| El tabaco es uno de los pocos renglones “sólidos” que tiene el Gobierno cubano para conseguir ingresos en medio de esta crisis económica profunda. Genera decenas de miles de empleos y es un producto exportable seguro, pues siempre hay demanda. Sería lógico creer que, en el actual contexto, las autoridades lo priorizaran. Pero no es así.
Según un funcionario de Tabacuba, la empresa estatal con el monopolio absoluto del negocio del tabaco en la Isla, “la próxima campaña será nuestro mayor reto, pues tendremos que hacerla prácticamente sin recursos”.
“Hasta ahora, por ejemplo, no tenemos tejas de cobertura de techos, ni de forro, para las casas de cura que están en proceso de aprobación. Mucho menos para mantenimiento”, declaró a DIARIO DE CUBA bajo condición de anonimato el funcionario, que trabaja en Holguín.
“Estamos esperando un milagro, pero ya se habla de que los productores gestionen construirlas (las casas de cura) con materiales improvisados, los tradicionales como pencas y yaguas de palmas, pero se sabe que eso no va a resolver el problema”.
“Tampoco tenemos todavía el combustible para la preparación de tierras, aunque esperamos que nos llegue, al menos una parte”, añadió. “Igualmente nos preocupa que no recibamos los insecticidas y fungicidas necesarios, porque el tabaco es un cultivo muy sensible y eso sí que nos afectaría grandemente, ya no solo en el crecimiento, sino en la capacidad de repetir los niveles productivos logrados con mucho esfuerzo”, advirtió.
“Creo que el país, del poco dinero que tenga, debería priorizar el tabaco (…) porque es divisa segura y de nada vale querer buscar nuevos renglones y dejar perder este”, consideró.
Según el funcionario, “la empresa está comprometida desde hace más de una década con un plan de crecimiento bien calculado, que tiene sus cuotas anuales. El potencial que tenemos en todo el país es inmenso y todo el tabaco cubano se vende. La demanda es alta, pero por problemas burocráticos y fallas en la base productiva no hemos podido crecer en el ritmo planificado”.
Sin embargo, la falta de insumos no es el único problema. Los productores de tabaco llevan años reclamando mayor agilidad en los créditos y asignación de recursos, ralentizados por la burocracia endémica de las empresas estatales.
Luis, un tabacalero de Mayarí, Holguín, teme este año no poder construir su nueva casa de cura. “No tengo capacidad de cura y planeé ampliar mi siembra este año. Ahora me dicen que no hay garantía de techo, que posiblemente no entre ni una teja esta campaña. Creo que con todo el dinero que da el tabaco lo deberían priorizar más”, dijo.
Por su parte, Mongo, un experimentado productor de la hoja en el mismo territorio, opinó que “deberían priorizar la compra de insecticidas más efectivos para garantizar la calidad, que es lo más importante”.
“En el tabaco no se puede hacer más con menos, hay que aplicar lo que lleva en tiempo y forma, porque no espera. Aquí no hay invento ni innovación, porque se te fastidia la cosecha y perdemos todos, tanto el productor como el Estado. Si no tenemos lo que hace falta para producir, se cae la producción”, explicó.
La nueva estrategia económica del Gobierno cubano, a juzgar por lo que expone públicamente, tiene como principal prioridad el incremento de las exportaciones.
La intención es que “crezcamos en las exportaciones, pero que no deterioremos las importaciones que tiene que hacer ese productor (cualquiera exportable en cuestión) para poder elaborar o producir ese bien exportado”, dijo el martes 28 de julio, en programa Mesa Redonda de la televisión estatal.
Es algo lógico en una economía eficiente, pero una quimera para el modelo estatista, altamente burocrático cubano. Y es precisamente lo que está sucediendo con el renglón del tabaco, donde el Gobierno contradice su propio discurso y su propio plan.
Por dos años consecutivos (2018 y 2019) el país cerró sus campañas tabacaleras sobrepasando las 30.000 toneladas de hoja. Tabacuba ingresó el año pasado por concepto de exportaciones cerca de 270 millones de dólares, diez más que el anterior. En 2020 pretende cerrar con al menos un crecimiento similar. Sin embargo, el próximo año podrían dejar de crecer, o hasta decrecer, si como todo indica disminuyen las inversiones. |
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