JOSÉ DANIEL FERRER
Es la hora de iniciar la transición a la democracia en Cuba
«¿Qué demanda Cuba hoy de cada uno de nosotros y del mundo? ¿Qué es lo que más nos conviene a todos?», se pregunta el activista y expreso de conciencia José Daniel Ferrer, tras las acciones del Movimiento San Isidro, y la respuesta del régimen cubano
SANTIAGO DE CUBA Actualizado:GUARDAR
Sin lugar a dudas, para salir de la grave crisis en que se encuentra inmersa nuestra patria, urge un Diálogo Nacional respetuoso y constructivo que dé inicio al proceso de transición hacia la democracia. Demorarlo más, resulta muy peligroso para todos. El Movimiento San Isidro, con su sacrificio y valor, ha dado lugar a un escenario de solidaridad y justos reclamos de derechos y espacios, que deben ser consolidados y extendidos por todo el territorio nacional y la diáspora cubana. Sin lucha firme, sin crecientes presiones de todos, no habrá libertad ni bienestar en nuestra nación. El opresor no respeta nunca voluntariamente los derechos de los oprimidos.
¿Qué demanda Cuba hoy de cada uno de nosotros y del mundo? ¿Qué es lo que más nos conviene a todos?
De los dirigentes de línea dura del régimen, Cuba demanda, y a ellos les conviene, entender que no pueden continuar sometiendo al pueblo cubano a la miseria extrema y a la total opresión. De nada les sirve ya, culpar a otros de lo que es responsabilidad de ellos. La represión y las mentiras no podrán demorar demasiado tiempo el estallido social que siempre es consecuencia de la intransigencia de quienes gobiernan tiránicamente. Cuanto más se aferren y dañen al pueblo, más severa será la justicia con ellos. Nada mejor para todos que una transición pacífica y ordenada a un Estado de Derecho.
De los funcionarios moderados y con ideas reformistas en las estructuras del régimen, Cuba demanda, y a ellos les conviene, ser más audaces, defender sus criterios, enfrentar a los intransigentes y pensar en el bienestar de la nación. Sin respeto a los derechos y libertades fundamentales de la persona, sin una profunda reforma económica, sin un sensato proceso de reconciliación, la patria no sana, la crisis se agrava y ellos y todos seremos responsables también, del desastre final, por no actuar a tiempo y con suficientes energías.
De las organizaciones de oposición pacífica, defensores de los derechos humanos, periodistas y artistas independientes, Cuba demanda y a todos nos conviene, apoyar al máximo posible a los artistas que reclaman la liberación de Denis Solís, el fin de la represión contra el Movimiento San Isidro y derechos y espacios que a todos nos pertenecen. Es hora de mayor solidaridad y unidad en la acción. Necesitamos mayor comunicación y confianza entre todos. El régimen sabe cómo dividir y potenciar la desconfianza y rivalidades. Neutralicemos sus infames acciones, venzamos juntos cuantos obstáculos nos interpongan. Trabajemos con la mejor coordinación para motivar a esos miles de compatriotas que quieren libertad y democracia, pero hasta ahora se mantienen distantes y apáticos a toda lucha por sus derechos. Es hora de controlar egos y estar muy conectados, como expresan los del Movimiento San Isidro.
De los profesionales, trabajadores, campesinos, estudiantes, cuentapropistas, desocupados y amas de casa que hasta ahora nada o muy poco hacen por sus derechos individuales y la democratización de la Nación, Cuba demanda, y a todos les conviene, reflexionar sobre nuestra triste realidad y la grave crisis que a todos nos afecta y que se continuará agravando hasta hacer de nuestras vidas un completo e insufrible infierno. Ya para muchos lo es. Es mucho más lo que pierden y sufren por la falta de compromiso y de solidaridad con quienes luchamos por los derechos y el bienestar de todos, que lo que perderían y sufrirían si dieran su necesario y valioso aporte en aras de la transición a la semocracia. Servir al régimen opresor es indigno y a todos nos afecta. Guardar silencio, también nos hace cómplices de los culpables de nuestros males.
De las Iglesias (católica, protestantes, evangélicas), Cuba demanda y a todas les conviene, tener siempre presentes las palabras con que inició Jesucristo su ministerio público: «El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos» (Lucas 4: 18) Cristo espera de todos un firme compromiso y que recordemos y vivamos según sus enseñanzas, que sepamos ser «Buenos Samaritanos», y que sin temor a la Cruz, enfrentemos la maldad y a los malvados: «… llegaron unos fariseos, y le dijeron a Jesús: —¡Huye, porque el rey Herodes Antipas quiere matarte! Jesús les dijo: —Vayan y díganle a esa zorra que hoy y mañana estaré expulsando demonios y curando a los enfermos…» (Lucas 13: 31-32). No olvidemos el Capítulo 25 de San Mateo: «Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.» Los activistas del Movimiento San Isidro, los presos políticos, las víctimas de la constante represión, los hambrientos y enfermos, los perseguidos y oprimidos, esperan hoy que las iglesias y sus fieles no olviden este importante texto bíblico. Hay Sacerdotes y pastores, monjas y fieles, que no lo olvidan, pero muchos sí. Muchos piensan y hablan, de «las glorias de Dios en el Cielo» mientras ignoran las condiciones que hacen de Cuba un infierno para la mayoría de nuestro pueblo. No es inmiscuirse en «política», es cumplir con el sagrado deber de todo cristiano de estar del lado del bien y la justicia.
De los cubanos que viven en el extranjero, Cuba demanda y a todos les conviene, no olvidar las causas que les hicieron abandonar su hogar y su tierra, y que, aunque vivan lejos y disfruten de los derechos y la prosperidad que no existen en nuestra patria, sus familiares y amigos en Cuba siguen sin derechos y dependiendo de las ayudas que muchos envían desde el exterior. El régimen unipartidista viola sus derechos y los explota de una u otra manera, a ellos también. La patria mira orgullosa y agradecida a sus hijos que desde otras tierras siguen luchando por una Cuba libre y democrática y espera que quienes aún no lo hacen se sumen y den también su mejor aporte. Quienes luchamos dentro necesitamos de la solidaridad efectiva de nuestros compatriotas emigrados. La emigración patriótica siempre ha jugado un papel muy importante en nuestras luchas por la libertad. Nada más vergonzoso que un cubano que salió en busca de libertad y bienestar, por temor o mezquinos intereses, apoye a la tiranía que oprime y empobrece a la nación.
Del Gobierno y el pueblo estadounidense, Cuba espera mantengan e incrementen la solidaridad y el apoyo desinteresado a quienes luchamos por la democratización de nuestra Patria. La próxima Administración debe mantener e incrementar las medidas contra el régimen que viola todos nuestros derechos y libertades y que es estrecho aliado de los principales enemigos de la libertad en el planeta.
De los partidarios de la democracia y de los defensores de los derechos humanos en Latinoamérica, Cuba espera mayor coherencia. Su silencio ante los desmanes del régimen castrocomunista no solo resulta inmoral, sino también muy perjudicial para sus respectivos pueblos. El régimen cubano ha sido el peor enemigo de la democracia en el continente y es responsable o cómplice de graves violaciones a los derechos humanos en países como Venezuela y Nicaragua, entre otros. Una Cuba democrática y estable, a todos les conviene. Seriamos un mejor aliado para todos en el Continente.
De la Unión Europea y otras naciones democráticas del Viejo Continente, Cuba espera que, fieles a su tradición y compromiso con la democracia y los derechos humanos, sean más exigentes con el régimen castrocomunista, uno de los principales violadores de los derechos humanos en el mundo y más solidarios con el pueblo que sufre esas flagrantes violaciones a sus derechos y libertades básicos. Esperamos que sean cada vez más solidarios con los defensores de los derechos humanos, opositores pacíficos, periodistas y artistas independientes y con todas las víctimas de la represión gubernamental. La Unión Europea debe dar mayor apoyo a la verdadera sociedad civil independiente. Actualmente toman como miembros de la sociedad civil independiente, y dan apoyo material, a organizaciones totalmente subordinadas al régimen totalitario.
Es la hora de iniciar la transición a la democracia en Cuba y todos debemos dar nuestro mejor aporte. Además de deber moral, a todos nos conviene.
José Daniel Ferrer es Coordinador General de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y Promotor de Cuba Decide
More Stories
“Los ladrones nos están saqueando”: Campesinos se quejan del mal trabajo de la Policía en Cuba
Rosa María Payá pide a Europa que traduzca su solidaridad en acciones por un cambio en Cuba.
Caída de Assad muestra “vulnerabilidad” de regímenes como Cuba y Venezuela, señalan expertos