LA HABANA, Cuba. – Caridad Carballo, la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) que denunció a la prensa independiente el deterioro de su vivienda, fue excomulgada de la organización comunista a la que se incorporó desde los 13 años.

La falta señalada a la anciana de 73 años fue habe reclamado atención de las instituciones gubernamentales, ante el peligro de derrumbe de su vivienda.

El linchamiento político de la expresidenta cederista comenzó tres días después de publicada su denuncia en CubaNet. Las autoridades locales ordenaron eliminar el grafiti dibujado en la fachada de su vivienda, una obra de Fabián López, conocido por la firma “2 + 2= 5”.

En el barrio nadie interpretó el vínculo entre las represalias contra la anciana y la eliminación del grafiti. La explicación llegó cuando aparecieron, llenos de soberbia, los comisarios políticos. El dibujo incluso fue catalogado como “subversivo”.

Sin embargo, la misma soberbia no alcanzó a otro grafiti de similar contenido y autor, dibujado a menos de 100 metros del que fue cubierto con pintura gris.

Grafiti de Fabian López catalogado como “subversivo” (Foto del autor)

Tres días después de la denuncia de Carballo, las autoridades locales cubrieron el grafiti (Foto del autor)

A partir de ese momento, Carballo fue acusada de mezclar el deterioro de su vivienda con “asuntos políticos”. Este fue el preludio de una semana repleta de injusticias laborales, intolerancia ideológica y ostracismo público, denunció.

La primera piedra fue lanzada contra sus 17 años de trabajo en la Oficina del Historiador de La Habana. Desde que alcanzó la jubilación, la anciana se mantenía como custodio de instalaciones estatales. Una semana antes de ser expulsada, Carballo dobló turnos de trabajo por la falta de personal.

“Le dijeron que debido a la COVID-19 prescindían de las personas mayores de 65 años, consideradas de mayor riesgo al contagio con el virus”, contó a CubaNet un familiar cercano a la anciana, a quien la angustia y el miedo le impiden hablar del tema.

Por su desgracia, Carballo descubrió las falsas promesas de la Revolución. No obstante, la anciana teme desatar los nudos del sistema para recuperar su libertad individual.

El acto de repudio 

El sistema comunista que rige en Cuba solo puede implementarse a la fuerza, esta es la principal causa del auge recobrado de los actos de repudio organizados por el régimen contra quienes disienten o se apartan del modelo oficial.

Los miembros del CDR no. 7 “Claudio Argüelles Camejo” fueron convocados por funcionarios públicos para destituir a la anciana como presidenta cederista.

Los vecinos que conversaron con CubaNet sobre la destitución pública de la expresidenta no se explican cómo los empleados del Gobierno tienen autoridad para destituir a los dirigentes de organizaciones supuestamente no gubernamentales.

“Se supone que sean los miembros del CDR quienes elijan a su presidenta, pero no fue así, ellos mismos lo hicieron todo”, dijo a CubaNet un residente de la calle Habana, edificio 611.

Los funcionarios del régimen que se involucraron en la destitución de Carballo describieron a la prensa independiente con los peores términos del lenguaje oficial.

No obstante, la denuncia de la anciana se sustenta en pruebas irrefutables. Carballo cuenta con la documentación de varias décadas, que da pruebas de sus reclamos ante instituciones y funcionarios del Gobierno; posee los cinco comprobantes de quejas entregadas a la Asamblea del Poder Popular. Y aun así todavía el techo de su vivienda se cierne amenazante sobre ella.

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