September 21, 2024

Valoración y propuestas sobre la dinámica desatada por el movimiento San Isidro.

Valoración y propuestas sobre la dinámica desatada por el movimiento San Isidro.

A raíz de la dinámica desatada por el movimiento San Isidro y el apoyo
espontaneo de centenares de cultivadores de las diferentes manifestaciones
del arte alternativo frente al Ministerio de Cultura, se abre la interrogante. ¿El
Viceministro de cultura, Fernando Rojas, actuó como parte de un segmento
reformista que habita dentro de las esferas del poder, o, por el contrario, recibió
órdenes de “dialogar” con una representación de los manifestantes en aras de
ganar tiempo, desmovilizar a los congregados y finalmente desmantelar la protesta? Cabe la
posibilidad de una variante mixta: inicialmente reaccionaron los reformistas y después se impuso el
segmento más recalcitrante.
De cualquier manera, aquí se impone analizar qué deben hacer las fuerzas vivas prodemocráticas,
para avanzar en la consecución de esos objetivos. A la luz de otras experiencias ha quedado claro,
que la espontaneidad posee algunas ventajas, pero por si sola no puede desatar una dinámica de
cambios que culminen en la superación del totalitarismo. En otras palabras, se necesita apropiarse de
un pensamiento estratégico-táctico, que tenga previsto, entre otras cuestiones, qué hacer en el corto,
mediano y largo plazo.
En regímenes de fuerza, que transiten por las postrimerías, como el que padecemos los cubanos,
suele producirse un parteaguas: entre los blandos y los duros, o dicho, en otros términos, entre los
que esperan procurarse un lugar en la posdictadura, casi siempre compuesto por jóvenes, y los más
recalcitrantes, que apuestan por la conservación del status quo a cualquier precio. Los reformistas del
establishment, gústele o no a algunos opositores, son una variable importante de la ecuación
democrática cubana, a los cuales le debemos tender puentes.
De cualquier manera, la torpeza e intolerancia del castrismo desató una sinergia que agolpó
centenares de nuevos activistas el 27 de noviembre, que más allá de la actitud del régimen, deben
insistir en sus demandas: la libertad de Denis Solís, la libertad de creación artística, de prensa y de
reunión, el acceder a los espacios establecidos, entre otros. A juzgar por la avalancha represiva que
se ha desatado, consistente en descalificar, presentar a la prensa estereotipos que ubican a todos los
discrepantes en las antípodas del activista consecuente, arrestos domiciliarios o en estaciones de
policía, cercos policíacos a los lugares de reunión y demás, mantendrá el atrincheramiento de siempre.
Dentro de la buena cosecha obtenida, está el apoyo recibido de parte de prestigiosas figuras de la
cultura cubana de dentro y de la diáspora, de reputadas instituciones internacionales, de gobiernos
extranjeros y de una buena parte del pueblo, que percibió para su satisfacción que algo bueno está
en marcha. En la etapa de lucha sustentada, en mayor o menor medida, en una agenda de derechos
humanos, se transitó del activismo al artivismo, pasando por la utilización de INTERNET como
herramienta fundamental, claro que no todos forman parte de lo segundo, aunque son los
protagonistas fundamentales de esta epopeya.
Considero: el gran reto que tienen las fuerzas vivas prodemocráticas es, lograr que lo sucedido el 27
de noviembre se expanda en círculos concéntricos a todo el universo de la sociedad civil autónoma;
apropiarse de un capital simbólico ajustado a los mandatos culturales de la actualidad; proporcionar
unas reglas mínimas para tomar decisiones y elegir a los representantes que vayan haciendo falta;
reconsiderar si así se acordase, qué tipos de influencias y presiones utilizar contra el oponente; lograr
una forma más eficaz para comunicarse: con la sociedad, el universo de los activistas/artivistas, las
instituciones internacionales y las oficiales, con la máxima que se debe agotar primero las instancias
nacionales; apropiarse de una metodología de lucha de probada eficacia y una filosofía vencedora,
entre otras.
Librado R. Linares García, sec. general. del MCR .
Móviles: 52378063 y 53769404 y pág.; www.mcrcuba.org