December 22, 2024

OPINIÓN Movimiento San Isidro: ¿Por qué la policía política cubana domina cubadebate.cu? MARLENE AZOR HERNÁNDEZ  | Ciudad de México

OPINIÓN

Movimiento San Isidro: ¿Por qué la policía política cubana domina cubadebate.cu?

MARLENE AZOR HERNÁNDEZ  | Ciudad de México

Un artículo sin firma, difamando al Movimiento San Isidro, evidencia un modelo de medios de difusión totalitario.

Las fake news, como política editorial moderna, nacieron de los totalitarismos estalinistas y nazis, sociedades que tuvieron a la opinión pública secuestrada en la desinformación, gracias a su control totalitario de los medios.

Como es habitual en la Isla, los funcionarios del MININT y la PNR, órganos represivos, no muestran sus credenciales de funcionarios, no declaran sus nombres y apellidos, no portan órdenes legales y la mayoría de las ocasiones no visten uniformes para aparentar no pertenecer a esos órganos. Estos funcionarios cometen ilegalidades cotidianas de manera impune, sin control público. Los ciudadanos cubanos no cuentan con la posibilidad de enjuiciar y condenar estas ilegalidades en los tribunales ni en los medios masivos de comunicación estatales, secuestrados por el Partido Comunista de Cuba.

Así aparece un artículo difamatorio contra el Movimiento San Isidro, catalogando a sus miembros de “terroristas”, etiqueta preferida por el Gobierno cubano para todos los discrepantes pacíficos en el país, en el cual los artistas y activistas que los acompañan aparecen como promotores de “lanzar coctéles molotov e incendiar establecimientos públicos sin importar a quien puedan dañar”. Esta fake news se publica sin ningún pudor, ni firma, para desinformar a la ciudadanía. Los sistemáticos asesinatos de reputación en los medios oficiales se han venido sucediendo en los últimos 60 años frente a una audiencia desarmada y cautiva, a la que desinforman de su propia realidad y de la del resto del mundo.

Han sido casos en los últimos años los de la periodista Yoani Sánchez el líder de UNPACU, José Daniel Ferrer, ahora el Movimiento San Isidro, solidario ante la ilegalidad del arresto del joven Denis Solís, a quien se sometió a un juicio sumario sin abogado defensor y a la fabricación de una pena por “desacato”, cuando la ilegalidad es de parte de la autoridad, (la policía política y nacional) que irrumpió en su casa sin orden legal y se lo llevó arrestado.

Sin embargo, mientras la policía política controla los medios de comunicación y el monopolio de las comunicaciones, las organizaciones civiles del Gobierno, como el Partido Comunista de Cuba, el Consejo de Estado y de Ministros de Díaz-Canel y el Parlamento cubano, se esconden en un silencio habitual frente a la represión. Ninguna de estas instituciones ni individuos asume sus responsabilidades gubernamentales: el silencio temeroso es el mejor aliado de la represión ilegal. Frente a la ciudadanía, el Gobierno se manifiesta como un Estado fallido. Nadie asume sus responsabilidades.

Por otra parte, el acceso a internet sigue siendo muy precario, con los precios más altos de las Américas en relación a los salarios, con el control policiaco de la información y la comunicación y una tasa de penetración de apenas el 32% de la población, según cifras oficiales. Regímenes dictatoriales como Rusia e Irán han inventado, al igual que el cubano, una intranet que reproduce la desinformación de los medios masivos de comunicación estatales.

Los hechos

-¿Se le confiscó al joven Denis Solís su bicitaxi, por arbitrariedad policial? Sí.

-¿Se violó el domicilio de Denis Solís, sin su consentimiento por la policía política y la policía nacional? Sí.

-¿Se arrestó de manera arbitraria y sin causa probable a Denís Solís? Sí.

-¿Secuestró la autoridad a Denis Solís y no se le permitió ver ni llamar a nadie, durante tres días? Sí.

-¿Se le hizo un juicio sumario y sin abogado defensor a Denis Solis? Sí.

-¿Se intentó y se sigue intentando un asesinato de reputación contra Denis Solís y el Movimiento San Isidro, en los medios masivos secuestrados por el PCC? Sí.

-¿Se intentó por parte de funcionarios como el exministro de Cultura Abel Prieto, o pertenecientes a la estatal Agencia del RAP, denigrar a Denis Solís y al Movimiento San Isidro con él? Sí.

-¿Se confiscó y arrestó a la vecina que traía los alimentos y el agua a los artistas y activistas de San Isidro? Sí.

-¿Se ha prohibido por la policía política y la policía nacional el acceso a los artistas y activistas de San Isidro por parte de otros activistas, la prensa extranjera y hasta religiosas que acudieron a la sede en solidaridad? Sí.

-¿Continúan sitiados los artistas y activistas del Movimiento San Isidro por la policía política y la policía nacional para impedir la solidaridad ciudadana? Sí.

-¿Arrestan a los ciudadanos que quieran acceder a la sede de San Isidro, para mostrar su solidaridad? Sí.

-¿Golpearon y arrestaron a activistas, periodistas cubanos y extranjeros que llegaron al Parque Central el domingo 22 de noviembre del 2020, para cubrir y/o participar en el evento de solidaridad convocado por el Movimiento San Isidro, dos días antes? Sí

Estos doce derechos económicos, culturales, civiles y políticos violados al joven artista Denis Solís, al Movimiento San Isidro y a toda la sociedad civil cubana, merecen una condena internacional del alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, dirigido por la excelentísima Michelle Bachelet, y por los relatores de los derechos económicos, culturales, civiles y políticos de Naciones Unidas. Siendo el Gobierno de Cuba miembro del Consejo de Derechos humanos de la ONU, es imprescindible una condena, pues La Habana debería ser ejemplo de respeto a los derechos ciudadanos.

Pero también el excelentísimo Joseph Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en actual diálogo con el Gobierno cubano, debe pronunciarse ante tal abrumadora violación de derechos humanos. El acuerdo de la UE con el Gobierno cubano se sigue violando, en sus cláusulas de respeto a los derechos humanos, y la revisión y cancelación del acuerdo ha sido, por tanto, un fracaso político de la UE.

Si los ciudadanos cubanos no somos escuchados y no es posible ningún diálogo con ese Gobierno ilegal y arbitrario, si solo la ciudadanía tiene posibilidad de recibir ilegalidades, atropellos, represión y brutalidad policial, es imperativo que los organismos internacionales nos ayuden a detener la represión y violación sistemática de todos los derechos humanos en Cuba. Los ciudadanos cubanos no queremos que la Isla se convierta en otra Ruanda y que el inicio sea la muerte de estos jóvenes de San Isidro que lucha por los derechos económicos, culturales, civiles y políticos de todos los cubanos.