“Para los que se alegran conmigo, e incluso para quienes querían sangre: luego de un diálogo honesto y constructivo, se decidió que sigo colaborando con JR como hasta ahora. Y me alegra la decisión, mucho”, anunció el periodista y crítico cubano Joel del Río este martes.

El anuncio, publicado en su muro de Facebook, se produce apenas 24 horas después de que el propio Del Río anunciara que había sufrido censura en el diario oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Juventud Rebelde, razón por la que quedaba interrumpida su carrera de 30 años en ese medio.

El crítico admitió que la medida había sido tomada por la dirección del periódico después de que él emitiera opiniones en sus redes sociales que no se ajustan a la intensa campaña de descrédito y criminalización lanzada por el Gobierno desde medios oficiales contra el Movimiento San Isidro y otros artistas independientes.

“A todos los periodistas cubanos que trabajan en instituciones oficiales: eviten emitir cualquier opinión que se aparte un milímetro de lo que dice Humberto en TV. Se instauró la cacería de brujas. Al director de JR le importaron un carajo 30 años de trabajo en ese periódico”, anunció Del Río en su perfil de Facebook.

Posteriormente el crítico de cine explicó que “técnicamente” el diario oficial no lo había expulsado, porque dejó de formar parte de la plantilla en 2001, pero sí censuró un trabajo suyo sobre el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano como castigo por sus opiniones en redes, por lo que asumió dicha censura como el cese de sus colaboraciones con la publicación.

Humberto López, abogado de profesión al que el crítico hizo referencia, ha estado al frente de una serie de reportajes emitidos en el Noticiero Nacional de Televisión que ha intentado vincular a creadores independientes con actos violentos y de terrorismo y a quienes ha calificado como “mercenarios” al servicio del Gobierno de EEUU.

“Las personas también somos responsables de lo que hacemos y decimos. Yo pensé que podía opinar y estoy empezando a pagar el precio”, dijo Del Río el lunes, respondiendo a un comentario en la propia publicación sobre su despido.

Anteriormente, el periodista comentó en esa misma red social: “Yo quisiera vivir en una Cuba cuya televisión jamás le conceda a Humberto López, ni a otros tan irresponsables como él, el derecho a denigrar, manipular e instigar a unos contra otros, y mucho menos le diera el derecho a sembrar en la mente del espectador la infamia de que inconformidad es sinónimo de mercenarismo, y también le quiten la posibilidad de confundir la necesidad de diálogo de unos con las agendas entreguistas de otros. Si no le otorgan rápido un puesto diplomático, muchos cubanos padeceremos su retórica del odio”.

La reflexión fue compartida 190 veces y generó 200 comentarios, muchísimos respaldándole, pero otros, entre ellos algunos colegas, atacándole por no ajustarse al discurso del régimen.

La resonancia de sus publicaciones hizo que Del Río advirtiera poco después de hacer públicas sus denuncias: “Tres medios de Miami me convidan a entrevistas para que explique el problema con Juventud Rebelde. Para que no insistan más: declino estas y otras futuras incitaciones a formar un show con esto. Mi tema con JR se resolverá, si se resuelve, entre JR y yo. Y por supuesto les contaré después a mis amigos. Pero me temo que si se resuelve, y yo vuelvo a escribir para ese periódico, inmediatamente dejarán de convertir en indeseadas noticias mis publicaciones en fb”.

No obstante, en la publicación donde anunció la solución del problema, la forista María del Rosario García Vera comentó: “Alguien dijo: no somos el enemigo, somos artistas, y yo digo: no somos el enemigo, soy cubana y no.le hago el juego a los mercenarios y tampoco a los artistas, porque qué tienen ustedes que no se les puede rozar ni con el pétalo de una rosa. Ah, y no sé lo que pasó con usted y qué bueno que se resolvió, pero podías haber hecho menos ruido”.

Joel del Río es un reconocido crítico de cine del ICAIC. Colaborador de varias publicaciones cubanas y profesor en la Escuela Internacional de Cine y TV (EICTV) de San Antonio de los Baños.

Entre varios premios, en 2004 recibió un reconocimiento “por haber contribuido durante diez años ininterrumpidos a la calidad del periodismo en Juventud Rebelde“.