La cadena hotelera Meliá atribuyó la caída de sus ingresos en Cuba al “empeoramiento” de las relaciones entre Washington y La Habana y al “aumento de la competitividad” en otros destinos de la región.
Meliá retrocedió en Cuba un 10,6%, una cifra similar a la experimentada en República Dominicana y México. Sin embargo, la compañía insiste en vincular su caída a las políticas de la Administración Trump, entre otros factores.
Según un informe semestral dado a conocer en Palma de Mallorca, ciudad sede de la multinacional, los problemas citados y otros “llevaron a una caída en tasas de ocupación y precios, afectados en gran medida por el hecho de que la Administración Trump prohibió́ las operaciones de cruceros en el país y eliminó las licencias para viajes destinados a programas educativos para ciudadanos estadounidenses conocidos como ‘People to People'”.
“La situación del turismo en Cuba no está relacionada con las medidas de Trump, que se acaban de adoptar y muchas de ellas ni siquiera han entrado en vigor. Sin embargo, la economía cubana ya decrece desde 2016. Me parece desafortunado culpar al presidente de Estados Unidos por la situación cubana. Entran en un plano de victimismo”, aseguró en Madrid el economista cubano Elías Amor Bravo.
En declaraciones a Radio Televisión Martí, Amor Bravo indicó que las causas del retroceso de Meliá hay que buscarlas en la situación internacional del turismo y en las particularidades del sistema cubano.
“Si en Cuba se detecta primero, es porque la industria turística en Cuba, por desgracia, está totalmente controlada por el Estado y es poco competitiva”, añadió.
En su informe de resultados, Meliá explica que las mayores caídas se produjeron en sus hoteles de Cayo Largo, La Habana, Jardines del Rey y Cayo Santa María, aunque las tasas de ocupación mejoraron en Cienfuegos y Santiago de Cuba.
“No hemos incorporado nuevos hoteles a nuestra cartera de Cuba (…), ni esperamos hacerlo hasta el año 2020”, indicó la compañía, que pretende continuar reformando sus instalaciones para “adaptarlas a las necesidades de los segmentos superiores y de lujo”, además de mejorar “la competitividad del país frente a otras regiones del Caribe”.
Meliá, que cuenta con 34 hoteles en la isla, podría verse afectada por reclamaciones basadas en el Título III de la Ley Helms-Burton.
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