“En Cuba se nos avecina una hambruna que puede ser evitada”, alertaron a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Liga de Campesinos Independientes de Cuba y la Federación de Mujeres Rurales (FLAMUR) en su capítulo de la Isla.
Ambos colectivos pidieron en una carta a la funcionaria su urgente gestión para prevenir la hambruna en Cuba, como hicieran meses atrás al lanzar la campaña “Sin campo no hay país”, dirigida al Gobierno cubano y que hasta el momento no recibió respuesta.
“La hambruna que se asoma en el horizonte cubano es consecuencia del feroz bloqueo interno de nuestras fuerzas productivas por el Gobierno nacional”, indica la misiva, que fue enviada con copia a cinco relatores y a varios expertos.
“Podemos asegurarles que el embargo de EEUU no impide al Gobierno cubano comprar cada año toneladas de alimentos a ese país que luego vende a la población a notables sobreprecios. Tampoco están incluidas las medicinas en esas sanciones. Cuba importa el 80% de sus alimentos por la incapacidad estatal para producirlos. Si ahora el Gobierno cubano no tiene dinero para adquirirlos es porque además de su mala gestión económica y el impacto del Covid-19 sobre el turismo, no ha cumplido con sus compromisos de pago de los intereses de las deudas contraídas después que sus acreedores les perdonaran miles de millones de dólares hace apenas cinco años”, argumenta el documento.
“Pero hay algo que muchos ignoran: las empresas cubanas privadas que puedan documentar esa condición no están incluidas en las sanciones de EEUU. Cualquier empresa de EEUU puede comerciar y hasta invertir en ellas, pero el Gobierno cubano nunca lo ha permitido”.
“Los campesinos cubanos tenemos las tierras en usufructo, sin títulos de propiedad, están regidos por un sistema de Acopio, que monopoliza su producción y la comercialización de los mismos, son agobiados por impuestos, acosados con continuas inspecciones y sometidos a confiscaciones de sus cosechas y aperos de labranza. Nos han declarado una guerra económica en la que participan operativos especiales de la Fuerzas Armadas y la Policía, mientras desarrollan con su monopolio de medios de comunicación constantes campañas de asesinato de nuestra reputación”.
El campesinado independiente subraya en la carta que, a pesar de que la prensa oficial los retrata como “bandidos egoístas”, ellos son los “portadores de la solución para evitar una hambruna a la población”.
El documento recuerda a Bachelet que la demanda pública “Sin Campo no hay País”, donde presentaron a las autoridades varios puntos (entrega de títulos de propiedad en lugar de usufructos limitados; libertad para producir, vender e incluso exportar e importar sin mediación estatal; y una moratoria de impuestos por diez años para trascender la crisis actual), ha sido ignorada.
Al propio tiempo, el Gobierno “ha recrudecido su guerra económica de confiscaciones y arrestos arbitrarios contra los campesinos. Sus métodos actuales no son muy diferentes a los del Comunismo de Guerra –que Lenin tuvo que rectificar– o los de Stalin, cuando indujo la hambruna en Ucrania que costó la vida a millones de personas”.
“Invite al Gobierno cubano a inspirarse en el valor político de los dirigentes vietnamitas que, después de acudir a la ayuda de la comunidad internacional para alimentar su hambreada población, emprendieron el camino de reformas que los hizo autosuficientes y exportadores de alimentos en apenas cinco años”, señalan.
La misiva, firmada por Lisandra Orraca Guerra, presidenta del capítulo Cuba de FLAMUR, y por Esteban Ajete Abascal, líder de la Liga de Campesinos Independientes, asegura confiar en que Bachelet comprenda “la urgencia humanitaria de este tema” y esperan que la alta funcionaria haga “lo que corresponde”. |
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