May 20, 2024

ECONOMÍA Emilio Morales: ‘Las remesas a Cuba serán como el agua, se meterán por todas partes’ DDC | Miami

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Emilio Morales: ‘Las remesas a Cuba serán como el agua, se meterán por todas partes’

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Tras 21 años de servicios, este lunes Western Union cierra sus oficinas en Cuba por tiempo indeterminado. Se corta así, al menos por el momento, el que ha sido principal canal de envío de remesas a la Isla desde Estados Unidos en los últimos años.

El Gobierno cubano señala como responsable a la Administración de Donald Trump, por prohibir las operaciones con FINCIMEX S.A., financiera del consorcio militar GAESA y hasta ahora contraparte de Western Union en Cuba. Washington ha respondido que sus medidas buscan cortar el flujo de dinero a los militares, encargados de aplicar la represión en la Isla, y que las autoridades cubanas tienen la posibilidad de nombrar otra contraparte.

Ante el nuevo panorama, DIARIO DE CUBA conversa con el economista Emilio Morales, CEO de la empresa consultora The Havana Consulting Group y uno de los principales especialistas sobre las remesas dentro de la economía cubana.

¿Qué significa para La Habana? ¿Levantará Joe Biden las sanciones a los militares cubanos? ¿Por qué el Gobierno de Miguel Díaz-Canel no designó otra contraparte para Western Union? ¿Será que teme a GAESA? Son algunas de las preguntas que se responden a continuación.

Tras el cierre de las oficinas de Western Union, ¿por dónde podrían fluir las remesas a Cuba?

Las remesas a Cuba fluyen a través de diversas vías, Western Union (WU) es una de ellas. Alrededor del 48,5% de las remesas que llegan a la Isla lo hacen por vías informales, el resto se reparte entre diversas agencias entre las que se encuentra la mencionada WU. La salida de WU hará que los consumidores que usaban esta vía acudan a las otras que ya existen en el mercado.

Previsiblemente pudiera pensarse que las vías informales aumentarán su flujo de envío; sin embargo, los vuelos desde EEUU ahora mismo están limitados solo a La Habana y más aún por la propia pandemia. El país tuvo cerrado los aeropuertos casi ocho meses, por lo que este canal de envío de remesas fue prácticamente clausurado por el Covid-19. Es muy probable que nuevas compañías se lancen al mercado a conquistar la cuota que ha dejado WU sobre la mesa, sobre todo compañías que operan en la plataforma digital. Todo dependerá de como se engranen con las pasarelas de pago que ya tienen habilitadas las empresas cubanas que no forman parte de la estructura empresarial de las Fuerzas Armadas.

Al final, las remesas serán como el agua: se meterán por todas partes. Los militares no podrán evitarlo, el dólar circulará en Cuba “como Pedro por su casa”. La dolarización no vendrá desde el Gobierno, vendrá desde el exilio, eso es algo imparable e inevitable.

¿Qué consecuencias trae para La Habana el cierre de WU?

No creo que el Gobierno cubano se favorezca con el cierre de WU, creo que es una mala estrategia. A mi juicio, es un gran error de cálculo político y económico. En realidad, lo que se esconde detrás de estos hechos son dos factores claves: En primer lugar, la decisión no está en manos de Miguel Díaz-Canel, sino en manos del general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas. En segundo lugar, están apostando a que Joe Biden revierta las sanciones, algo altamente improbable que ocurra.

Esto significa dos activas muy claras: 1. El Grupo de Administración Empresarial S.A (GAESA), se resiste a perder su principal fuente de ingresos; 2. Están desesperadamente apostando a un segundo deshielo que los haga tomar oxígeno nuevamente.

Al final se están hundiendo en el fango que ellos mismo han creado. Vamos a ver cuánto tiempo dura esta estrategia. El estadillo social está al doblar de la esquina y ellos lo saben. El hambre es mala consejera y no entiende de ideologías. Las puertas se están cerrando y el oxígeno que mantiene a la cúpula gobernante en el poder se esta haciendo cada vez más escaso.

Un error de cálculo político en estos momentos es altamente riesgoso, pudiera desencadenar el estallido social y volverse irreversible. Un Gobierno que tiene al 35% de la población en edad laboral desempleada (casi 2,45 millones de personas) no puede darse el lujo de estar jugando con su principal vía de sustento. A ciencia cierta, es difícil saber hasta dónde ellos están dispuestos a jugar este juego. No creo que por mucho tiempo. La decisión tomada hace apenas unos días atrás de revertir la medida de permitir solo la entrada de dos maletas como equipaje por pasajero es un gran ejemplo de que “perro que ladra no muerde”. Al final, tuvieron que echar atrás la medida y permitir que cada pasajero pueda llevar 125 kg de equipaje en sus viajes a la Isla.

Viendo este real ejemplo, no me extrañaría que en unas semanas WU esté de regreso con una nueva pasarela de pagos fuera del control de los militares.

¿En su opinión, cuánto afectará a los cubanos el cierre de WU?

Lo primero que hay que entender aquí es que alrededor del 90% de las remesas que llegan a Cuba salen de los EEUU y WU era la principal agencia a través de la cual se canalizaban las remesas por las vías formales. WU tiene alrededor de 500 puntos de recogida de dinero en el sur de Florida, eso explica el porqué del liderazgo de WU dentro del grupo de agencias que envían las remesas a la Isla desde los EEUU. Desde el punto de vista del cliente, perder esa vía de envío sin duda alguna tiene un impacto.

Sin embargo, no creo que dure mucho tiempo, ni que sea profundo; es cuestión de tiempo, de cambiar la rutina de los consumidores. La necesidad obliga al consumidor a adaptarse a las nuevas circunstancias del mercado. Al final, el cliente encontrará otra ruta. Como ya expliqué antes, las remesas llegarán por todas partes y los consumidores utilizaran otras vías que ya existen para enviar remesas. Por otra parte, seguramente aparecerán nuevos competidores en el mercado con novedosas soluciones y facilidades de envío, incluso más eficientes que la propia WU.

¿Por qué cree que el Gobierno no facilitó a WU la posibilidad de asociarse con una empresa civil?

Porque GAESA no quiere perder su principal fuente de financiamiento. El Gobierno cubano no tiene control sobre las remesas, quien tiene el control es el Grupo GAESA. Por otra parte, hay que recordar que Cuba no tiene prácticamente crédito, su deuda externa ha dejado de pagarse en los últimos dos años. Ninguna entidad financiera internacional va a extender su mano para otorgarle créditos al Gobierno cubano, por tanto, las remesas se convierten en un activo de alto valor estratégico.

Poner las remesas en manos de una empresa civil significa poner otros ojos a controlar el dinero que entra al país, y eso por el momento no es conveniente para GAESA. Aunque algunos piensen que el dinero que llega a Cuba va a parar todo a un mismo saco, les puedo decir que están totalmente errados. GAESA tiene sus propias cuentas que no son auditadas por el Gobierno, ni por la Controlaría General de la República, y el Gobierno cubano tiene las suyas que sí están a la vista de GAESA, lo cual muestra que GAESA es un Estado controlando al Estado.

Y el que tenga duda sobre eso, busque la respuesta de por qué entonces la CORPORACION CIMEX S.A de Cuba es una sucursal de la CORPORACION CIMEX S.A creada en Panamá por órdenes de Fidel Castro y registrada en su registro público el 17 de mayo de 1979, y de la cual hoy en día no se sabe quienes son sus reales accionistas. En otras palabras, los reales accionistas de la CORPORACION CIMEX S.A registrada en Panamá son los reales dueños de todas las cadenas minoristas y otros negocios que hoy pertenecen a la CORPORACION CIMEX S.A de Cuba, que por muchos años han generado cientos de millones de dólares: Tiendas Panamericanas, las Tiendas PHOTOSERVICES, los servicentros Oro Negro y Servi-CUPET, Inmobiliaria CIMEX S.A, CUBAPACK, FINCIMEX S.A, etc.

Por otra parte, el brutal crecimiento hotelero de GAESA en el período 2017-2019, que significó la construcción de 57 nuevos hoteles y su incorporación a la estructura hotelera del país manejada en su mayoría por las Fuerzas Armadas a un costo de 2.378 millones de dólares, es un gran ejemplo de ello. Tal acción destapa serias sospechas de un inusitado movimiento de lavado de capitales ante la evidencia de que el país no experimentaba una saturación de su capacidad de hospedaje que justificara tales inversiones. Al mismo tiempo, tampoco se conoce la participación de inversionistas extranjeros en dichos proyectos que aportaran capital, salvo la participación de mano de obra de obreros indios y franceses contratados para el proceso de terminación de las instalaciones.

También llama la atención que las ganancias generadas por la industria turística cubana son totalmente insuficientes para generar el capital que se requirió para hacer esas colosales inversiones. Menos aún, en un período donde el país ha presentado una crisis de liquidez extrema que le ha imposibilitado pagar la deuda externa a los acreedores —incluidos los del Club de París—, que años atrás le perdonaron alrededor de 42.000 millones de dólares, además de enfrentar una crónica escasez de alimentos y medicamentos.

Obviamente, ante esta realidad todo apunta a entender que las remesas constituyen un fuerte candidato a ser la real fuente de financiamiento que se utilizó para la construcción de esta exorbitante cantidad de hoteles. De lo contrario, ¿por qué entonces tanta resistencia de GAESA a pasar el negocio de las remesas al Banco Central de Cuba (BCC)?

Prescindir de este voluminoso capital que llega anualmente a la Isla desde el exilio es un lujo que no quiere darse GAESA, puesto que significaría perder su principal fuente de financiamiento.

¿Es posible calcular, ante la disminución de los ingresos por turismo, el peso de las remesas dentro del ingreso en divisas del régimen cubano actualmente?

Desde hace mucho tiempo las remesas a Cuba constituyen la principal fuente de ingresos del Gobierno cubano junto al dinero que le roban año tras año al personal médico y paramédico contratado en el exterior. Comparemos los datos de las remesas llegadas al país en 2018 con los principales rubros exportables del país y veamos los resultados.

Los ingresos de remesas (efectivo y mercancías) al país en 2018 fueron 6.666,7 millones de dólares, lo cual supera los ingresos que el país recibió de forma conjunta por concepto de Turismo (2.228 millones de dólares ), exportación de medicamentos (600 millones de dólares), azúcar y sus derivados (184 millones de dólares), productos de minería (746 millones de dólares), tabaco (260 millones de dólares), mariscos (78 millones de dólares) y productos agropecuarios (24 millones de dólares).

Viendo esta realidad, es fácil comprender lo estratégico que resulta controlar el negocio de las remesas, que es a su vez un negocio en el cual el costo lo paga el que envía el dinero y la mercancía, a diferencia de todos esos rubros exportables que requieren de compra de materias primas, elevados gastos de operaciones, compartir dividendos con socios comerciales, etc. Hay que señalar que estos datos de exportaciones son ingresos brutos, a los que hay que descontar gastos de operaciones, pago de materias primas, pagos de proveedores, etc. Con una gestión eficiente, podríamos decir que estas exportaciones pueden dejar una ganancia de entre el 15% y el 20%, lo cual representarían entre 618 y 824 millones de dólares, lo que equivale a decir un valor ente 8,1 y 10,8 veces menos de lo que generan las remesas.

Este año 2020, el país ha estado cerrado al turismo por casi ocho meses, se espera que para el cierre de año hayan visitado la Isla 1.024.168 turistas, lo cual representa un declive del 76% en comparación con los 4.275.057 turistas que viajaron al país en el 2019. Bajo esta realidad, se estima que el país tendrá una pérdida de 1.842 millones de dólares en ingresos por concepto de turismo internacional en 2020, una reducción del 69,7% respecto a 2019.

Viendo estos números, es más fácil comprender entonces el peso que tienen las remesas en la economía cubana y cuan estratégico es su control por parte de los militares.

¿El Gobierno está apostando a que Biden dé marcha atrás rápido a la prohibición de que WU trabaje con FINCIMEX?

El Gobierno cubano erróneamente apuesta a que Biden va a dar marcha atrás a la prohibición de que las empresas norteamericanas trabajen con FINCIMEX u otra organización empresarial bajo la estructura de las Fuerzas Armadas. Esto es una sanción general, no específica que afecta a WU solamente, su dictamen ha sido claro: ninguna empresa norteamericana puede tener relaciones comerciales con las empresas cubanas dentro de Cuba o en el exterior que estén bajo la estructura empresarial de las Fuerzas Armadas.

Las sanciones de EEUU no prohíben los envíos de remesas a la Isla, lo que prohíbe es canalizar el negocio con las empresas que están bajo la estructura empresarial controlada por los militares cubanos, entiéndase GAESA y la CORPORACION CIMEX S.A con todas sus subsidiarias y divisiones.

Hay que recordar también que Joe Biden cuando era vicepresidente fue uno de los pocos que se opuso internamente a la idea del deshielo con Cuba. Esto es algo que ha pasado desapercibido por la prensa, pero que el Gobierno cubano debería tener muy en cuenta en su desesperada estrategia de atraer un segundo deshielo. No será nada fácil tener un segundo deshielo, más aún viendo los resultados y teniendo la experiencia del primero, que terminó con el congelamiento de las reformas económicas por parte del régimen cubano y el retorno a casa de más de una veintena de diplomáticos norteamericanos y sus familiares, niños incluidos, por los misteriosos “ataques acústicos”.

Por el momento en Cuba mandan los militares, GAESA es el verdadero poder. Esto explica por qué después de varios meses de sanciones el negocio de las remesas no haya pasado a manos del Banco Central de Cuba (BCC), que realmente es la entidad que debería hacerse cargo y llevar las riendas de este negocio, no los militares cubanos.

Obviamente GAESA tratará de hacer todo lo posible por mantener el negocio, no va a dejar arrebatarse tan fácilmente una línea de financiamiento directa sin costo alguno, de billones de dólares a costa del exilio cubano, que tienen a su discreción y que no es controlada ni auditada por el BCC, ni por la Contraloría General de la República.

Hay que tener claro una cosa, GAESA no rinde cuentas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, ni ante Díaz-Canel y su Consejo de Ministros. Quien tiene control del dinero tiene el control del país, y hasta ahora ha sido un terreno dominado por la cúpula de GAESA.

¿Qué pasará cuando Biden asuma la Casa Blanca?

En caso de que Joe Biden sea finalmente el presidente elegido, no creo que vaya a dar marcha atrás a la prohibición de que empresas norteamericanas hagan negocios con las empresas bajo la estructura empresarial de las Fuerzas Armadas. Estas empresas están sancionadas. No creo que Biden elimine esas sanciones. De hacerlo sería cómplice de la dictadura y eso no va a suceder. Hay que recordar que esos cientos de billones de dólares que se envían a Cuba a través de las pasarelas de pago controladas por GAESA (FINCIMEX S.A y American International Services S.A) nunca llegan a manos de los cubanos, se quedan en banco en un tercer país.