El régimen contra el CIR: amenazas y ataques racistas
Si existe un programa del Gobierno para enfrentar el racismo y la discriminación, no ha llegado aún ni a los medios ni a sus represores, dijo a CubaNet el activista Juan Antonio Madrazo Luna.
LA HABANA, Cuba. – “Faltan tres días para el 19/11 a un año de anunciar el Programa de Gobierno para enfrentar el racismo y la discriminación”, así dice la primera publicación del día del Comité Ciudadano por la Integración Racial (CIR). La cuenta regresiva, que han mantenido durante el último mes, ha provocado un golpe represivo contra su coordinador nacional, Juan Antonio Madrazo Luna, y algunos de sus colaboradores.
“Sigan destacándose en las redes sociales con esos posts con fotografía sobre el racismo…”, así introdujo sus amenazas de mayor represión uno de los oficiales que interrogó recientemente a Madrazo Luna.
Según el activista, durante el monólogo que resulta muchas veces de tales interrogatorios, el oficial le dijo que “debería ser más agradecido con la Revolución por vivir en un barrio y un apartamento donde no podría estar antes del 59 por ser negro”.
“Madrazo, se acabaron los tiempos en que no pasa nada con ustedes”, agregó el agente del MININT, según el testimonio del activista antirracista, quien acota que el CIR jamás ha podido realizar su trabajo sin acoso mediante.
La madre de Madrazo Luna y de su hermana Jacqueline murió porque no pudo ser hospitalizada a tiempo. El cerco policial al que son sometidos frecuentemente los dos activistas, les impidió llevarla al policlínico cercano.
Por su parte, otra de las integrantes del CIR, la activista feminista Nancy Alfaya recibió nueve meses de acoso sostenido mientras el régimen intentaba construirle una causa común para procesarla en los tribunales. Su compañera Marthadela Tamayo ha sido secuestrada en plena vía pública. Hace menos de una semana, en Holguín, a los activistas Esber Rafael y Braulio Hastie les fueron confiscados sus medios de trabajo, igual que a Madrazo Luna.
Durante el interrogatorio, las fuerzas represivas también deslizaron amenazas hacia Tamayo. “Deja a Marthadela que siga provocando, que para ella también hay manera de enfrentamiento”, dijeron a Madrazo Luna.
Antes del interrogatorio, el CIR fue despojado de todos sus medios de trabajo.
Luego de varias horas de allanamiento, Madrazo Luna pudo escuchar una llamada de los agentes. “Dice el jefe que con lo que se tiene en la mano es suficiente. Las computadoras también son parte de la investigación. Hay que ocuparlas”.
Los oficiales del MININT confiscaron una impresora Cannon, un data show marca Cannon, dos computadoras, una grabadora, cinco cámaras pequeñas de video, dinero, carpetas de factura y documentos de trabajo, libros y tres discos duros externos (dos de ellos con películas en alta definición).
Por su parte, de la habitación de Jacqueline ocuparon “unas facturas de compras de desincrustante, desinfectantes y otros útiles de limpieza hechas en Habana Mall por parte de Redamu”, como parte de un programa que atiende a mujeres vulnerables en La Habana.
Sin embargo, tales documentos, tomados por los represores como probables pruebas incriminatorias, solo demuestran que la organización ha previsto acciones de apoyo en varias direcciones, debido a la realidad paupérrima en que se encuentran fundamentalmente las personas negras cubanas.
Durante su detención, Madrazo Luna sufrió más de tres interrogatorios y, según cuenta, cada uno demostró que, si existe un programa del Gobierno para enfrentar el racismo y la discriminación, no ha llegado aún ni a los medios ni a sus represores.
Cada detalle que cuenta contiene evidencias del racismo institucionalizado en Cuba. Que si “ustedes continúan trabajando para fragmentar la unidad de este país”; que si “ustedes se han cuidado mucho de no juntarse con la mierda que hay en la oposición”; que si “ustedes ya son del fango”, más el aparataje policial para detenerlo: “dos oficiales que se identificaron como de la Contrainteligencia, una perito, dos policías que se quedaron en el primer piso, más un oficial retirado de la CI que vive al doblar de la casa y que forma parte del personal de confianza junto a la vecina que les abrió la puerta”.
El CIR es una de las organizaciones que intentó legalizar su estatus en 2016. Desde su fundación no ha desistido de establecer alianzas, no con el Gobierno, sino con otros actores que no se consideran oposición, pero que están unidos en la lucha contra la discriminación racial, más allá de ideologías políticas.
Por eso no es extraño ver a Madrazo Luna en fotos donde comparte espacios de capacitación y activismo intelectuales cubanos negros y afrodescendientes. Contra esa integración también fueron.
“Alerta: si pisan una de nuestras instituciones lo vamos a tomar como una provocación”, le dijo el represor de turno, uno de los que toma el conocimiento como señal de peligro y que ordenó confiscar “literatura” asociada a los derechos humanos en la sede del CIR.
“Le estamos pidiendo respuestas a la Comisión José Antonio Aponte de la UNEAC, quien acompaña el programa que anunció Díaz-Canel ante el Consejo de Ministros el 19 de noviembre del 2019, y quizás ellos (los represores) imaginaron que para ese día el CIR iba a realizar alguna actividad”.
“El ensañamiento es porque ellos consideran que al tener acompañamiento de alguna institución de Cooperación Internacional respondemos a una agenda construida desde el exterior”, argumenta Madrazo, a quien el régimen ha acusado de ser la “afroderecha” o de “formar parte de la afroderecha regional”. Mientras, el activista está consciente de que sus acciones solo están vinculadas al “respeto por la dignidad humana”.
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Maria Matienzo Puerto: Una vez soñé que era una mariposa venida de África y descubrí que estaba viva desde hacía treinta años. A partir de entonces construí mi vida mientras dormía: nací en una ciudad mágica como La Habana, me dediqué al periodismo, escribí y edité libros para niños, me reuní en torno al arte con gente maravillosa, me enamoré de una mujer. Claro, hay puntos que coinciden con la realidad de la vigilia y es que prefiero el silencio de una lectura y la algarabía de una buena película.
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