SANTIAGO DE CUBA.- Después de importantes conversaciones durante los últimos tres días con compatriotas de diverso credo, raza, género, activismo e ideología, pero todos partidarios de la Democracia y muy unidos en el deseo de tener una Cuba libre y democrática, le envío este sincero mensaje al pueblo y a los políticos de la patria de Washington, Lincoln y Luther King:

En momentos decisivos para la democracia en Estados Unidos y en el mundo, les enviamos nuestro fraterno y solidario saludo. Celebramos que hayan podido realizar, en momentos críticos marcados por la pandemia de la COVID-19, las mayores elecciones en la historia de esa gran nación. Deseamos que los resultados sean procesados y la victoria concedida, según las justas reglas vigentes en la más vieja y estable democracia del planeta. Estamos seguros de que el sabio legado de los Padres Fundadores, la valentía de los activistas por los derechos civiles y el sacrificio de millones de hombres y mujeres, que han dado lo mejor de sí durante más de dos siglos por preservar la libertad y defender los derechos humanos en su patria y en el mundo, no serán defraudados.

Los Estados Unidos de América, libres y democráticos, no son solo una condición imprescindible para el bienestar de sus habitantes. También lo son para la paz y el progreso en todo el mundo libre. Y en tiempos oscuros donde populismos, terroristas y tiranos amenazan la libertad, la suerte vuestra es también la de toda la humanidad. Sea cual sea el candidato que obtenga la victoria en estas reñidas elecciones, celebramos el proceso mismo, como ejemplo del mañana que queremos construir en nuestra sufrida patria, y le felicitamos a la vez que le recordamos el gran reto que tendrá durante su mandato. La libertad peligra en el planeta.

Desde Cuba, sometida hace más de seis décadas a un cruel despotismo erigido en nombre de los oprimidos sobre las espaldas y el sufrimiento de los oprimidos, les decimos que aquí continuaremos luchando por la libertad, la democracia y el bienestar de todos los cubanos. No importa cuánto incremente el régimen castrocomunista la represión contra los opositores pacíficos, periodistas independientes y pueblo en general, no importa si recibimos mayor o menor solidaridad del mundo democrático. Los cubanos necesitamos y deseamos ser libres y lucharemos hasta conseguirlo, o moriremos en el intento.

Esperamos que quien asuma la presidencia el próximo 20 de enero continúe el legado de apoyo solidario a la causa de la libertad de Cuba. No sustituyendo la responsabilidad y el rol que nos corresponde a los cubanos de dentro y de la diáspora en la lucha por liberar a nuestra nación, sino como el apoyo necesario e insustituible, que hemos visto siempre acompañando las gestas por la independencia y la libertad de pueblos oprimidos.

Cuba, Venezuela y Nicaragua necesitan que se refuerce el consenso bipartidista y ciudadano en dicho apoyo a nuestros pueblos y activistas que luchan por la libertad. Estados Unidos debe incrementar las acciones y sanciones que afecten la capacidad de los regímenes que oprimen a nuestros pueblos para enriquecerse y reprimir a los ciudadanos. Es necesario buscar e implementar mecanismos, multilaterales y creativos, para aliviar el impacto de la explotación de estas dictaduras y los efectos derivados de las sanciones necesarias, sobre los sectores más vulnerables.

Los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, aliados de Irán, Rusia, China y Corea del Norte, no solo son dañinos para nuestros pueblos, también siguen siendo un grave peligro para la libertad en todo el Continente y para la seguridad de su Nación. No se les cambia o apacigua con concesiones.

En estos momentos trascendentales que vive la humanidad, confiamos en que ustedes estarán una vez más a la altura de las circunstancias. Y pueden estar seguros de que los cubanos amantes de la justicia y la libertad, estaremos, con nuestras humildes fuerzas, siempre junto a ustedes. Una Cuba democrática será siempre una buena amiga y aliada del pueblo y del Gobierno de Estados Unidos de América.

Atentamente: