December 20, 2024

ALIMENTACIÓN El costo de la vida ha subido tanto en Cuba que ha perdido sentido hablar de los salarios

ALIMENTACIÓN

El costo de la vida ha subido tanto en Cuba que ha perdido sentido hablar de los salarios

OSMEL RAMÍREZ ÁLVAREZ | Holguín

En estos tiempos del Covid-19 los cubanos hemos tenido que lidiar además con una crisis económica sin precedentes en más de dos décadas. Y las medidas de cuarentena social, junto al incremento de acciones represivas y punitivas del Gobierno contra el pueblo (especialmente contra los emprendedores privados), hacen aún más grave la situación.

“El mes pasado hubo un día en que compré una libra de arroz en 30 pesos, más de ocho veces el precio, para que mi familia pudiera comer”, cuenta con inconformidad Jánner, un cuentapropista mayaricero que estuvo cesado por las medidas de restricción del Covid-19.

“Esta pandemia lo que ha traído es más desgracia. No me contagié, es verdad, pero me jodió igual o peor que si me hubiera enfermado. Me quedé sin trabajo como cochero y pasé dos meses sin ganar nada; y tengo mujer y dos hijos que mantener. No hallaba qué vender para sostenerme y todo desaparecido y subiendo de precio en la calle. Ahora empecé a trabajar pero lo que aparece es por las nubes ¿Adónde vamos a parar?”, pregunta desesperado.

“Es verdad que pusieron mensajeros para traernos todo lo que venden en la bodega hasta la casa. ¿Pero qué nos venden? Casi nada”, comenta Leovigildo, quien está jubilado. “Apenas alcanza para resolver 15 días ahorrando mucho”.

“Al principio, como sucede siempre, trajeron galletas o dulces un par de veces. Luego todo desapareció y lo poco que aparece es en la calle, carísimo. Ya era difícil con la pensión comprar las cosas al precio tan caro de los productos liberados por el Estado, dígame usted a sobreprecio.”

“Un litro de aceite, si aparece, en la calle es en 100 pesos o más, al doble o al triple; y un tubo de pasta dental en 30 pesos, casi cuatro veces lo que cuestan. Hay gente que ha pagado la carne y el arroz a 50 pesos, ¿pero yo de dónde? Lo que gano es una miseria, no llega a 500 pesos y también tengo que comprar medicamentos para mí y mi esposa. Por suerte consigo viandas con un hermano, que también está carísima y perdida. Esto está muy feo”, concluye.

Y es exactamente así, en la calle todo sube como consecuencia de la escasez que sufre el país debido a la crisis de desabastecimiento. Un fenómeno que, si bien es endémico del sistema disfuncional impuesto por el Partido Comunista desde 1959, se ha visto agravado hasta niveles críticos en años recientes. Y tiene su colofón ahora en medio de la situación epidemiológica producida por el nuevo coronavirus.

Hay escasez de pollo, carne de cerdo, productos del aseo, arroz, frijoles. Son permanentes los testimonios que al respecto se publican en las redes sociales y también por la prensa independiente, que evidencian la magnitud de la crisis.

Y en esta ocasión ni siquiera el mercado negro es una opción segura, pues también ha sido diezmado por la escasez, así como por la arremetida estatal contra los delitos de los que generalmente se nutre.

En este escenario, los precios se disparan dos o tres veces. Y hay casos en que hasta cinco veces con relación a los oficiales. Quedando postergado por necesidades de supervivencia el hecho de que el salario no alcanzaba o que los precios oficiales no son equiparados a dichos salarios. Un debate que parecería inútil, pero que la gente no olvida.

“Nadie habla del salario. Todo se pone cada vez más caro y no se sabe cómo vamos a sobrevivir”, comenta Ismael, un joven soldador y padre de familia. “Acabo de darle la vuelta a la ciudad [Mayarí]: fui a todas las shopping, al Mercado Ideal, al Mercado Agropecuario, a la galletera, a la dulcería, a todos los establecimientos de gastronomía, a todos lados, y no hallé nada qué comprar para llevar para la casa.”

“Yo me defiendo con mi trabajo por cuenta propia, pero solo puedo hacer algo cuando el cliente me lleva las varillas de soldar, porque hace tiempo que no venden en ningún lado. Y ni siquiera es el dinero lo que más preocupa, porque aunque lo tengas no hay nada qué comprar”, continúa.

“Tengo tres niños ahora en vacaciones por cuarentena y todo el tiempo piden meriendas y no hay nada que darles. Este país no sirve para nada, aquí no hay vida para nadie: no hay nada de nada, se gana una miseria y te hace falta un millón de pesos para vivir”, añade.

En efecto, nadie menciona el asunto: ni el Gobierno ni los economistas, nadie toca el tema. Pero el costo de la vida en Cuba al menos se ha duplicado en los últimos meses, disminuyendo aún más la calidad de vida de nuestro pueblo.