La grave escasez de alimentos continuará en Cuba en los próximos meses, según se puede deducir de las estadísticas negativas referentes a la campaña agrícola de frío 2020-2021.

El diario oficial Granma, menciona problemas con la adquisición de fertilizantes, que unidos a la pérdida de varias siembras auguran una producción por debajo de lo previsto.

La campaña de frío, planificada el 1 de septiembre de este año hasta el 28 de febrero de 2021, significaba en los planes económicos del país entre el 60% y el 70% de la producción del próximo año. Las tierras planificadas para la siembras suponían un avance respecto a las del pasado año; sin embargo, de las 217.000 hectáreas que debieron cultivarse hasta el cierre de noviembre, a duras penas se han conseguido 184.000.

Las lluvias permanentes y los efectos de la tormenta tropical ETA son algunas de las causas del atraso en los cultivos, los cuales se prepararon para un período de seis meses y ahora deben completarse en solo 90 días, según Miguel Rosales Román, director general de Agricultura del Ministerio de la Agricultura (MINAG).

Otra de las razones por las cuales no se ha podido cumplir con lo esperado es la pobre importación de paquetes tecnológicos para la agricultura, en especial de fertilizantes. Esto afecta el rendimiento de las tierras para algunos cultivos como el boniato, que en condiciones óptimas puede producir de 25 a 30 toneladas por hectárea y ahora solo produce diez.

Los frijoles serán otro de los cultivos afectados, pues su proceso de siembra debería terminar en diciembre y ahora se prevé que al menos se extienda hasta enero del próximo año. El arroz y el tabaco, por su parte, han sufrido pérdidas relativas a 24.000 hectáreas, mientras la papa sufrirá un decrecimiento de producción de 2.740 hectáreas respecto al año pasado.

Justo cuando el Gobierno se ha lanzado en iniciativas productivas para disminuir todo lo posible la importación de alimentos, los vaticinios agrícolas exigirán justamente lo contrario. Debido a los bajos fondos con los que cuenta el país, el fracaso de la campaña de frío representa un agravamiento de la crisis alimentaria cubana.