Comparto contigo un momento especial de Prisoners DefendersRecibidos
Estimado Santiago, Espero este email te encuentre bien. Permíteme te envíe un email distinto al que acostumbro. Y por ello te lo remito desde mi email personal. Esta madrugada navegaba por Internet y he encontrado algo que me ha provocado una inmensa alegría que consolida el inicio de un trabajo que iniciamos en 2018 un grupo de cubanos y españoles, muy notorios todos menos el que te escribe,
y que no hubiera sido posible sin el impulso inicial de quien, desde el apoyo generoso sin beneficio ni retorno alguno, nos dió el primer apoyo, el primer ánimo y los primeros avales sin siquiera pedir, ni siquiera luego formar parte, de lo que colaboraba entonces de forma clave a que pudiera nacer. Sirvan estas palabras de agradecimiento a José Daniel Ferrer. Ahora somos más, y cada día quiero pensar que mejores: voces socialdemócratas del europarlamento, voces democristianas, jueces reformistas en ejercicio, o economístas de prestigio de la Universidad española. Hasta un psiquiatra, exprofesor de la Universidad de la Habana ahora en Namibia (cuya especialidad se justifica porque recopiló y armó la evidencia científica avalada desde hace más de medio siglo para, ante las Naciones Unidas, defender de la discapacidad a los hijos, más de 5000, de padres médicos separados de ellos forzosamente por 8 años, sin posibilidad de volverlos a ver, que los está matando y discapacitando lentamente por dentro. Y en estos dos años y medio ni una sóla disensión en el objetivo, que todos compartimos de forma natural, al igual que la precaria nulidad presupuestaria. Todos por altruismo, aportando, unos con horas, otros con dineros, otros con contactos, otros con esfuerzo. Todos con un espíritu humanista y sincero, tolerante y sin ambajes: ante los derechos humanos fundamentales y más básicos, de todos y de todas, que se aparte cualquier otra consideración. Nuestro sueño era crear una institución dedicada a los derechos humanos, centrista, humanista, apartidista, creativa y efectiva, deseablemente muy efectiva, usando la legislación internacional como el arma de demanda ejecutiva por la democracia y los derechos humanos. Llevando la voz de los oprimidos a los tribunales y cortes de arbitraje (14 batallas ganadas en los últimos 12 meses sólo en Naciones Unidas por colectivos oprimidos formados por decenas de miles de personas), y usando la Ley y la razón para vencer a la violencia y el extremismo. Con la visión de situarnos entre las víctimas y el opresor, con el camino de la honestidad incluso en el posible error. Honestidad y transparencia. Publicando las razones, todas. Sin esconder nada en la recámara. Como el vecino que se sitúa entre el maltratador de violencia de género y la víctima, ambos del portal de al lado. Llevándose los golpes y superando el miedo de enfrentarse para frenar a quien, sumido en emociones oscuras y violentas, no está en situación ni de razonar, y con la misión irrevocable de salvar a la víctima de la oscuridad perpetua. Hemos errado y hemos acertado. Pero hemos puesto lo mejor que hemos sabido de nuestro corazón. Porque nuestros “clientes”, nuestra devoción, son los mismos que nos dieron la democracia a Europa, a Canadá, a Estados Unidos, a Australia, a Suiza, a los Países Bajos, a la República Checa, a Rumanía, a España, a Polonia, a Suecia, a Italia, a Francia… aquellas personas, cada día más “lejanas”, pero que se jugaron la vida para que nosotros disfrutemos de la democracia y la tolerancia, y nos alejaron de los extremismos, de la intolerancia, y de cerrar los oídos a las ideas de los otros, o terminar la frase del otro… sin haber escuchado más que el inicio. Aquellos que les tocó decir ¡basta! con nada, ¡nada!, salvo la palabra, la razón y la valentía, frente a opesores omnímodos, y aquellos que, muchas veces, murieron entre sus manos. Los que ya hemos olvidado en Europa pero que nos dieron todo lo que ahora disfrutamos y que, como nuevos ricos, o como hijos de millonarios, no sabemos valorar en demasiadas ocasiones. Los que lucharon por los derechos de los trabajadores, por la abolición de la esclavitud, por la igualdad de mujeres y hombres, y entre los seres humanos, y los que lucharon por las libertades individuales y el crecimiento del que emprende sin explotar, creando riqueza, prosperidad y tranquilidad a su alrededor. Los que lucharon contra el nazismo y el fascismo, pero en igual medida los que lo hicieron frente al comunismo, que de “común” tuvo con el fascismo la opresión, la tristeza, la miseria espiritual, y la tragedia a su paso en todo el largo y ya insoportable historial de ambos…: los defensores de los derechos humanos, sean de dónde sean, bailen en clave de son, guaguancó, soul o flamenco, y voten a quien voten. Encontré en la red este documento. Buscaba, como otras veces, dos palabras: “prisoners defenders“. Lo encontré en un dominio, congress.gov, al igual que hace unos meses en otro, europarl.eu, y hace meses en otro hrw.org, y hace meses en otro, amnesty.org… Un documento que, como los otros, nos menciona entre las muy contadas, 6 en este caso, organizaciones de derechos humanos que esa institución -la más antigua en democracia de la historia de la humanidad y que me ha dado pánico ver ultrajada por unos salvajes hace unos días- ha estimado mencionar, de entre cientos que trabajan, y muy duro y muy bien, por los derechos humanos, y en particular en Cuba. Amigo solidario, Santiago, comparto contigo mi alegría porque jamás creí que pudiéramos, con tan poco como la honestidad y un par de años y medio de noches sin dormir, pensar que seríamos escuchados en algo tan difícil, tan polémico, y por todos. Es un gran comienzo. Ahora toca trabajar más, trabajar mejor, y lograr algo que, aún y para serte sincero, no hemos alcanzado para nada. Siguen 11 millones de personas desde hace 62 años, incluídos sus funcionarios y la gran mayoría de sus mandatarios, sumidos en la más siniestra oscuridad de un grupito selecto y un cuerpo militarizado y represivo que tenemos, con tu ayuda, que conducir al camino irreversible de la democracia, la tolerancia… y la libertad. Cuento con tu ayuda para ello y tú cuentas con la mía y la de Prisoners Defenders, con todas nuestras fuerzas. Este mensaje es sólo personal, tengo una gran alegría que sentí la necesidad de compartir. https://crsreports.congress. Un abrazo, y gracias por tu apoyo siempre, …
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