LA HABANA, Cuba. – Amenazas: es lo único que han recibido como respuesta a su petición de ayuda los vecinos que aún residen en el edificio de la calle Cuba entre Luz y Acosta, en la Habana Vieja, donde falleció una mujer tras un derrumbe, el pasado 16 de septiembre.

Luego del siniestro las autoridades de la capital aseguraron a la prensa oficialista que las viviendas de al menos ocho de estas familias ya estaban en construcción; sin embargo, los damnificados aseguran que han realizado varias gestiones ante las autoridades debido al peligro potencial de derrumbe que los acecha, y solo han recibido como respuesta amenazas de desalojo.

“Karina, la directora de la Vivienda, nos amenazó a nosotros diciéndonos que iba a traer a la Seguridad del Estado para que nos sacaran a la fuerza de aquí, y que iba a mandar a quitar la luz y el gas; que no le importaban los niños”, denunció Irán Valdés, uno de los residentes del inmueble.

Según explica, ninguno de los vecinos del edificio está de acuerdo con que los trasladen hacia otro albergue. Para ellos, las personas que residen en estos locales se encuentran hacinadas, por lo tanto, están demandando a las autoridades que les entreguen una vivienda a cada familia.

“Nosotros llevamos 35 años albergados, y nos quieren sacar de aquí para otro albergue más. ¿Dónde están las casas de nosotros? Dicen en el Gobierno que nos han dado casa a nosotros y que nosotros nos hemos negado a cogerla, y eso es mentira. Las casas no nos la han dado, y todos los jefes se justifican con que son nuevos y que no conocen nada del caso”, explicó.

Asimismo, alegan que el edificio ha sufrido tres derrumbes parciales y han sido emitidos 15 dictamen técnicos, los cuales alertan de posibles desplomes y por tanto, del peligro que corrían los residentes.

“Da hasta pena, la hija de la fallecida anda en la calle (…). Hemos ido a varios lugares y no han hecho nada; queremos que nos digan qué van hacer con nosotros, porque esto se va a caer en cualquier momento”, alertó Ibrahim Terán, otro de los afectados.

En ese sentido, explica que desde que ocurrió el derrumbe, él, su hija y su nieto tuvieron que salir de su vivienda por temor a morir aplastados.

Los entrevistados también especificaron que la mujer fallecida había denunciado innumerables veces ante las autoridades el estado del edificio.

“Esa vecina iba al Gobierno, iba a todos lados y le decían que sí, que le iban a dar casa y que la iban a sacar de ahí, y mira al final, nunca le dieron nada y la mató el techo de su casa”, lamentó Erasmo.

Por su parte, Romelio Luna asegura que las autoridades les “han mentido todo el tiempo” y que está convencido de que hay viviendas para darles, aunque eso no suceda.

“Ya han pedido el carnet de identidad cinco veces y no se ve nada claro. Vivimos nueve familias aquí y no nos han resuelto nada, seguimos viviendo bajo el peligro a pesar de que hubo un muerto”, advirtió.

La situación de la vivienda continúa siendo un tema sumamente sensible en la Isla. Según datos oficiales, el déficit habitacional alcanza las 900 000 viviendas, una cifra que podría aumentar debido a los constantes derrumbes.

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