September 20, 2024

Punto Cero y el poder ilimitado del dictador cubanoPOR IDAYSI CAPOTE

OPINIÓN SOBRE CUBA

Punto Cero y el poder ilimitado del dictador cubano

 
En los últimos años de su vida, Fidel Castro recibia a mandatarios en su residencia de Punto Cero. En sta foto del 29 de enero de 2014, el entonces presidente mexicano Enrique Peña Nieto visita al dictador cubano.  EFE

¿El dictador cubano sabría el arte de Ho’oponopono y por esa razón llamó a su residencia fija Punto Cero?

Me explico. Fidel Castro jamás hizo algo sin tener beneficios propios y después de pensarlo muy bien, aunque fuese siempre para hacer el mal.

Es por ello que me inclino a creer que “Barbatruco” conoció esta joya de los primeros nativos hawaianos llamada Ho’oponopono. Que entre otras cosas, significa enmendar o corregir un error. Asegura además que el 90 por ciento de nuestros problemas vienen de nuestros ancestros. Y es algo así como la tecla de borrar o dar delete en nuestra computadora interna, afirman especialistas en esta materia.

Esta técnica ancestral de Hawaii tiene varias herramientas. Una llamada, nada más y nada menos que “Punto Cero”.

Como lo lee. ¿Y qué significa Punto Cero? Lugar interno donde te puedes identificar con tu divinidad para que te sientas “un ser ilimitado” en un universo de “potencialidades ilimitadas”. Cuando sientas que tienes que estar en un lugar “neutro” donde “todo es posible”.

No puede ser casual. En Punto Cero se le ocurrieron a Castro las ideas más nefastas con poder ilimitado, y con ilimitada crueldad para quien se interpusiera ante el omnipotente “diablo” cubano. Allí recibió mandatarios y personalidades del mundo entero hipnotizados con la máscara de una bondad inexistente. Desde allí contaminó a medio mundo. Allí exhaló su último suspiro. ¿Estos asesinos suspiran en la hora final?

Cuba entera vive desde hace 60 años de espaldas al mundo y a la diversidad de pensamientos, ideologías y criterios. Estas limitaciones son para el pueblo. La crápula-cúpula comunista si goza de estos privilegios. Y pagan por ellos de las arcas revolucionarias. Cuando un cubano de a pie conoce algo como esto, al menos yo siento que descubrí el papel toalla. En serio, lo hice a los 40.

Cuando vivía en Cuba y conocí o fui parte de un grupo de estudiantes extranjeros, internamente rezaba porque no me preguntaran, ¿leíste tal libro? O, por ejemplo, ¿te gusta Guillermo Cabrera Infante? Cuando respondía, ¿quién es ese?, ellos contestaban que es cubano, cómo no lo has leído, es un excelente escritor, ganó el premio Cervantes de Literatura. “Tierra trágame”, pensaba.

Como explicarles que en Cuba estaba censurado, que ese nombre ni se mencionaba. Que soy universitaria, graduada en la isla, pero que después del día de recibir el título que avala estos estudios, he tenido que leer más de 10 veces la biblioteca de Alejandría, si aún existiera.

Que sales de Cuba con todos los océanos juntos de desconocimiento más el agua de todos los glaciares derretidos. Vergüenza y más vergüenza. Ese comunismo tropical cubano a tergiversado el concepto de lo humano, de respeto, de dignidad, del derecho al verdadero conocimiento del mundo y no a la doctrina que imponen. Es fatal y muy triste.

Ya he dicho, el comunismo a lo cubano no se puede explicar en unos párrafos. Y mucho menos que puedan comprenderlo los que no lo han vivido. Esto me recuerda una escena de una película en la que decían: Un insecto nace a las 6 a.m. y muere a las 6 p.m. ¿Cómo explicarle la palabra noche?

Así nos pasa a los que hemos sufrido y a los que llevamos marcada el alma por todo lo gestado en el Punto Cero.

En caso de que esta hipótesis coincida con la realidad y la mala intención sostenida por el dictador Fidel Castro Ruz, con el mal uso del Ho’oponopono aseguró que el noble pueblo hawaiano comenzaría a investigar a sus discípulos.

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