El asiento del Gobierno de Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ‘está cantado’
Diario de Cuba
Activistas y actores políticos y sociales de la región analizaron esta semana estrategias para lograr que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) “se convierta en el lugar de las víctimas, y no solo de los victimarios”, en una conferencia virtual organizada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Manuel Cuesta Morúa, portavoz del Partido Arco Progresista, presentó una de las dos estrategias generales que, desde la sociedad civil independiente, se están impulsando en Cuba.
“Nuestro objetivo es, primero, poner sobre la mesa de conversación la legitimidad (o no) de las autocracias para formar parte del CDH. Y aquí la pregunta es: ¿Merecen gobiernos como el de Cuba ser electos al Consejo?”, declaró el coordinador de la plataforma Nuevo País a DIARIO DE CUBA.
Cuesta Morúa explicó que también son propósitos de la iniciativa en que participa “buscar una reforma fundamental del Consejo para que las sociedades civiles puedan tener una voz permanente en ese espacio, y elevar los estándares para los países que quieran formar parte del Consejo”.
Aquí entra una campaña de recogida de firmas, tanto en Cuba como en el exterior, con más de 1.000 adhesiones hasta el momento.
Para Cuesta Morúa, “el Gobierno cubano sigue teniendo predicamento en las Naciones Unidas”. Hay en la ONU “bloques que se organizan por tamaños de países, afinidades ideológicas e intereses estratégicos: un tipo de alianza transversal que aparece claramente en lo que denominan bloque del Sur o Grupo de los 77. En él se negocian las posiciones frente a las grandes potencias”, explicó.
“Ahí el Gobierno cubano ha desarrollado su diplomacia con fuerza y dedicación. Y eso se hace eficaz porque cada Estado es un voto. Garantizando los votos necesarios, el Gobierno cubano tiene garantizada su posición en el Consejo de Derechos Humanos, donde decide el voto de la mayoría en la Asamblea General”, añadió.
Por otra parte, la mayoría de los países en el CDH “no son muy respetuosos de la Carta Internacional de Derechos Humanos; de manera que se establece por esta parte una alianza de estados depredadores de derechos que se apoyan unos a otros para saltarse el escrutinio en el Consejo”.
Cuesta Morúa señaló asimismo “el solapamiento de la agenda de derechos humanos en Cuba detrás del conflicto con EEUU” y, “en la arena internacional, la diplomacia médica” que La Habana cambia por “el silencio” en cuanto a “la violación interna de derechos”.
Sobre la negativa del régimen cubano a aceptar la invitación abierta y permanente a los procedimientos especiales del CDH, limitándose a permitir escasamente y, según su conveniencia, las visitas de algún relator en décadas, Cuesta Morúa consideró que “dice mucho de su naturaleza y falta de compromiso real con los derechos humanos”.
“Hay en el Consejo de Derechos Humanos lo que reconocen abreviadamente como Resolución 60. En resumen, implica que los Gobiernos que opten por ser miembros del Consejo deben comprometerse a actuar, dentro de sus propios países, según los más altos estándares en derechos humanos. Para empezar, significa haber firmado y ratificado los nueve principales tratados en la materia y los dos principales pactos de la Carta Internacional de Derechos Humanos: los civiles y políticos, y los económicos, sociales y culturales”, sostuvo.
En este sentido, “el Gobierno cubano no se ha comprometido con aquellos tratados y, si bien firmó los pactos en 2008, ha pasado ya 12 sin ratificarlos”.
“Simplemente no quiere ser evaluado por un órgano en el que lleva participando 12 de sus 14 años de existencia. A esto le llamo diplomacia de distracción para ocultar las políticas de violación”, señaló Cuesta Morúa.
Lamentablemente, el Gobierno cubano “tiene muchas posibilidades de ser electo por la estructura del voto: son los Estados representados en la Asamblea General de la ONU los que eligen a los miembros del Consejo”, recordó el opositor.
“Por otra parte, muy pocas democracias de la región latinoamericana están interesadas en formar parte del Consejo. A la región le corresponden ocho asientos. Este año están en juego tres. Y hay solo tres interesados: (el Gobierno de) Cuba entre ellos. Así que la posibilidad de la reelección a un quinto periodo está cantada”.
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