December 24, 2024

Nuevos salarios, de lo ridículo y más allá

Nuevos salarios, de lo ridículo y más allá

En enero de 2021, el panorama económico quedará aún peor que antes de la pandemia: los trabajadores se enfrentarán a una realidad brutal expresada en “pesos cubanos”.

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Los nuevos salarios continuarán siendo extremadamente bajos en Cuba (Foto: AmérivaTeVé)

LA HABANA, Cuba. – Que un domador de circo y un payaso devengan prácticamente los mismos salarios que un médico o un profesor universitario no es la única “curiosidad” que trae esa “reforma salarial” que, en realidad, de poco servirá a los trabajadores frente al alza simultánea de los precios de bienes y servicios. Aunque el régimen de la Isla insista en que tiene la situación “bajo control”, a los cubanos también les caerá encima la inflación.

Lo cierto es que, aunque parezca una broma, a partir de enero de 2021 un payaso recibirá como salario mensual hasta 4.210 pesos, y un domador hasta 5.060, prácticamente lo mismo que un “Biotecnólogo Especialista de Alta Tecnología” que ganará 4.610, tan solo un poquito menos que un Investigador Titular, quien recibirá por su complejo desempeño no más de 5.560 pesos, de acuerdo con lo recientemente dispuesto en la decena de resoluciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) publicadas en el número 69/2020 de la Gaceta Oficial de la República de Cuba.

De modo que, si algo “positivo” e irónico tendrá la “reforma” es que, al menos salarialmente, no habrá marcadas diferencias entre payasos, domadores, periodistas oficialistas, médicos y embajadores y, en consecuencia, tan “feliz” conjunción nos conducirá a desentrañar un espectro amplísimo de “mensajes subliminales”, rayanos en la mofa, más cuando son sugeridos por la propia ley que dice ir en contra de los “igualitarismos”.

Por ejemplo, de acuerdo con las resoluciones del MTSS, la diferencia entre lo que ganan mensualmente un domador (5.060) y un embajador (6.960) es de apenas 1.900 pesos, es decir, de menos de 75 dólares al cambio oficial, e incluso de solo 47 dólares al canje en la calle, que es donde único es posible encontrar la moneda estadounidense, indispensable para comprar en las llamadas “tiendas en MLC”, las únicas regularmente abastecidas en la Isla.

Pero si comparamos el del domador de circo con el salario de un profesor universitario, categorizado como Titular, la diferencia es de apenas unos 20 dólares, al canje oficial nada realista de 1 x 24, porque según los precios del mercado negro, la diferencia salarial entre uno y otro es en realidad de apenas 12 dólares, es decir, uno o dos dólares más de los que va costando hoy en la calle un pomo de champú o una ristra de cebollas.

Pudiéramos continuar comparando con los salarios de otras profesiones según las nuevas escalas y cada vez sería más indignante el resultado.

Por ejemplo, la Resolución 34, que regula el salario de la prensa oficialista, ha establecido que el director de un órgano de prensa, según la categoría, ganará entre 6.060 y 6.610 pesos cubanos, es decir, un máximo de aproximadamente 170 dólares al cambio actual, real. Así, el director general del Noticiero Estelar ganará 6.060 pesos pero, por cuestiones que nadie aclara, el del Noticiero del Mediodía, apenas recibirá 5.810 pesos.

Recorte (Gaceta Oficial No. 69/2020)

Sin embargo, un periodista de un medio considerado “publicación no conceptuada como órgano de prensa”, según la propia Resolución 34 del MTSS, recibirá salario entre los 3.410 y los 4.010 pesos, es decir, muy por debajo de los 5.060 que percibe el domador de circo y los 4.210 del payaso, marcándose la diferencia entre 1.000 y 1.700 pesos. ¡Burla de antología! ¿Será que alguien ha querido señalarnos semejanzas entre las universidades cubanas, los medios de prensa del gobierno y la pista de un circo?

Pero el ridículo no se detiene ahí y va más allá de domadores versus periodistas para definir prácticamente el total de las nuevas resoluciones referidas a los salarios y demás retribuciones.

Por ejemplo, para el pago de las horas extras se establecieron cinco grupos que oscilan apenas desde los 0,60 centavos de peso la hora hasta un máximo de 2,90 pesos, con excepciones para el personal de la salud a los que se les pagará, de acuerdo con la Resolución 37 y su Resuelvo Decimotercero, 4,00 pesos la hora, a médicos y estomatólogos, y entre 1,00 y 2,00 pesos a enfermeros, según sea el turno diurno o nocturno, retribuciones que en su nivel más alto hoy no superan el centavo de dólar por hora al cambio real.

Otra disposición que nos hace pensar en lo “divertidos” o malévolos que debieron de estar sus inventores del Ministerio del Trabajo al momento de redactarla es la Resolución 35, que en su Resuelvo Undécimo define el pago a los “modelos vivos de la educación artística” o “personal de apoyo a la docencia”, estableciendo que un desnudo se pagará a 13,60 pesos/hora, un “torso vestido” cobrará 9 pesos/hora y una “cabeza”, “pie” o “cualquier otra extremidad” se valorará en 6,80 pesos/hora, de modo que un “modelo vivo” que pretenda cobrar por su desnudez, aun trabajando tres horas diarias durante todo el mes, sin dudas pasará a ser “modelo muerto”.

La de los “modelos vivos” es la misma Resolución 35 que establece los salarios de los profesores en los llamados “centros de capacitación para la Cultura”, donde los pagos mensuales, incluso para los profesionales de Nivel Superior oscilarán entre los 3.410 y los 4.610 pesos.

Recorte (Gaceta Oficial No. 69/2020)

Y en cuanto a el “pago extra” de profesores y maestros de Centros Internos —como las llamadas “escuelas de conducta”—, becas y centros de entrenamiento deportivo, se establecen estimulaciones que varían desde los 70 hasta los 150 pesos mensuales, este último pago para personal de los “hogares para niños sin amparo filial”, remuneraciones extremadamente bajas en un contexto donde la “canasta básica” ha sido calculada por el propio gobierno sobre los 1.500 pesos y donde la factura de electricidad, unida al teléfono y la conectividad a Internet, consumirán la totalidad de lo devengado, incluso más.

El deporte no ha quedado fuera de tanto “divertimento” o “retozo legal”. Mediante la Resolución 38, se ha tenido en cuenta el ingreso básico de los atletas de alto rendimiento y otros. Así, un medallista olímpico recibirá un salario de 5.590 pesos; un medallista mundial, 4.845; y uno panamericano, 4.475.

Además, por el Resuelvo Cuarto, las medallas serán valoradas de la siguiente forma: oro en Panamericanos, 1.250 pesos; plata, 850; y bronce, 550. Pero en Juegos Centroamericanos solo se estimulará la presea dorada, con 800 pesos.

En cuanto a la Serie Nacional de Béisbol, “se establecen premios en pesos cubanos en correspondencia con los resultados individuales de los atletas”. Un “jugador regular”, definido como el que participa en el 70 por ciento de los juegos, ganará 5.000 pesos; los abridores, que estarían obligados a lanzar al menos 120 inning y ganar como mínimo 10 juegos, también recibirán igual cantidad.

Pero, en cambio, los líderes individuales de bateo, jonroneros, impulsadores, por bases anotadas y robadas, así como el jugador más valioso y novato de la serie, solo obtendrán 1.000 pesos, es decir, menos de 30 dólares al cambio actual en el mercado informal.

Apoteosis de la ridiculez del régimen que contrasta con el sistema de pagos a los “cuadros de dirección” del Partido Comunista. Por ejemplo, el salario del gobernador de La Habana ha sido establecido en los 9.010 pesos, una cifra correspondiente con la escala máxima, de solo XXXII grupos, y a la que posiblemente se suman “atenciones”, beneficios y prebendas que tornan innecesaria cualquier retribución salarial.

Recorte (Gaceta Oficial No. 69/2020)

En resumen, al quedar el panorama económico peor a como estaba antes de la pandemia —incluso con los desabastecimientos que la precedieron—, los trabajadores cubanos se enfrentarán a una realidad brutal expresada en “pesos cubanos” —la moneda de sus salarios— pero donde los dólares estadounidenses, bien escasos, marcarán la diferencia entre una persona que come y otra que se va a la cama con el estómago vacío.

Aunque se habla de salarios mensuales sobre los 1.900 pesos —para los menos afortunados— y de pagos que superan los 8.000 —sobre todo para los “cuadros de dirección” del Partido Comunista—, la realidad es que continúan siendo cifras ridículas cuando el canje de pesos cubanos por dólares estadounidenses va remontando los 40 pesos por cada unidad del billete verde.

Pero no importa cuán alto suban los salarios si a fin de cuentas servirán de muy poco, mucho menos cuando se espera que, a partir de enero de 2021, el valor del dólar en la calle supere los 50 pesos, aun cuando, de manera antojadiza, el gobierno ha fijado la compra en 24 por 1, al tiempo que paralizó oficialmente la venta y limitó las extracciones por falta de liquidez.

Ya, de por sí, los precios tanto en el mercado negro como en los comercios estatales van reflejando la dura realidad, y no causa demasiado asombro que un tubo de dentífrico o un paquete pequeño de detergente cuesten cada uno sobre los 250 pesos cubanos, de modo que hoy, tan solo en la compra del aseo básico, una familia debe destinar mensualmente sobre los 1.000 y 2.000 pesos.

Pero la realidad es que esa cifra en pocos días pudiera duplicarse cuando el valor real del salario se reduzca en la misma proporción que ascienda el precio del dólar en la calle.

Aun cuando en el más favorable e idílico de los escenarios el canje del dólar se mantenga a como está en la actualidad, es decir, entre 35 y 40 pesos por unidad, los nuevos salarios continuarán siendo extremadamente bajos.

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Ernesto Pérez Chang (El Cerro, La Habana, 15 de junio de 1971).
Escritor.
Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana.
Cursó estudios de Lengua y Cultura Gallegas en la Universidad de Santiago de Compostela.
Ha publicado las novelas: Tus ojos frente a la nada están (2006) y Alicia bajo su propia sombra (2012).
Es autor, además, de los libros de relatos: Últimas fotos de mamá desnuda (2000); Los fantasmas de Sade (2002); Historias de seda (2003); Variaciones para ágrafos (2007), El arte de morir a solas (2011) y Cien cuentos letales (2014).
Su obra narrativa ha sido reconocida con los premios: David de Cuento, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1999; Premio de Cuento de La Gaceta de Cuba, en dos ocasiones, 1998 y 2008; Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, en su primera convocatoria en 2002; Premio Nacional de la Crítica, en 2007; Premio Alejo Carpentier de Cuento 2011, entre otros. Ha trabajado como editor para numerosas instituciones culturales cubanas como la Casa de las Américas (1997-2008), Editorial Arte y Literatura, el Centro de Investigaciones y Desarrollo de la Música Cubana. Fue Jefe de Redacción de la revista Unión (2008-2011).