura un orden de prioridades para el año 2020, en el que para nada se ven las necesidades de la sociedad, solo está latente el mantenimiento del poder a toda costa, sin tener en cuenta los problemas del pueblo y la exigencia de que sean solucionados de inmediato. ¿A quién le interesa la batalla ideológica, la defensa del país, el ejercicio legislativo iniciado para apoyar la Constitución de la República y la batalla económica? En lo que piensa la mayoría de las personas es en qué va a poner en la mesa para comer; en la medicina que le hace falta al niño(a) de la casa o al abuelo(a), entre otros muchos problemas personales y familiares que tenemos los que vivimos en este archipiélago.

Si usted presta atención al discurso de cualquiera de los dirigentes de la “Revolución”, se percatará que cada vez que se habla de cosas sensibles para la sociedad que no se solucionan, se hace una probanza de la inocencia del régimen para resolverlo, a lo que se añade la bondad que reina para que en un futuro –que nunca se aclara cuándo es- quede todo remediado. Es como si se santificaran y se hicieran justos.

Sin lugar a dudas, se puede afirmar que se piensa más en la política que en la forma de permitir que los trabajadores por cuenta propia comiencen negocios que ayuden al desarrollo económico, ya que el Estado, declarado ineficiente, no resuelve las crecientes demandas materiales y espirituales que tiene la población; por el contrario lo que hace es frenar la posibilidad de desarrollar y emprender de todos los cubanos, incluyendo los que están en la diáspora.

Entonces ¿qué fuerzas productivas van a desatar? Lo único que funciona con iniciativa y eficiencia es el sector privado. Se han pasado 60 años diciendo lo mismo: “Hay que destrabar la economía”, pero no han logrado hacerlo.

Uno de los aspectos más importantes es el ritmo de crecimiento de las inversiones, algo que no permite que progrese Cuba y se desarrolle, porque hay una mala utilización de los recursos en general, incluyendo los financieros. No se puede aspirar a tener crecimiento económico si no hay una fuente eficiente de aumento del capital que se utiliza para las inversiones y sobre todo si no hay una correspondencia con los rendimientos que deja este esfuerzo. Hay que recordar que existen varias inversiones importantes en Cuba, a las que no se le ha podido sacar el provecho que se pensó durante los análisis de factibilidad, los que regularmente son muy malos.

Practican tan poco la ética, que después de más de 8 años experimentando en las provincias de Artemisa y Mayabeque, ahora reconocen que no se han conseguido los resultados previstos para poder implantar un nuevo modelo de funcionamiento, estructura y composición de las administraciones provinciales y municipales con mayor racionalidad, integralidad y alcance.

Entonces no hay vergüenza para decir que desde 2011 hasta la fecha se ha perdido todo este tiempo y para generalizar al resto de Cuba, el sistema que se ha estado experimentando en estas provincias, tienen que modificarlo y adecuarlo.

Pero… ¿dónde quedaron los trabajadores y su descontento con los salarios y las facilidades para el desempeño de sus tareas? Son temas que no pueden tocarse porque afectarían las decisiones políticas del país.

En estos momentos el Estado tiene alrededor del 66% de los trabajadores ocupados en la economía y aunque se habla de no permitir la privatización, cada vez son más las personas que quieren desvincularse del empleo estatal.

Lo que hace falta son respuestas concretas, sobran las justificaciones a las que tienen a este pueblo acostumbrado, entre ellas a decir que hay cada año incremento del Producto Interno Bruto (PIB) que nadie se siente en el bolsillo y la peor de todas echarle la culpa al imperialismo y al bloqueo, en vez de admitir de una vez y por todas que el sistema no funciona.

Es hora de que dejen la muela que les ha permitido vivir bien tantos años, porque están más que advertidos que el pueblo en cualquier momento les da una respuesta.

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ACERCA DEL AUTOR

Martha Beatriz Roque Cabello

Martha Beatriz Roque Cabello

Martha Beatriz Roque Cabello Nació en La Habana, el 16 de mayo de 1945, hija de un matrimonio de inmigrantes canarios, que tuvieron 6 hijos, dos varones y cuatro hembras, ella era la hija menor. Estudió Licenciatura en Economía en la Universidad de La Habana, se graduó con honores y se quedó como profesora de la asignatura Estadística Matemática. En 1989 ingresa en la oposición, fundando el Instituto Cubano de Economistas Independientes. Posteriormente, forma parte del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, que fue llevado a prisión en el año 1997, por escribir La Patria es de Todos. En 2003 retorna a prisión como parte del Grupo de los 75, la única mujer. Una vez en licencia extrapenal organiza la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, que tuvo dos días de trabajo público en Río Verde, Boyeros, La Habana. Actualmente mantiene su línea de trabajo con la población a través de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios.