Casi un siglo de comunismo cubano
A casi un siglo de la fundación el primer partido comunista cubano, se sabe que la organización no posee una historia digna de contar
LA HABANA, Cuba. – El 15 de agosto pasado, vaya noticia, salieron cinco parrafitos sin firma en el periódico Juventud Rebelde. En esa nota, que recordaba la fundación del primer partido comunista de Cuba hace casi un siglo, el 16 de agosto de 1925, el nombre de Fidel Castro brillaba por su ausencia.
A este paso, es lógico pensar que, dentro de unos años más, aparezcan solo dos parrafitos recordándonos lo mismo, puesto que todo lo concerniente a aquella fecha tan controversial se ha olvidado. Recordemos que en 1925 ya se conocía la intransigencia de Stalin con su política de oportunismo, los conflictos internos de su partido, sus campos de concentración y sus millones de muertos.
Lo primero que descubrimos en esta nota de Juventud Rebelde son errores. El señor José Miguel Pérez y Pérez no fue el secretario general de aquel primer partido, sino un miembro más del grupo. Tampoco fue un partido que tuviera relación con el que fundara a finales del siglo XIX José Martí, que de comunista no tenía nada.
Otra falsedad en la que cae la nota es decir que el líder comunista Julio A. Mella había sido orientado por la dirección de su Partido a marcharse de Cuba y refugiarse en México, por temor a ser asesinado a manos de Machado. En realidad Mella marchó porque había sido separado del Partido, tras una huelga de hambre que hizo por iniciativa suya. Ya en México, según versiones más creíbles, fueron los propios comunistas de otros países, siempre en pugnas internas, quienes asesinaron a Mella.
A los pocos días de constituido, este primer partido comunista cubano comenzó a vivir en la más absoluta clandestinidad. Miguel Pérez fue considerado como “extranjero indeseable” y detenido por orden de Gerardo Machado, quien fue electo presidente por esos días y se mantuvo como enemigo de ideologías extranjerizantes. Luego, fue expulsado de Cuba hacia España, su país natal. Su historia terminó mal: acusado de organizar la resistencia contra el fascismo, fue condenado a muerte y ejecutado en 1936.
El partido comunista cubano no posee una historia digna de contar. Cuando los Estados Unidos le dan un ultimátum a Machado para que se marche de la Isla, el dictador, desesperado, les ofrece a los comunistas legalizar el partido a cambio de su apoyo, y los comunistas cometen el grave error de ceder, aun cuando la mayoría del pueblo quería la renuncia de Machado. El dictador huyó el 12 de agosto de 1933.
Durante el primer gobierno de Fulgencio Batista, en el cual este se pronunciaba por “una revolución verdadera” y los periodistas de la prensa libre eran reprimidos con aceite de ricino, el periódico Hoy de los comunistas fue legalizado, así como su Partido.
Es de destacar que, mientras Finlandia era invadida por la URSS, los comunistas Juan Marinello y Carlos R. Rodríguez se desempeñaban como ministros de Batista y Blas Roca estaba fundando la Revista Fundamentos. Por esa época aumenta el salario mínimo a 45 pesos cubanos al mes, Cuba compra oro por 22 millones de dólares para garantizar la moneda nacional, Batista establece relaciones diplomáticas con la URSS y es agasajado en Estados Unidos por el presidente Roosevelt.
Por último, bajo el triunfo revolucionario del castrismo, por los años 60 del siglo pasado, con sus miles de fusilados y presos políticos y una economía destruida, prácticamente desaparecieron los comunistas uno a uno en la llamada “microfracción”. Muchos de ellos salvaron sus vidas porque se exiliaron en Estados Unidos.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.
More Stories
Parlamento Europeo pide sancionar al régimen cubano y exige la libertad de José Daniel Ferrer
Entran en vigor nuevas regulaciones para el sector privado en Cuba
Conceden Premio Rafto de Derechos Humanos al artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara