Manuel Marrero Cruz: administrar Cuba como un hotel en ruinas
Por Marrero pocos apostaban, pese a que el exmilitar fue un inversionista de GAESA y administrador de varios hoteles antes de llegar a ministro de turismo
LA HABANA, Cuba. – Todos los vaticinios por el piso. Quienes arriesgaron pronósticos pasaron por alto varios de los detalles más importantes del panorama político cubano, incluso un poco hasta confiaron en que el actual presidente designado por Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, tendría cierta libertad para decidir quién pasaría a ocupar el poder ejecutivo en Cuba, de acuerdo como es descrito el cargo de Primer Ministro en la Carta Magna reformulada recientemente.
Por el “invicto” Manuel Marrero Cruz curiosamente pocos apostaban, a pesar de ser el exmilitar que emprendiera la ruta desde ser un inversionista de GAESA y administrador de varios hoteles hasta llegar a ministro de turismo.
Un ascenso supersónico pero que no debiera asombrar a quienes hemos visto cómo el conglomerado empresarial militar ha ido apropiándose del tablero de juego e incluso reescribiendo las reglas, al punto que sería posible afirmar que en la economía cubana no han dejado siquiera una casilla sin marcar pero, tengamos cuidado, que Marrero Cruz no es para nada el último movimiento antes del jaque mate, y hay una pieza que a algunos pudiera parecer el Rey por estar sentado en el trono pero del cual pudiéramos ver rodar la cabeza en algún momento.
No obstante, Marrero, a pesar de ser quizás la pieza más visible entre todas las otras conformadas en GAESA y que hoy ocupan un puesto importante en el manejo de la economía cubana, fue rotunda e ingenuamente excluido de todo pronóstico, a pesar de estar entre los únicos dos ministros que han permanecido más de una década en su cargo, cuestión a la que habría que agregar el haber sido designado en esta cartera por Fidel Castro en 2004 ‒luego de haber caído en desgracia Ibrahim Ferradaz‒, y haber escapado a la drástica purga realizada por Raúl luego de heredar las riendas del poder en el lapso 2006-2008.
Quienes siguieron de cerca la oleada de defenestraciones que sorprendentemente se llevara a su paso a ese “hombre de acero” que fue Carlos Lage Dávila y al “siempre fiel” Pérez Roque, pudieron comprobar que el viejo equipo de Fidel Castro quedó deshecho, pulverizado, pero Marrero Cruz pudo contarse entre ese par de felices sobrevivientes.
Se pudiera hasta decir que en ese terremoto el poder de Marrero quedaría mejor consolidado, teniendo en cuenta que aumentaron los proyectos de inversión en el turismo y todo esto se debió en gran medida no a las circunstancias históricas sino, como reconoce a su modo críptico la propia nota de prensa publicada en el órgano oficial del Partido Comunista, a la capacidad negociadora y a la red de influencias fuera de la isla que maneja este arquitecto, nacido en 1963 y graduado en 1990 pero que, en menos de diez años, llegó a posicionarse como imprescindible en el más importante grupo de turismo de Cuba, Gaviota S.A. No deberíamos despreciar sus habilidades, más cuando millones de dólares pasan todos los años por sus manos por concepto de inversión.
Más aún cuando pocos se explican por qué si los tres millones de turistas estadounidenses previstos ya no llegarán a Cuba se continúa ampliando la capacidad hotelera y se cuentan por decenas de miles las habitaciones clausuradas por falta de mantenimiento. La verdad escondida tras la noticia pudiera también ilustrar la actual designación.
Se rumoró en su momento que Marrero fue uno de esos pocos, junto al octogenario Ramiro Valdés y Bruno Rodríguez Parrilla, señalados como “irremovibles” en esa probable lista entregada por el Primer Secretario del Partido Comunista a Miguel Díaz-Canel, a quien habrían de dejarle apenas un estrechísimo margen de iniciativa personal para que armara ese gabinete que hoy, debido a su composición, parece más la gerencia de un hotel en ruinas que una entidad de gobierno, con lo cual valdría preguntarse ¿a qué otra importante estructura de la economía cubana nos recuerda? Verde por fuera…
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