El cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino murió este viernes a los 82 años, según anuncia una nota necrológica del Arzobispado de La Habana.
“El Cardenal Jaime ha fallecido y al comenzar a sentir su ausencia física reviven, junto al afecto agradecido, los recuerdos de su calidad personal y su infatigable celo pastoral”, dice el texto firmado por el Arzobispo de La Habana, Monseñor Juan García de la Caridad Rodríguez quien asegura que Jaime Ortega será recordado por “su amable sonrisa, su inteligencia clarividente y el testimonio de un sacerdocio entregado y en ocasiones sufrido”.
La salud del arzobispo emérito de La Habana se agravó en los últimos tiempos por un cáncer de páncreas.
“Han sido los lemas de ordenación sacerdotal y episcopal, respectivamente, escogidos por Jaime como inspiración de su sacerdocio, que comenzó en la Catedral de Matanzas el 2 de agosto de 1964 y se le concedió en plenitud en esa misma Catedral el 14 de enero de 1979. Ambos lemas, además de sus innumerables acciones y obras pastorales, nos permiten acercarnos a la semblanza espiritual del pastor cuya ausencia hoy padecemos. No es oportuno, ni posible dada la naturaleza de esta nota, abarcar la obra fecunda de sus años sacerdotales en la Diócesis de Matanzas y como Obispo en la Diócesis de Pinar del Río y en la Arquidiócesis de La Habana”, apuntó Monseñor Juan García de la Caridad Rodríguez.
Ortega oriundo de Jagüey Grande, Matanzas, fue nombrado por Juan Pablo II como Obispo de Pinar del Río en 1978. Años después, en 1981, asumió como Arzobispo de La Habana hasta el 2016.
El 26 de noviembre de 1994, fue designado Cardenal por Juan Pablo II. Su fallecimiento deja al Colegio Cardenalicio sin purpurados cubanos, destaca hoy Radio Vaticano.
Al frente de la Iglesia Católica cubana facilitó tres visitas papales a la isla: la de Juan Pablo II en 1998, la de Benedicto XVI en 2012 y la del papa Francisco en 2015.
Fue parte junto a otros obispos cubanos de los acuerdos migratorios de 1986 entre Estados Unidos y Cuba, destacando el derecho de todo hombre o mujer a vivir y morir en su patria.
En 1989 se pronunció en contra de la pena de muerte a raíz del fusilamiento de cuatro altos militares en el proceso conocido como la Causa 1 de 1989 y en 1994 a propósito del hundimiento del remolcador 13 de Marzo, el 13 de julio de 1994 declaró: “Los acontecimientos violentos y trágicos que produjeron el naufragio de un barco donde perdieron la vida tantos hermanos nuestros son, según los relatos de los sobrevivientes, de una crudeza que apenas puede imaginarse”.
El religioso jugó un papel crucial en 2010 cuando en un diálogo con el régimen y el gobierno español logró la excarcelación de los últimos presos políticos de la Primavera Negra de 2003.
Ortega participó activamente en el acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos anunciado en diciembre de 2014.
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