January 5, 2025

En una caja de metal y rodeados de ratas: así están Fidel y el Che en Ciudad de México

En una caja de metal y rodeados de ratas: así están Fidel y el Che en Ciudad de México

Las estatuas de Fidel Castro y Ernesto Guevara emplazadas en un parque de la colonia Tabacalera, en Ciudad de México, ya no están a la vista, al menos temporalmente.

Caja metálica que cubre las estatuas de Fidel Castro y Ernesto Guevara (Foto de la autora)

CIUDAD DE MÉXICO. – Una estructura metálica de más de dos metros fue colocada en el medio del jardín Tabacalera, en la frontera occidental del centro histórico de la Ciudad de México. La estructura simula una especie de caja puesta de cabeza que oculta en su interior una banca. En ella están sentados en sus extremos Fidel Castro y Ernesto Guevara, jóvenes y vestidos con traje militar.

Junto a la caja metálica, en el piso, duerme envuelto en mantas un hombre de poco más de 30 años con la piel marcada por la suciedad. A algunos metros un comerciante ambulante descansa, mientras sostiene sobre sus piernas un pequeño mostrador que guarda las papas y dulces que aún no vende. Es la mañana del sábado 24 de octubre en la colonia Tabacalera y el parque está casi vacío, a no ser por ellos y tres policías.

Una persona sin hogar descansa a pocos metros de la polémica escultura (Foto de la autora)

―Es la primera vez que me mandan para acá. Antes dábamos rondines por la zona. Porque esta es zona brava, pero desde hace unos días tenemos turnos de 24 horas sin movernos de aquí. ¿Por qué? Parece que intentaron robarse la estatua o vandalizarla. El gobierno de la alcaldía quiere proteger el monumento y han puesto policía permanente aquí.

Ni el oficial Rojas, ni sus demás compañeros tienen la certeza de que realmente hayan intentado robarla, como reportaron algunos medios mexicanos. Ellos solo cumplen las órdenes de una alcaldía liderada por Néstor Núñez López, miembro del partido de izquierda Morena, actualmente en el poder.

“No descarto que estén intentando protegerla de las pinturas que dejan a su paso las protestas feministas que recorren calles muy cercanas, pero no puedo asegurarlo. No nos explicaron por qué debíamos proteger esta estatua en particular”.

La hipótesis del oficial no parece descabellada. Para el día 24 se habían anunciado varias manifestaciones en la ciudad. Justo un día antes la escultura que pesa 250 kilogramos amaneció cubierta.

Estatuas de Fidel Castro y Ernesto Guevara antes de ser cubiertas con una caja metálica (Foto: Reporte Índigo)

Rodeado de edificios antiguos y un par de hoteles destinados al comercio sexual, Fidel Castro y Ernesto Guevara ya habían estado antes en este parque. El dos de diciembre de 2017 el entonces jefe delegacional, Ricardo Monreal, también del Partido Morena y actual senador de la República, presentó las imágenes como un ejemplo de resistencia al imperialismo. Poco después fueron retiradas por la ausencia de un permiso del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México. Así ambos terminaron relegados a una bodega.

Y ahora, luego de casi tres años, y con el partido de izquierda en el poder, el dictador cubano y el guerrillero argentino vuelven a sentarse en una banca entre las calles Miguel Ramos Arizpe e Ignacio Mariscal. Mientras que la esfinge de Cristóbal Colón recién fue retirada del espacio público.

Para el filósofo mexicano Juan Carlos Canales, la retirada de una imagen y la recolocación de la otra no puede entenderse si se obvia que gran parte de la escena política actual en México se juega desde lo simbólico.

“Es muy claro el espacio en el que se mueve López Obrador y su programa de gobierno. Vemos en su discurso una recurrente alusión a la revolución, al allendismo, a referentes populistas. Retirar o poner unos u otros monumentos es parte de la polarización que fomenta la administración actual”, dijo a CubaNet el también columnista del portal digital E-Consulta.

Desde el pasado 17 de octubre, cuando el monumento fue reinstalado, las esculturas han ocupado una decena de titulares en la prensa: primero la inauguración, luego las reacciones negativas sobre todo de un diputado panista, el partido de derecha.

Jorge Triana encabezó varias de estas notas, expresando que ni Castro ni Guevara “cumplen con las características suficientes para ser considerados personajes dignos de recibir un homenaje con una estatua que engalane la vida pública de la capital del país”. Incluso fue hasta la Tabacalera para transmitir en directo desde sus redes y pedir que levantaran el monumento, pero su petición fue desechada por las autoridades.

 

Este no es el primer conjunto escultórico que desencadena reacciones polémicas en la urbe mexicana. En 2012 fue levantada una estatua a Heydar Aliyev, exdictador de Azerbaiyán, en el Paseo de la Reforma, uno de los espacios más importantes de la ciudad. A Aliyev, The New York Times lo describió en 2003 como “general de la policía secreta rusa que por 30 años gobernó a Azerbaiyán con puño de hierro, primero como su líder comunista, luego como presidente electo”.

Seis meses y muchas críticas después, el monumento fue retirado. Hasta que hoy otra estatua vuelve a ser centro de titulares.

Apenas unos días después de su inauguración, la banca del Che y Fidel, dispuesta a unos 180 metros de donde se conocieron ambos líderes en 1955, antes de partir a Cuba a bordo del yate Granma, volvió a ser noticia. Al parecer, alguien intentó llevarse las figuras de bronce, según medios locales, por lo que fueron cubiertas en el Jardín Tabacalera.

La Tabacalera es una colonia popular que se extiende por 28 cuadras en el centro de la ciudad. Si en los años 50 se le consideraba un espacio bohemio que resguardaba a artistas y jóvenes exiliados, actualmente se le reconoce como un sitio donde prolifera la prostitución, el comercio informal y ha sido valorada como una de las colonias más violentas de la ciudad.

Un hotel en los alrededores del parque donde fueron emplazadas las estatuas (Foto de la autora)

La franja aledaña al parque está enmarcada por un circuito de hoteles pequeños de ventanas rotas y cuyo interior no solo sirve de escena a encuentros sexuales, sino también a feminicidios. Al inicio de la pandemia, cuando fueron cerrados estos sitios de hospedaje, las personas sexoservidoras que antes dormían en sus habitaciones, comenzaron a acampar en lonas por los alrededores.

Hoy los hoteles ya están abiertos y mujeres de edades diversas esperan, con vestidos ajustados y abundante maquillaje, en la esquina del parque. El mismo parque donde sentaron a Fidel Castro y al Che, para luego taparlos con una caja de metal que ha alejado a los curiosos que iban a tomarse fotos. De todas maneras, ya no era recomendable estar allí. El área está llena de carteles que alertan a los visitantes. Es mejor no tocar nada pues se ha tirado veneno en los alrededores. Hay ahora en el área una plaga de ratas.

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Claudia Padrón Cueto

Periodista en Tremenda Nota y se ha especializado en periodismo multimedia. Actualmente se enfoca en cubrir temas de grupos marginalizados.