November 14, 2024

Alexander Otaola: ‘La dictadura cubana nunca ha estado tan débil como lo está ahora’

Alexander Otaola: ‘La dictadura cubana nunca ha estado tan débil como lo está ahora’

El popular conductor, quien ha logrado movilizar al exilio en Miami, responde a las preguntas de DIARIO DE CUBA.

DDC
Madrid 
Alexander Otaola.
Alexander Otaola. DIMECUBA.COM

Alexander Otaola, el popular conductor del espacio “Hola Ota-ola” que se transmite en YouTube Live, ha impulsado este último año campañas que han logrado movilizar al exilio cubano. Entre las acciones ha estado la oposición a que artistas simpatizantes con el régimen se presenten en Miami.

El caso más reciente es del de Haila María Mompié, que fue declarada “persona non grata” por el alcalde de Miami, y su concierto fue cancelado tras las presiones. El presentador logró agrupar a un gran número de personas que protestaron frente al centro nocturno Studio 60, donde debió presentarse la cantante. La movilización probó su poder de convocatoria y el empuje de una nueva generación de exiliados.

Recientemente, Otaola también ha impulsado el llamado “Parón de enero”, que llama a cortar a partir de enero de 2020 los envíos de remesas a Cuba. En este caso se quiere usar la campaña como mecanismo de presión para conseguir “el cambio de ese sistema arcaico”, que “las instituciones funcionen de manera transparente, sin corrupción” y que “abran el país a las libertades esenciales del ser humano y que termine la represión”.

A pesar de la buena acogida que tienen sus campañas entre el exilio, también hay voces que se oponen a sumarse a estas acciones. De estos temas DIARIO DE CUBA conversa con el influencer cubano.

¿Cuándo y por qué empezaste a hacer campañas contra los músicos cubanos que dan muestras de simpatías por el régimen y visitan Miami?

Mis campañas nunca han estado dirigidas en contra de un artista a nivel personal. No hago campañas en contra de los artistas, yo trato de despertar la conciencia de los artistas, con la responsabilidad que lleva el estar en el escenario que ocupa cada uno, en el momento en el que lo están ocupando.

Todo comenzó luego de estar del otro lado, de estar como público de los artistas y ver que no había un compromiso, un interés, que les era muy fácil desde una tribuna decir: “Oye, vámonos todos pa’ Varadero, al hotel Internacional, que voy a hacer un concierto allá, quién se va conmigo, quién me acompaña”. Eso era muy fácil decirlo en los escenarios en Miami, y por todo EEUU. Sin embargo, era imposible escuchar que liberaran a las Damas de Blanco, era imposible decir: “Caballero, qué malo está el problema de los salideros en las viviendas de Luyano”.

Los artistas se enteran de todo, la gente le escribe a los artistas, como me escriben a mí y como pueden escribir a la redacción de un periódico, porque busca desesperadamente ayuda, orientación. Mi intención es decirle a los artistas: “Tú tiene el derecho a vivir, a ser y pensar como quieras, pero sé consecuente con eso, representa a tu gente, comprométete con el momento con el que estás viviendo”.

La dictadura nunca ha estado tan débil como lo está ahora. Con la ayuda de todos estos artistas, con la ayuda y el rechazo de todos los artistas que hasta ahora han ayudado a la dictadura, que puedan asumir una visión crítica, real, de ahora, de verdad, sobre la realidad del pueblo cubano, yo estoy completamente seguro de que la comunidad internacional daría un giro y haría la presión que merece se acabe de hacer, y que el pueblo de Cuba pueda obtener su liberación.

No hemos logrado tumbar a la dictadura cubana. El exilio no ha logrado vengar a sus muertos, no ha logrado sanar sus heridas, no ha logrado nada por las vías que se han usado hasta ahora, es un hecho. La dictadura sigue ahí, Fidel Castro murió tranquilo, en su cama, sin que nadie lo enjuiciara y condenara legalmente.

Entonces, creo que es importante utilizar otras vías que nunca se han utilizado, y que los comunistas sí utilizan para mantener a los cubanos adormilados, drogados con la nostalgia, con el lazo eterno a Cuba, pero no a Cuba como patria, porque no es desarrollar el patriotismo en la gente, es el seudopatriotismo rojo comunista de “extraña tu bodega, tu miseria, la pipa del agua, bañarte con una lata y un cubo”. La gente que hoy me critica es la misma que extraña bañarse con una lata y un cubo a la intemperie en un solar de la Habana Vieja. Si eres capaz de extrañar esas miserias, eso habla de lo dentro que tienes el gen del comunismo.

A esa gente hay que hacerla reaccionar de manera práctica: sus artistas, sus remesas, su especulación, la renta de sus carros, la buena vida que pretenden darse mientras aquí la mayoría vive en un efficiency, se pretenden dar la vida de millonarios avasallando, ellos sí avalaban al pueblo de Cuba, se burlan del pueblo de Cuba en sus caras. Eso es lo que yo combato, yo no combato a los artistas.

Es algo con riesgo, tú has recibido amenazas e intercambios con insultos y violencia. ¿Cómo afrontas esto?

El tema de la violencia lo manejo desde la precaución. Hago las denuncias cuando mi equipo legal cree que es necesario; si no, lo ignoro. Trato de que no me afecte, trato de que eso no sea el centro de mi vida. No te puedo decir que vivo en una paranoia tremenda las 24 horas del día, no estoy en esa fase. Pero sí trato de tener precaución. Son amenazas que me llegan vía telefónica, escrita, de muchas maneras, enviadas con otras personas, y nada, trato de cuidarme.

¿Conocías personalmente a esos músicos a los que criticas?

Conocí a algunos de los artistas que hoy critico a raíz de hacer “Paparazzi” en Mega TV, que era un programa vinculado a la farándula por el que pasaron como presentadores Daisy Ballmajó, Graciela Mori, Frank Cairo, entre otros… Y cuando llegó la etapa en la que me incluyeron estaba Charytín, “la rubia de América”, una dominicana residente en Miami que era la estrella principal, estaba Danella Urbay, Oscar Pyzyk y yo.

Fue una generación en la que tratamos de incluir también la farándula cubana y ahí fue cuando Mega TV me pide que vaya a Cuba a hacer unas entrevistas. Fui e hice las entrevistas. La última vez que fui a Cuba hice entrevistas para mi programa “Qué monada”. En ese momento es que yo me relaciono con los artistas cubanos, ahí conozco a Laritza Bacallao, la entrevisto en Miami, luego voy en Cuba a uno de sus conciertos en Camagüey, y pude verla con el público de la Isla.

Después, Laritza sale cantando la canción “Un hombre que sueña”, por el 90 cumpleaños de Fidel Castro. Aquí yo pienso: si aquí hay una amistad, una relación de alguna manera, y no hay un compromiso mutuo, que la persona dice: “Espérate, yo no voy a cantar esto porque eso me va a traer una repercusión y a la vez le va a traer problemas a la gente que me ayuda, me sigue y me colabora… Entonces yo no lo voy a hacer”. Como ellos en Cuba no piensan absolutamente en eso cuando se lo piden, cuando los llevan a hacer eso, cuando les ponen una imagen del Che o de Fidel Castro en el escenario, como a ellos no le importa eso, a mí no tiene porqué importarme criticar eso. A partir de ahí comenzó todo.

También conocí a Alexander Delgado, también fue a “Paparazzi” a hacer entrevista, luego yo lo invité a “Qué monada”. Estaba comenzando su éxito, sacó su tiempo y fue, muy amablemente. Y en “Hola Ota-ola” les hice dos entrevistas. Ese es el tipo de relación que yo tuve con ellos. Nunca fui amigo, nunca compartí con ellos en fiestas, nunca me invitaron a cumpleaños. No tenemos ese tipo de relación. Y nunca la he tenido con ningún artista, no creo que sea necesario.

Creo que el público mira las cosas de un solo lado, la gente cree que criticar a un artista es odiar al artista, o traicionar al artista. Los artistas son figuras públicas, están para eso. Además, forma parte del crecimiento también de los artistas. Que la prensa criticara, que se le formara un escándalo a un artista, en la década de los 70 y 80, movía y traía un aprendizaje en la figura. Yo veo que estos artistas de la farándula cubana no logran ver nada positivo en nada que los afecte… Hay mucho interés y doble moral, eso es lo que critico.

Las campañas contra músicos residentes en Cuba que visitan Miami estaban casi en punto muerto antes de que empezarás las tuyas. ¿Estabas seguro de conseguir apoyo en tu público o lo hiciste a riesgo de perder público?

Cuando uno se dedica a esto siempre está en riesgo de perder al público. Mira ahora con el Parón de enero… Además, de que hay un grupo de gente en la sombra tratando de mover toda una ola de opinión en mi contra con esto de la suspensión de las recargas y remesas a Cuba. Pues también es un riesgo de perder el público.

Yo no hago nada tratando de ganar público o perderlo. Yo hago lo que creo que debo hacer. Pienso en consecuencia a como vivo y actúo, con mi experiencia personal de haber viajado a Cuba, haber tenido problemas en los aeropuertos, haber sido robado, que te maltratan en los vuelos chárters, no se respeta ni valoran los sacrificios que hacen las personas para ir a Cuba; haber vivido eso, yo fui seis o siete veces en 17 años… Eso es siempre un riesgo.

La confrontación política ha sido más propia del exilio histórico y a las nuevas generaciones que arriban a Miami se les suele ver como apolíticas, algunos han llegado a hablar de “exilio estomacal”, pero vimos en la protesta que convocaste a muchos jóvenes, ¿qué opinas de este cambio generacional?

La generación que ha hecho el exilio, que ha logrado todos los éxitos que hoy podemos vivir aquí los cubanos, la generación del exilio histórico —y varias otras generaciones que vinieron— estaba decaída porque hay mucha decepción con el nuevo exilio, mucha decepción con el cubano embriagado por el adoctrinamiento o por haber conseguido el celular, el carro, la novia que querían, la cadena… Cuando se logra eso en estos nuevos exiliados, se logra mantenerlos dormidos, mantenerlos atados a los intereses de la dictadura, por lo tanto a mantener, a enviar dinero, a ser dependientes… En fin, creo que el exilio, decepcionado por todo esto, bajó la guardia y decidió ocuparse de su vida.

A mí me pareció siempre muy loable despertar el interés de la gente, porque todos estamos aquí porque queremos cambios en Cuba, estamos fuera de Cuba porque la política es una porquería, porque los políticos son unos corruptos, porque los Castro fueron unos secuestradores que administraron un país como su propia finca, y nosotros hemos sido siempre sus peones, sus trabajadores, sus lacayos. No me parece que todo el pueblo de Cuba merezca eso.

No quiero eso para mis sobrinas, no quiero eso para mi gente, y tampoco quiero tener que pasarme la vida pensando en reclamar a Juan, en salvar a Pedro de la frontera, en ayudar a María que está en Rusia, no me resigno a eso. No tenemos por qué ser siempre los que necesitamos la ayuda. Necesitamos ayudarnos nosotros, de una vez y por todas, despertar y darnos cuentas de cuán mal estamos. Y creo que ese es mi trabajo. Hacer el ruido que despierte a esa gente. Unos lo harán mejor, otros lo harán con más recursos, con más intelectualidad, otros lo harán vestidos de traje, otros lo harán en otro idioma incluso. Yo lo hago como lo puedo hacer, y creo que lo que estamos haciendo está funcionando.

Me encanta ver a tantos jóvenes despertando. Son jóvenes que vinieron en esos últimos diez años, y sacando la cuenta, ese es más o menos el tiempo que necesitamos los cubanos para empezar a ver las cosas desde otro ángulo. Al menos viviendo en Miami. Me parece genial poder despertar a esa gente, hablarle a esa gente, llevarlos a una manifestación o a una campaña de hashtags. Y llevar a esa gente en la operación retorno un día a Cuba, y todos reclamar nuestros derechos. Cada cosa tiene su momento. Paso a paso, con paso firme, llegamos más lejos.

Es emocionante ver a tantos jóvenes despertando, pero también es difícil mantener eso y no decepcionarlos. Y siempre estamos en riesgo de decepcionar a esas personas, porque ellos al abrir los ojos confían en ti y en lo que puedas decir. De ahí viene la influencia, y la razón por la que hoy soy el objetivo de otros jóvenes que siguen trabajando para otros intereses o que aún no han despertado, y le hacen el juego a los que al final salen beneficiados con todo esto, que son los dictadores cubanos.

Algunos te acusan de “dividir a las familias cubanas” por promover el Parón para detener las remesas a Cuba, e incluso tratan de boicotear a tus patrocinadores, qué puedes decirnos de esto…

Quien dividió a la familia cubana fue la dictadura. Y siguen dividiéndola. La dictadura cubana necesita un enemigo. Necesita siempre a quien culpar. A Mas Canosa, a la Fundación Cubano Americana, a la CIA, a Trump, a Bush, a Reagan, al Gobierno de EEUU, al Pentágono…

Y en esta era digital Otaola es la peste, Otaola es el tipo culpable de todo, así manipulan a la gente dentro de Cuba para que empiecen a pensar: “Ay, pero me quiere joder las remesas, me quiere separar de la familia…” No, Otaola no quiere nada de eso. Otaola quiere decirle a esa gente que está en Cuba: Tú tienes que tomar responsabilidad por tu realidad.

Aquí no hay héroes ni un tema de liderazgo, ni de poner el muerto, aquí hay un tema de realidad, de humanidad, de día a día. No pueden seguir las zanjas de aguas negras bañando las cuadras cubanas y contaminando las ciudadelas. No puede la quemadera de basura de las fábricas impedir el respirar a toda una comunidad impunemente. No puedes estar conectado a internet cinco horas buscando un yuma o una yuma para irte de Cuba mientras tienes todas esas cosas que arreglar, que es tu realidad y es tu vida, y es nuestro país.

La culpa no es del que se fue ni del que se quedó. Ya no hace falta culpables, lo que hace falta es solucionar el problema, y eso es lo que quiere Otaola. Por eso Otaola le está diciendo a la gente de Cuba: deja la bobería y ponte a reclamar tus derechos.

No vamos a necesitar hacerle recargas a nuestros familiares, porque con un cambio real, un cambio de sistema, vamos a tener internet, llamadas, vamos a estar allí, no necesitaremos permiso de nadie. Entonces, por favor, basta de pensar en la curita que va a aguantar el sangramiento. Vamos a atacar el verdadero cáncer del problema. Basta ya de “pobre pueblo”, el escudo eterno del pueblo, la dictadura tiene al pueblo cubano como escudo y rehén.

Por qué toda esa gente que hoy me acusa de separar a las familias no ha sido capaz de señalar a la dictadura y decirle: “Tú estás poniendo día a día a mi madre, a mi hijo, a mi hermano, los estás poniendo en peligro, con el dengue, con la mugre en los hospitales, con el adoctrinamiento, con la falta de libertades, con las guaguas que cogen candela…” Están en peligro siempre.

Yo quiero acabar con eso. Toda esa gente que me señala a mí está perdiendo la energía en señalar a quien no es el causante del problema. El causante del problema está allí, en Cuba, en el Comité Central, en el Partido Comunista, contra ellos tenemos que ir, y yo los exhorto a todos a que redirijan su ataque a los verdaderos culpables.