“No dejaron entrar a dos monjas, incluso venía una médica con ellas”
Anamely Ramos González denunció que estas restricciones de movimiento a diplomáticos y a la iglesia son muestras de que el gobierno no quiere negociar
LA HABANA, Cuba.- “No dejaron entrar a dos hermanas, a dos monjas, incluso venía una médico con ellas”, denuncia Omara Ruiz Urquiola, católica practicante y una de las activistas que permanece en la sede del Movimiento San Isidro exigiendo la liberación del rapero Denis Solís. Ruiz Urquiola dice estar esperando la visita del cardenal.
Por otro lado, la agencia de noticias Reuters afirma que a sus periodistas acreditados no se les permite el acceso al lugar. Según una nota de prensa “Reuter no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones” de los acosos que sufren los activistas que se han solidarizado con los huelguistas, ni la situación de los activistas dentro de la sede”.
Y agrega que “al menos dos patrullas de la policía y más de una decena de funcionarios bloqueaban el acceso a la oficina del Movimiento San Isidro. Un hombre que se identificó como Jorge Gómez, y dijo que trabajaba para las autoridades de salud pública, señaló que el acceso estaba restringido debido a un brote de coronavirus”, detalle último que otras fuentes desmienten.
La corresponsal de AFP, por su parte, otra agencia acreditada en la isla, fue golpeada durante la violenta respuesta del gobierno a la manifestación pacífica convocada por los huelguistas del Movimiento San Isidro.
Entretanto, el encargado de negocios de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, Timothy Zúñiga-Brown, pidió vía Twitter que la “comunidad internacional tenga acceso sin restricciones para comprobar la situación de los activistas”, como parte de las funciones “normales” de los diplomáticos en países libres.
Anamely Ramos González denunció que estas restricciones de movimiento a diplomáticos y a la iglesia son muestras de que el gobierno no quiere negociar.
“Nosotros no hemos roto al diálogo. Nosotros entramos a la casa de un amigo a hacer un programa cultural por un amigo que está preso injustamente, y porque no teníamos otra manera, porque llevábamos cuatro días de detenciones constantes”, dijo Ramos González, y sus palabras resumen lo que se ha considerado una ola represiva contra la libertad de expresión y el arte en las últimas semanas.
La Relatoría Especial para la libertad de expresión de la CIDH también se pronunció y pidió “poner fin al hostigamiento contra quienes ejercen legítimamente su libertad de expresión, incluyendo citaciones, detenciones arbitrarias, presiones sobre la familia y el entorno, y acoso judicial”.
También desde la embajada de Polonia y Holanda han llamado al Movimiento San Isidro para solidarizarse, y aseguran que están al tanto.
No obstante a los pronunciamientos, el gobierno cubano, en su actitud tiránica, persiste en su posición de dejar morir a los huelguistas, mientras los hostiga, ya sea cortando su servicios de comunicación para provocarles pánico, o enviando a personas desconocidas a ataca con botellas y martillos.
La vida de estas personas está en peligro, y el gobierno construye y difunde campañas de difamación en vez de buscar soluciones pacíficas.
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Maria Matienzo Puerto: Una vez soñé que era una mariposa venida de África y descubrí que estaba viva desde hacía treinta años. A partir de entonces construí mi vida mientras dormía: nací en una ciudad mágica como La Habana, me dediqué al periodismo, escribí y edité libros para niños, me reuní en torno al arte con gente maravillosa, me enamoré de una mujer. Claro, hay puntos que coinciden con la realidad de la vigilia y es que prefiero el silencio de una lectura y la algarabía de una buena película.
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