Muere anciano cubano que vivía en total abandono luego de años defendiendo a la Revolución
Un anciano cubano que malvivía en condiciones infrahumanas en una casa en La Habana, con un avanzado deterioro físico, falleció hace dos días en un hospital de la ciudad.
Dos opositores habían denunciado su caso el pasado 7 de julio en las redes sociales, tras visitar al señor en su vivienda y comprobar el estado de abandono que sufría por parte de las autoridades.
Varios activistas por los derechos humanos en la isla se hicieron eco de la situación y lograron que al menos en sus últimas horas, recibiera atención en un hospital. Pero la depauperación física de Juan de Dios Ferrer Foralba era muy grande y los médicos poco pudieron hacer por él.
Fue el opositor José Díaz Silva, presidente del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), quien visitó al fallecido en su humilde casa, sita en la calle Cisneros Betancourt, entre Verano y Asunción, en Los Pinos, en el municipio Arroyo Naranjo.
“Le tiramos fotos y (le hicimos) videos, y los subimos para las redes sociales. Además, se los mandamos a Ramón Saúl y al Directorio Democrático Cubano”, detalló Díaz Silva a la agencia CubaNet.
Tras la publicación en Internet, una comisión integrada por médicos y altas autoridades del municipio y la provincia acudieron a la vivienda.
“Llegó una comitiva de médicos, enfermeros (…). Lo bañaron, le cortaron la uñas, lo pelaron, le hicieron de todo. Después vino una ambulancia que se veía que era una ambulancia especial y se lo llevaron al hospital”, relató el opositor.
“Estuvimos averiguando y supimos que lo tenían en el Hospital Nacional. Allí lo tenían tirado en una cama y lo estaban alimentando por (sonda) Levin, artificialmente. (…) Ya no tenía fuerzas, incluso nos dijeron que el hombre ya estaba en sus últimos momentos”, añadió.
Díaz Silva conoció la historia de Ferrer Foralba por un pedido de auxilio de su hermano Gustavo, la única persona que se ocupaba de él.
El día que lo conoció el anciano estaba acostado en la cama sobre su propia orina y heces fecales.
“Su hermano me dijo que no tenía condiciones para limpiarlo porque todos los trapos que tenía los había usado en otras limpiezas”, subrayó.
Según Gustavo, Juan de Dios no estaba enfermo, su depauperación se debía a la falta de alimentación.
“Se veía que lo que tenía era hambre, porque estaba en el huesito. Era un esqueleto con el pellejo pegado a los huesitos”, recalcó el activista.
Antes de irse, tomó una fotografía de un diploma que ganó Ferrer Foralba en 1962, tras haber subido el Pico Turquino cinco veces.
“El certificado de honor que tiene dice quién fue. Ustedes, amadores y defensores de esta Revolución, hagan algo. Por lo menos que muera en un hospital”, alertó entonces el activista político.
Alberto Sosa Sánchez, vecino del occiso, explicó a CubaNet que desde que comenzó la pandemia de coronavirus, los trabajadores sociales le llevaban el almuerzo, pero la alimentación era muy pobre.
“Un día, a las 11:00 de la noche, su hermano salió corriendo y me fue a buscar para que yo llamara al 104, pero el SIUM nunca apareció. Entonces llamamos a la Policía, vinieron tres carros patrulleros, pero tampoco dieron con el Servicio de Urgencias Médicas (…). Pasaron 15 días y nadie vino”, precisó.
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