MIAMI, Estados Unidos.- Es importante que Cuba no logre un escaño en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el período 2021-2023; ello contribuiría a evitar un mayor debilitamiento del sistema universal de derechos humanos.

Así lo resaltaron este martes varios diplomáticos, académicos y activistas cubanos y del continente americano mediante un foro virtual denominado “El lobo en el gallinero”.

El evento fue organizado por varias organizaciones, entre ellas el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), Race and Equiality y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF).

Los panelistas destacaron las diferentes razones por las que el gobierno cubano no debería formar parte de este organismo y socavaron el esfuerzo internacional para evitarlo.

Carrie Filipetti, Subsecretaria Adjunta de Estado de Estados Unidos, explicó que el CDH se fundó para promover y defender los DD.HH.

“Desafortunadamente, en los últimos años nos hemos alejado de esa visión. Muchos regímenes autoritarios comenzaron a advertir que podían deteriorar el voto, la reputación y credibilidad del organismo, por lo que cada vez más comenzaron a unirse, desvirtuando los propósitos de este Consejo”, expresó la diplomática de la administración de Donald Trump.

Asimismo, aseguró que “en treinta artículos que tiene la Declaración Universal de Derechos Humanos, es difícil encontrar uno que el régimen cubano no haya violado (…) Esto es indignante debemos volver a los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.

La también especialista en temas de Cuba y Venezuela resaltó el trabajo de defensores de derechos humanos en Cuba pese a la represión, exigió el cese de las violaciones, que el gobierno cubano permita la entrada de relatores especiales al país y responda ante las acusaciones de la ONU por la trata y esclavitud de personas, implementada con el programa de médicos cubanos internacionalistas.

“La comunidad internacional no puede seguir siendo cómplice de esto y un voto a favor de Cuba sería complicidad”, señaló Filipetti.

La Directora de Programas de Race and Equiality, Christina Fetterhoff, expuso que Cuba ha sido el país con asiento en el Consejo que más recomendaciones ha recibido en el marco del Examen Periódico Universal: alrededor de 300; “(el régimen) tomó nota de 100 pero no actuó sobre ninguna”.

Apuntó además que las respuestas de los representantes de Cuba en Ginebra ante las acusaciones siempre son que esas denuncias son parte de planes de “contrarrevolucionarios y mercenarios”.

Asimismo, recordó que Cuba no ha ratificado seis de nueve tratados internacionales, ni ha rendido cuentas sobre el cumplimiento de esos tratados.

“Las violaciones de derechos humanos en Cuba son estructurales y sistemáticas. Cuba no es apta para ser considerada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, aseguró.

El CDH de la ONU fue creado hace catorce años, de los cuales Cuba ha tenido una banca durante 12. Para Brian Schapira, Director de Relaciones Internacionales de CADAL, todo este tiempo Cuba ha sido cómplice de otros regímenes totalitarios y de graves violaciones a los derechos humanos sufridas en otras partes del mundo, y ha votado en contra de la adopción de resoluciones.

Por ejemplo, en 2019 votó en contra de una resolución contra Venezuela, un país en donde las violaciones de derechos humanos son alarmantes. Actualmente, Venezuela ocupa uno de los escaños del CDH de la ONU.

El miembro de CADAL remarcó que, de ser elegida Cuba nuevamente, seguiría promoviendo sus iniciativas y frenando otras que pudieran ser importantes: no hay razón para creer que eso podría cambiar.

Por su parte, Camila Acosta, periodista de CubaNet, destacó las constantes violaciones a la libertad de expresión en la Isla, la represión a periodistas independientes y la criminalización del ejercicio de la prensa independiente tanto en la Constitución de la República de Cuba como mediante el Decreto-Ley 370, Sobre la Informatización de la Sociedad en Cuba.

Acosta señaló además que, aunque Cuba firmó y ratificó la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, se burla de la Comunidad Internacional pues constantemente la viola.

Evidencia de ello son “los miles de presos políticos del castrismo que en más de 60 años han denunciado las torturas y tratos inhumanos; tanto torturas físicas como psicológicas. Miles fueron fusilados durante los primeros años de la revolución, actualmente existen unos 134 presos políticos en Cuba. Uno de ellos, Silverio Portal, perdió un ojo producto de una golpiza en la prisión”, afirmó la periodista.

Para el activista de derechos humanos, Manuel Cuesta Morúa, la Constitución de la República, aprobada en 2019, es contradictoria en materia de derechos humanos y el propio régimen la viola constantemente.

“El Gobierno cubano no responde a los altos estándares que establece la Resolución 60 para formar parte del Consejo de Derechos Humanos (…) Si el gobierno cubano viola los derechos humanos sin resistencia internacional, lo estaríamos convalidando”, indicó el también vocero del Partido Arco Progresista.

Los panelistas recalcaron además la importancia de continuar demostrando al mundo la verdadera realidad cubana como forma de desmitificar a la revolución cubana, a esa imagen idealizada que el régimen ha sabido vender muy bien durante décadas.

Como opciones, manifiestan la posibilidad de postular a otro país del continente que sea exponente de derechos humanos en la región. También, subrayó Schapira, sería importante exigir que las votaciones sean públicas, de esta manera se puede saber quiénes votaron a favor de Cuba y las decisiones de esos países que la apoyen puedan ser luego impugnadas por sus ciudadanos.

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