Dos asesinatos policiales en las últimas semanas y una cantidad creciente de episodios de violencia por parte de las fuerzas del orden: el aparato represivo del régimen trabaja a toda máquina. A las fuerzas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) se suma el despliegue de Tropas Especiales y la omnipresente policía política.
¿Qué está provocando este nerviosismo oficial, esta respuesta tan desproporcionada en tantos casos? No se trata, como podría pensarse, del combate contra el coronavirus. El coronavirus no es más que un pretexto. La lucha contra la pandemia sirve como escenario de un simulacro de combate. Las fuerzas policiales han sido desplegadas en medio de la alarma epidemiológica para lo que vendrá después.
Los altos mandos del Ejército y del Partido no encuentran salida al hundimiento económico del país y, puesto que vendrá un redoblamiento de la crisis, las consecuencias en la población son difíciles de pronosticar. La actual aplicación de violencia, tan recurrente que tiene que haber sido ordenada desde arriba, es una operación preventiva. La policía se crece hasta el asesinato con el fin de desaconsejar toda venidera respuesta popular.
El Estado deja claro que tiene el monopolio de la violencia. No es casualidad que varios de estos episodios represivos hayan sucedido en colas por comida. Se juntan para esos episodios, por una parte, la profunda ineficacia de la economía centralizada y, por otra, la pericia para aplastar cualquier asomo de rebeldía. El régimen es y ha sido más ducho en esto último: obtiene mejores resultados de la represión que de la producción de bienes.
En vista de sus más recientes decisiones económicas, el desabastecimiento y las colas no harán más que crecer en Cuba. Y, si en proporción a esto, aumentan los gestos de protesta popular, es deducible que la violencia policial también crecerá. Frente a esa violencia hay, sin embargo, alguna señal esperanzadora: en Cuba la gente protesta cada vez más por los abusos de autoridad que ocurren ante sus ojos. De manera que podrían ocurrir, no solamente protestas por la falta de alimentos, sino en respuesta a posibles cargas policiales. |
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