La organización Archivo Cuba, que hasta la fecha ha documentado 3.045 fusilamientos en Cuba, publicó en octubre el testimonio de familiares de dos cubanos ejecutados por el Gobierno de Fidel Castro en 1960 y 1961, por rebelarse contra el naciente proyecto castrista.

En uno de los videos publicados como parte de una serie, Marta González recuerda a su primo Gerardo Fundora, fusilado el 22 de octubre de 1960 en el campo de tiro de Limonar, en la antigua Las Villas.

Según el relato, Fundora Nuñez, de 32 años, trabajaba en la fábrica Rayonera, de Matanzas, estaba casado y tenía tres hijos varones. Era secretario general del Sindicato de Trabajadores Textiles de Matanzas y miembro de la resistencia contra Fulgencio Batista e incluso se había exiliado en México con los hermanos Castro cuando planificaban invadir Cuba.

Sin embargo, “se opuso a la traición de la revolución por parte del pequeño grupo radical liderado por los hermanos Castro y formó un pequeño grupo de resistencia en Palenque, Matanzas”.

Archivo Cuba precisó que Fundora González “fue capturado con algunos miembros de su grupo, torturado en la prisión del Castillo de San Severino y ejecutado muy poco tiempo después sin celebrársele juicio”.

Lo acusaron de disparar contra una niña, que la familia insiste había sido muerta por milicias gubernamentales que viajaban en un jeep.

Antes de fusilarlo, lo exhibieron por la ciudad de Matanzas en una camioneta para infundirle miedo a la población, contó Marta González.

Se le negó la visita de un sacerdote antes de su ejecución y fue llevado a un campo de tiro alrededor de las 5:00AM junto con el ataúd en el que colocarían su cadáver.

La organización recordó que rehusó cubrirse los ojos ante el pelotón de fusilamiento.

“A la familia se le negaron los restos y al enterarse dónde lo habían enterrado, le llevaron flores y rindieron un homenaje. Los miembros de su grupo de resistencia que habían sido capturados fueron condenados a 30 años de prisión”, señaló Archivo Cuba.

Otra ejecución sumaria sin juicio

Araenis León Ruíz, por su parte, habla en otro video sobre el fusilamiento de su tío, Ángel Moisés Ruíz Ramos, el 1ro de diciembre de 1961 en el cementerio Agramonte, de Matanzas.

Ángel, conocido por su segundo nombre, Moisés, tenía solo 24 años y provenía de una familia humilde; trabajaba en la agricultura.

“Era líder de la resistencia de la provincia de Matanzas y fue traicionado por una persona cercana a él. En medio de la noche agentes del Gobierno llegaron con capuchas a su casa, donde vivía con sus padres, y lo sacaron con una capucha en la cabeza. Al día siguiente la familia se enteró de que esa misma noche había sido ejecutado, sin juicio previo, con tres amigos de la resistencia: los hermanos Barrabí (Bernardo y Orlando) y Orlando Rodríguez Álvarez”, señaló Archivo Cuba, de acuerdo con el relato de León Ruíz.

La prensa oficial informó del fusilamiento del joven en el cementerio de Agramonte, donde los enterraron en una fosa común.

“Antes de la ejecución, les habían extraído la sangre a la fuerza, ya que Cuba vendía productos sanguíneos en el mercado internacional. La familia intentó sin éxito obtener un certificado de defunción”, condenó Archivo Cuba.

Archivo Cuba documenta e informa sobre el costo en vidas de la revolución cubana desde 1952 y de todos los lados del espectro político. Hasta la fecha, su base de datos de casos de muerte y desaparición tiene 11.303 casos.

“Sin embargo, este trabajo en progreso no se trata de números, se trata de personas, seres humanos reales cuyas vidas han sido robadas prematuramente por la violencia política, directa o indirectamente. Estas pérdidas, injustas y a menudo brutales, han impactado a muchas más personas: familiares, amigos, vecinos, compañeros, etc., y han repercutido ampliamente en la nación”, señala la organización sobre su proyecto.

En una actual serie “sobre sobre cinco víctimas del régimen de Castro de diferentes épocas, lugares y circunstancias”, Archivo Cuba ya publicó los relatos de Armando Valladares, sobre el asesinato en agosto de 1964 del también preso político Ernesto Díaz Madruga, de 28 años, en la prisión de Isla de los Pinos en un salvaje ataque de los guardias de la prisión con bayonetas.

También el testimonio de Lucy Ramón, quien recuerda a su hermano, el exprisionero político José Gabriel Ramón Castillo, Pepín, quien murió en 2018 a los 61 años de una hepatitis contraída sospechosamente en prisión en Cuba.