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Un Banco central sin autonomía del gobierno, y a su servicio: malo para la economía cubana
Posted: 17 Oct 2019 11:47 PM PDT
Elías Amor Bravo, economista
Sin lugar a dudas, en la nueva mesa redonda de Randy Alonso, para continuar con las medidas económicas, y que contó con la participación de los mismos dirigentes comunistas que el día anterior, entre ellos, el vicepresidente, los ministros de Economía y Planificación, Finanzas y Precios, Comercio Interior y Comercio Exterior e Inversión Extranjera, la Ministra-Presidenta del Banco Central de Cuba y la Vicepresidenta Primera de la Corporación Cimex, no cabe duda que la intervención de la ministra-presidenta del Banco Central de Cuba, fue de las que tuvo un mayor interés, por el contenido de sus afirmaciones y el alcance de las medidas que están en su ámbito competencial.
Ella comenzó también dando las gracias a las más de 1.400 aportaciones recogidas en el sitio web Cubadebate, a las que hizo referencia Randy Alonso, y sobre todo a las relativas al sistema bancario, para señalar a continuación que cada una de ellas, tendrá respuesta. Todas las normas nuevas han sido publicadas en la Gaceta Oficial extraordinaria número 21 de 16 de octubre. Allí se pueden consultar los detalles.
La presidenta del Banco Central de Cuba señaló que una de las mayores inquietudes de la población está relacionada con el gravamen sobre el dólar en efectivo, que no se establece en caso de las transacciones. Conviene recordar que este gravamen fue impuesto por el régimen castrista en una fecha tan lejana como 2004, y justificado, como siempre, por el presunto recrudecimiento del bloqueo norteamericano a la Isla en aquel momento. Al dólar se le fija injustamente un gravamen del 10% pero hay algunos analistas que han observado en el desarrollo de las medidas una cierta dolarización de la economía, provocada sin duda por la pérdida continua de valor del CUC, consecuencia de la inflación latente que existe en la economía, sobre todo desde los aumentos de costes unitarios tras las elevaciones salariales del pasado verano.
Las disposiciones oficiales dicen textualmente “se dispone el uso de dólares estadounidenses en las operaciones de ventas minoristas en divisas, así como en las de importación, venta de mercancías en consignación y en régimen de depósito de aduana entre las entidades importadoras reconocidas” (artículo 1º de la Resolución 275/2019).
Según la directiva del Banco central la situación de presión de EEUU no ha cambiado por lo que el gravamen del 10% se continuará aplicando al billete efectivo de dólar estadounidense, es decir, a las operaciones con papel moneda. La remesa recibida por un cubano de su familia en el exterior si la convierte en efectivo, pagará el gravamen correspondiente y verá reducido su importe nominal en un 10%. Además, el gravamen solo se aplica al dólar, y no a otras divisas. Es decir, si un cubano recibe euros o yen de su familia en el exterior, no tendrá que soportar la pérdida del 10% al hacer efectiva la transferencia. Es evidente que cambiar dólares por euros, y realizar la transferencia en esa moneda, sale a cuenta. Hacer la transferencia desde una cuenta en euros, igual. Eso, las autoridades, no lo han tenido en cuenta.
El objetivo que está detrás de esta medida es que los cubanos realicen sus operaciones económicas por medio de cuentas bancarias, y a tal fin, las que se realicen de este modo no tendrán esa reducción del 10% en el importe de la remesa en dólares. Un estímulo que puede ser inútil en muchos casos. Cierto es que las autoridades llevan tiempo intentando que los cubanos pierdan el miedo a operar con los bancos. No lo tienen fácil. Demasiados años de desconfianza con las prácticas bancarias no se arreglan en un solo día. La dependencia de los bancos de la titularidad del estado y su relación con el ministerio del interior, es otro asunto que preocupa.
En todo caso, las transferencias del exterior que se realicen por vía bancaria no estarán sujetas al gravamen y para ello deberán gestionarse por medio de una cuenta que, de manera inmediata, las personas pueden utilizar, para lo que se han establecido una serie de entidades bancarias que podrán operar en este ámbito. El gravamen, reiteró, solo se aplicará para el dólar en efectivo, y por tanto, como ya se indicó no incluirá otras monedas libremente convertibles. Una persona que reciba la transferencia en cuenta, pero que haga efectivo el dinero a continuación, pagará igualmente el gravamen. No lo pagará si el importe de la remesa se destina en su totalidad a la adquisición de un determinado activo, lo que suele ser poco frecuente. La gente destina el dinero a diferentes bienes y servicios. No le veo futuro a estas medidas.
Además se autoriza que las cuentas asociadas a las tarjetas puedan tener dinero en dólares, porque los precios también estarán fijados en dicha moneda. En este punto es donde algunos observadores han contemplado una eventual dolarización de la economía. La pregunta es ¿por qué no se cambian los dólares a CUC o CUP? La respuesta es inmediata, porque el objetivo de esos depósitos sigue siendo la compra de bienes procedentes del extranjero, con precios en dólares. Al tener la cuenta en dólares y comprobar los precios en esta moneda, se pretende garantizar a las personas la realización de compras transparentes, en las que pueden ver de inmediato el gasto real. El sistema bancario cubano promoviendo tres monedas en circulación en la isla, incluido el dólar. Todo un récord histórico.
Además las medidas facilitarán a las personas ingresar fondos en las cuentas asociadas a sus tarjetas electrónicas utilizando las diferentes monedas que existen en el país. Es decir, que se pueden ingresar cuantías en CUP y CUC, y en tales casos se aplicará la tasa de cambio que está expuesta en las tablillas de las sucursales bancarias para convertir toda la cantidad de la cuenta en dólares y las tarjetas tendrán ingresado el imprte del dinero en dicha moneda. Además, estas cuentas se pueden abrir con saldo cero, y no es obligatorio llevar dinero en la apertura. No cabe duda que estas medidas van buscando los excedentes obtenidos por los trabajadores por cuenta propia en sus pequeños negocios, de modo que para la compra de sus equipos se vean obligados a aflorar las ganancias obtenidas. La información obtenida por los bancos resultará esencial para la política fiscal.
Así mismo la autoridad del Banco central dijo que una vez que las personas hayan formalizado la compra del equipamiento, si desean extraer su dinero pueden hacerlo sin ningún problema y dejar la cuenta a cero, ya que no se exige un saldo mínimo. Pero ya han mostrado sus excedentes y quedan expuestos. Más fácil lo tienen las personas que ya tienen cuentas en USD, como pueden ser Mastercard o Visa, ya que pueden hacer uso de ellas igualmente con la operatoria establecida. En todos los casos, deben ser los titulares quienes hagan las operaciones.
De igual modo, se mantiene la posibilidad de comprar USD en las casas de banco o en los bancos que existen para esta operación, siempre teniendo en cuenta la disponibilidad que exista en dichos lugares. Otro medio más de aflorar los excedentes del trabajo por cuenta propia. Es evidente que el sistema bancario se convierte en el instrumento principal del nuevo modelo de captación de divisas del régimen, pero también de control, vigilancia y delación de la actividad económica privada. Flaco favor a las prácticas bancarias basadas en la autonomía, confianza y la credibilidad. El sistema bancario cubano puede tener problemas con este modelo de actuación.
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El ministro de economía defiende “sus medidas” en mesa redonda: incertidumbres y contradicciones
Posted: 17 Oct 2019 12:27 AM PDT
Elías Amor Bravo, economista
Las nuevas medidas económicas ordenadas por el régimen castrista para controlar las divisas asociadas a la importación de productos sin carácter comercial por personas naturales han acaparado la atención de la población. No en vano, la economía es un asunto de la máxima importancia para todas las personas. Y como consecuencia de ello, dicen que se ha producido un debate intenso en redes sociales, solo en el medio oficial comunista, Cubadebate se recibieron 1.400 comentarios.
Este dato fue ofrecido en la nueva mesa redonda de Randy Alonso, dedicada a continuar con la explicación de las medidas económicas anunciadas el día anterior, con la participación de los mismos dirigentes comunistas, el vicepresidente, los ministros de economía y planificación, finanzas y precios, comercio interior y comercio exterior e inversión extranjera, la ministra-presidenta del Banco Central de Cuba y la vicepresidenta primera de la Corporación Cimex.
Por supuesto que todas las palabras han sido interesantes y merecen un análisis, pero en esta entrada del Blog vamos a dedicar un espacio a la intervención del ministro de economía, seguramente artífice de las medidas propuestas, porque no tiene desperdicio: incertidumbres y contradicciones.
El ministro de economía y planificación, sin duda en referencia a los comentarios de la población en Cubadebate, empezó su presentación señalando de forma expresa que no hay intención alguna de eliminar la moneda nacional, ni ganar espacio en venta en dólares. Llama la atención, sin duda, que una mesa redonda, organizada para hablar de unas medidas económicas para el control de divisas, en las que en ningún momento se abordó la unificación monetaria, obligue al ministro a comenzar defendiendo la moneda. Un asunto que estaba enterrado, del que se sabía poco, pero que aflora con especial intensidad y que obliga al ministro a decir que se está avanzando. Por algo será.
Hay que agradecer al ministro su claridad. Fue concreto al señalar que el objetivo de estas medidas es captar divisas y mantenerlas en el país. Esto ya lo sabíamos y así catalogamos las medidas en la entrada del blog de ayer. Pero conseguir que estos ingresos lleguen al territorio nacional por la vía del comercio electrónico es otra cosa bien distinta, y pienso, sinceramente, que en este caso, el ministro ha mostrado más un voluntarismo subjetivo que una posición objetiva basada en hechos reales. La economía, le recuerdo, se basa en esto último.Los encadenamientos en Cuba son débiles.
De hecho, yo pienso que estas medidas no sirven para proteger, ni fortalecer la industria, el comercio minorista, ni tampoco para echar a andar el motor de la demanda interna en el país. Estas variables económicas en Cuba fueron proscritas del escenario macroeconómico desde fechas tan lejanas como 1959, cuando empezó la transformación del modelo económico y se eliminaron del país los valores de motivación, productividad, competencia y libre elección, que son la base de la economía de mercado. Las medidas ni favorecen la industria, ni tampoco, como dice el ministro, dejan mejores condiciones para el futuro proceso de unificación monetaria. Una vez más este asunto, que obviamente preocupa a los cubanos, se traslada a un futuro incierto, y van más de 25 años.
Con respecto a los ganadores y perdedores con las nuevas medidas, el ministro quiso explicar que, en su opinión, las medidas no solo benefician a las personas que tienen acceso a moneda libremente convertible, para añadir que igualmente en su criterio, se ha producido en la población una comprensión del impacto positivo de las acciones. Lo dudo. Creo que este tipo de medidas desconciertan a los cubanos que venían utilizando los servicios de las mal llamadas “mulas” para comprar bienes de equipo inexistentes en el país. Por lo pronto, aquellos que habían programado esas compras, se han quedado a la espera de adaptar sus decisiones al nuevo modelo, y probablemente cejarán en su empeño.
En contra de lo que dice el ministro, las medidas no benefician a todo el pueblo. Los que antes carecían de capacidad de compra para adquirir estos equipos, porque sus salarios de 30 dólares mensuales lo impiden, seguirán igual. Además, los productos que se van a incluir no están subsidiados ni existen planes para hacerlo, de modo que no serán accesibles a todos los segmentos de la población, solo a los que reciban remesas del exterior. Lo que va a ocurrir es que aquellos ciudadanos que sí que podían comprar a las mulas los equipos, y hacer la transacción con pago en efectivo, probablemente ahora no lo harán por la desconfianza en el estado y los bancos castristas, las cuentas y las tarjetas magnéticas. Y harán bien en desconfiar. Los derechos económicos no están a salvo.
El cambio que supone pasar de la situación actual, en la que importan los productos personas naturales, mientras que no todas las personas pueden acceder a comprarlos, a otro escenario que se pretende por las autoridades, en que estos productos tampoco podrán ser comprados por todos, pero se beneficia la economía nacional, al evitar que el 100% de la divisa salga del país, es bastante improbable, y no parece que finalmente tenga lugar. Lo veremos.
No estoy de acuerdo con el ministro que las medidas sirvan para promover el impulso de la economía, y mucho menos para lograr mejores condiciones para la redistribución de la riqueza en el país, en función de las necesidades y prioridades de nuestra nación, buscando el máximo beneficio para todos. Como el sabe, la redistribución de la riqueza no se consigue interviniendo en el mercado, sino por la vía fiscal, y en este ámbito se ha hecho poco con estas medidas. De la misma forma que cualquier estimación de posible crecimiento del empleo o salarios en la industria, a partir de la adopción de este tipo de medidas, es más un deseo que otra cosa.
Al final de su intervención, el ministro agradeció las opiniones de la población en Cubadebate y se refirió nuevamente a la preocupación con la que comenzó la mesa redonda, al insistir que se mantienen las dos monedas nacionales, el CUP y el CUC, aclarando que no es intención del gobierno eliminar las dos monedas, sino incorporar la venta con otras monedas. Añadió que la población puede seguir adquiriendo en CUC y CUP los productos habituales de las cadenas de tiendas del país, porque en ello no va a haber cambios. Este es otro asunto controvertido.
Sin embargo, volvió a crear una incertidumbre innecesaria al expresar la necesidad de utilizar las divisas captadas a través de estas medidas, teniendo en cuenta la disponibilidad de la economía cubana y los beneficios graduales que pueden generar estas decisiones. En este punto, y ante algunas preguntas relativas a una posible dolarización de la economía cubana, señaló que el dólar no será la única moneda a utilizar, porque se aceptarán otras monedas, y que en todo caso, el dólar sería una referencia para establecer los precios.
¿Qué quieren que les diga? En el régimen castrista utilizar el dólar en operaciones económicas auspiciadas por el estado, y establecer precios de los bienes en esta moneda, es un cambio de dimensiones espectaculares, por mucho que se quiera revestir de aspectos técnicos. Pasar de un sistema de distribución de moneda convertible por el estado a las empresas y entidades, a otro de asignación descentralizada y controlada por el estado, utilizando los mecanismos bancarios y financieros de la banca estatal de titularidad del estado, es un cambio que tendrá efectos sobre la economía. No tardaremos en observarlos.
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