Nelson Julio Álvarez Mairata recibió golpes “que no dejan marca”, pero los visibles están en varias fotos que compartió con DIARIO DE CUBA, donde puede verse la camiseta rasgada y la piel enrojecida, así como arañazos y heridas en rodilla y mano. El reportero independiente fue uno de los jóvenes cubanos detenidos violentamente frente al Ministerio de Cultura (MINCULT), este 27 de enero.
Los congregados eran miembros mayoritariamente del colectivo 27N y exigían dialogar con el viceministro de Cultura Fernando Rojas. También pedían la liberación de las personas detenidas e impedidas de acudir al MINCULT.
Rojas quería hacer una reunión sin prensa, sin teléfonos, dentro del MINCULT: “A lo cual los activistas no accedieron… No queríamos que ese diálogo se diera en un marco donde había personas que debían estar ahí y se encontraban detenidas”, dijo Álvarez.
“Hasta que Alpidio Alonso sale del Ministerio y agrede, como se ve en video, a vuestro periodista Mauricio Mendoza”, y a partir de ahí se desata toda la violencia, comentó Álvarez, y acotó que estuvo allí como reportero de ADN Cuba, aunque también es miembro del 27N.
Como Álvarez Mairata suponía que la detención era inminente no se resistió, pero eso no impidió que fuera reprimido con violencia.
El reportero estuvo trasmitiendo en directo hasta que, por prudencia, guardó su teléfono antes de ser detenido: “Cuando termino la transmisión un oficial cruza la valla de una institución frente al Ministerio… y cae encima de mí y me neutraliza con una especie de llave”.
“Estaba tirado en el piso hasta que vienen unas mujeres vestidas de policía y me trasladan a la guagua. Trataron de entrarme por delante, pero habían varias personas haciendo resistencia (…). Me dan un golpe por detrás, caigo al piso y un policía me agarra por el pelo y me arrastra hasta la puerta de atrás de la guagua, donde me empuja violentamente hacia dentro.”
En la estación policial fue interrogado por dos agentes, uno de ellos ya conocido por el reportero, pues lo había amenazado con anterioridad tras su participación en el 27N.
Hicieron amenazas puntuales: “Pretenden hacerme una especie de deportación a provincia (…). Yo no tengo dirección en La Habana”, comenta el youtuber, natural de Sagua la Grande.
Asimismo, fue amenazado con que sería aplicada “toda la fuerza” contra él si continuaba informando para medios independientes.
El ingeniero Alfredo Martínez describió lo vivido como “una tremenda locura”. En una imagen que publica el colaborador de Tremenda Nota en su cuenta de Facebook aparece con un dedo lesionado: “Así es como está mi dedo, pero mi moral no se destruye”.
“Era un efectivo policial inmenso. A mí me cogen por detrás, me hala un tipo por una llave, pero una llave (…) que hoy tengo dolor en el cuello”, enfatizó Martínez, quien sufrió otras detenciones el año pasado. “Yo me resisto, el tipo intentando quitarme el celular me parte el dedo, literal (…) Tengo un dolor en ese dedo que no te puedes imaginar”.
Martínez vio cómo golpearon en la cara al científico Oscar Casanella: “Se le veía hinchada”. Algo que se apreciaba aún en una imagen que Casanella publicó en su cuenta de Facebook cuando fue liberado.
Casanella no pertenece al 27N, pero fue uno de los atrincherados en San Isidro el pasado noviembre. “Todo fue muy violento, extremadamente violento para todos. Yo ofrecí resistencia porque era una injusticia, y porque los que me estaban deteniendo no eran policías ni oficiales, eran unos tipos vestidos de civil que vinieron con tremenda violencia, y no se identificaron”, comentó a DIARIO DE CUBA.
“Soy de los primeros al que suben a la guagua. Allí me agarro de las manillas de la puerta para no subir. Y estaban todos ellos debajo, las personas y los represores, y solo estaba un represor dentro de la guagua, que fue el que me empezó a dar piñazos en el tórax y la cara… Para que dejara de ser el tapón que impedía que el resto de la gente subiera a la guagua”, explica Casanella, que finalmente fue vencido a golpes.
Tanto Martínez como Casanella coinciden en la brutalidad de las llaves de inmovilización y en la presencia de agentes de civil que no se identificaron durante las detenciones. En el momento de conceder la entrevista, Casanella aún no había recuperado la bicicleta con la que suele desplazarse, y que más de una vez los agentes han dejado abandonada en el lugar cuando lo detienen.
Violencia contra las mujeres
“Camila Lobón fue para mí la más violentada (…). Los golpes a Camila fueron duros”, comentó Alfredo Martínez. La artista plástica, miembro del 27N, era una de las personas que debía reunirse con el viceministro Rojas.
En el interior del ómnibus donde serían conducidos a la estación policial, “a Camila [Lobón] le intentaron quitar el teléfono, pero ella se resistió, y nosotros gritando ‘suéltenla, suéltenla’… Pero seguían metiendo las llaves, dando golpes”, recordó Martínez.
“Yo escuchaba los gritos agudos de todas las mujeres, las muchachas, que sufrieron también muchísimo y de los otros hombres, porque todos los represores usaron llaves de estrangulamiento y de inmovilización, y así nos empujaban y nos tiraban para donde ellos querían, para poder meternos en la guagua, y dentro de la guagua continuó la violencia… Recuerdo que en particular se ensañaron con Camila Lobón. También con Celia González… Muy desagradable”, lamentó Oscar Casanella.
Según Yo Sí Te Creo en Cuba, que condenó la violencia contra las mujeres detenidas, las artistas Camila Lobón y Celia González “fueron desnudadas y registradas en sus genitales con la justificación de buscar dispositivos de grabación, en la estación de policía a donde fueron conducidas”.
Apagón digital
Durante la represión frente al MINCULT numerosos usuarios de internet reportaron cortes en el servicio de dos a ocho horas.
Las redes sociales se han vuelto un quebradero de cabeza para las autoridades, ya que son las herramientas que utilizan los activistas para denunciar los atropellos. El apagón digital vivido este 27 de enero intentó ocultar a tiempo real los atropellos perpetrados por las autoridades, pero la labor del periodismo independiente ha conseguido contrarrestar esa censura.
Los medios presentes frente al MINCULT cumplían con su papel de reportar e informar desde el lugar de la noticia; gracias al trabajo de reporteros como el periodista de DDC Mauricio Mendoza, que cubrió en directo desde el inicio del encuentro hasta el momento en que él mismo fue agredido por el ministro de Cultura, se supo lo ocurrido.
La violencia institucional ha quedado retratada, y con ella el carácter profundamente represivo del régimen cubano contra una nueva generación de jóvenes que no quieren seguir viviendo sin derechos.
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