El Consulado de Estados Unidos en Matamoros negó este lunes la visa médica al opositor cubano Ramón Arboláez Abreu, gravemente enfermo de cáncer y varado en México con su familia.
Arboláez dijo a DIARIO DE CUBA que la visa le fue denegada sin derecho a apelación. Según el opositor, las autoridades consulares estadounidenses argumentaron que no cumple los requisitos por no tener propiedades ni bienes que aseguren su regreso.
Entretanto, la salud del opositor, con un cáncer de lengua que ya ha comprometido su mandíbula, ha continuado empeorando. Su hija Melany, de 12 años de edad, decidió enviar un mensaje el domingo a la hermana Catalina, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, porque su padre llevaba “dos días vomitando sangre”.
La familia había gastado el poco dinero que le quedaba de los donativos recibidos para pagar los 160 dólares por persona de los visados estadounidenses.
La hermana Catalina Carmona Librado recogió a la familia de las calles de Reynosa, la llevó a un hotel y le paga ese hospedaje. Este domingo llevó al opositor al médico en medio de un fuerte ataque de vómitos con sangre. Arboláez recibió un suero con calmantes y vitaminas.
El opositor describe a Catalina como una de esas personas llenas de bondad, que buscan calmar el dolor de los emigrantes en Reynosa.
Un refugio para los emigrantes
La congregación tiene un refugio para los emigrantes en la ciudad fronteriza que subsistía de la caridad, pero ante la pandemia de Covid-19 tuvo que cerrarlo.
“Ella hace milagros con el poco dinero con que cuenta. Nos brindó techo por unos días, eso ya es ganancia para nosotros”, dijo Arboláez.
Además de atención médica para el opositor, la religiosa ha proporcionado a él, su esposa y sus dos hijos alimentación y consuelo.
DIARIO DE CUBA pudo comunicarse con la hermana Catalina, quien junto a otras tres Hijas de la Caridad atienden a alrededor de 15.000 migrantes por año en los refugios de Reynosa, en la frontera con Estados Unidos, y Palenque, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala.
Aunque socorren en lo material a cerca de 1.100 emigrantes por mes, según las Hijas de la Caridad, su función principal es “devolverles la esperanza, porque llegan agobiados, enfermos y muchos han sufrido vejámenes en su recorrido. Han vendido todo, casa, enseres, y han empeñado hasta la vida para huir de la guerra, el hambre o de persecuciones”.
El refugio La Casa del Migrante existe desde hace 15 años, pero desde hace un año la atención a personas procedentes de África, Cuba, Haití y Venezuela ha copado los pocos recursos con que cuenta. “Son alrededor de 4.500 desayunos, almuerzos y cenas que se reparten todos los días, con el apoyo de la feligresía de Reynosa”, dijo Catalina.
El refugio se encuentra actualmente cerrado para pernoctar debido a la pandemia, y sus responsables están haciendo adecuaciones que respeten los protocolos de bioseguridad y aislamiento preventivo. Pero esto no ha frenado la ayuda a los emigrantes.
Las hermanas reparten alrededor de 100 bonos mensuales de alimentación para igual número de familias, y pagan alojamiento a unas 20, entre las que está la de Ramón Arboláez.
Según la hermana Catalina, la labor, de la comunidad religiosa se sostiene gracias, principalmente, a una Organización No Gubernamental que prefiere estar en el anonimato. Además, el ayuntamiento aporta 1.450 dólares mensuales y reciben ayuda de la Diócesis de Matamoros y fieles de la Iglesia Católica.
Al redactar esta nota, Ramón Arboláez y su esposa, Yaneisy Santana Hurtado, regresaban a Reynosa a reencontrarse con sus hijos tras la negativa de visa de las autoridades estadounidenses.
“Lo que más me duele es que le fallé a mis hijos, moriré sin que ellos conozcan la libertad. Solo espero que la hermana Catalina no nos abandone, es el único apoyo que tenemos en este momento”, dijo Arboláez.
Ramón Arboláez Abreu perteneció en Cuba a la Coalición Central Opositora y al Foro Antitotalitario Unido (FANTU). Tanto él como su familia sufrieron persecución, según ha relatado.
Asegura que fue detenido decenas de veces por sus actividades opositoras, al igual que su esposa. Acusa al régimen de haberlo despojado de su vivienda y obligado a abandonar el país junto a su esposa y sus hijos.
La familia formó parte de un grupo de cubanos que, tras meses varados en Trinidad y Tobago, abandonaron ese país de manera clandestina, cruzaron Venezuela y la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá.
Ante la presión de los medios y tras una carta enviada a la ACNUR por la Fundación Nacional Cubano-Americana, el pasado 3 de julio Arboláez Abreu fue sometido a una tomografía, exámenes de sangre y una radiografía en México.
Según su esposa, el dictamen médico fue “que la lesión es muy grande” y, “debido a la demora, o sea la desatención médica, ya le abarca toda la mandíbula”, además de la lengua. |
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