Ahora que el debate entre creadores se enciende con cuestionamientos que relacionan a la música y la política, queremos recordar algunos artistas cubanos que han sido “borrados” del panorama cultural de la Isla. Silenciados y prohibidos, por el simple hecho de haberse ido de Cuba o criticar duramente al régimen.

Numerosos músicos y cantantes cubanos integraban una arcaica “lista negra”, nunca admitida oficialmente, donde también figuraban artistas internacionales. Aquí te presentamos a algunos de ellos que, a pesar de ser obviados por su país natal, triunfaron en el mundo.

Abrimos esta lista con La Guarachera de Cuba, quien se fue de la Isla con la llegada de Fidel Castro al poder y nunca regresó. Celia Cruz puso el nombre de Cuba en el mapa con su grito de “¡Azúcar!”, pero su voz ha sido vetada en su país natal. La cantante no dudó, además, en manifestarse públicamente en contra de la Revolución: “No ayuden más a Fidel Castro, para que se vaya, y nos deje una Cuba libre del comunismo”, dijo en el marco de la primera Cumbre de las Américas, donde se le pidió a los artistas que participaron en el show que no expresaran mensajes políticos, algo que Cruz pasó por alto.

La recordamos recogiendo tierra cubana en la Base Naval de Guantánamo, donde fue a cantarle a los balseros en 1994. Esa tierra fue depositada en su ataúd cuando murió en Nueva Jersey en 2003.  “Por si acaso no regreso/ Yo me llevo tu bandera/ Lamentando que mis ojos/ Liberada no te vieran”, canta Celia.

Si hablamos de prohibidos, tenemos que echar la vista atrás, y buscar nombres que, por el simple hecho de marcharse de Cuba, quedaron vetados, muchos de ellos murieron sin volver a la Isla: Olga Guillot (Santiago de Cuba, 1922-Miami, 2010), que parecía afirmar su veto con el tema “Soy lo prohibido”; La Lupe (Santiago de Cuba, 1936-Nueva York, 1992), Blanca Rosa Gil, Xiomara Alfaro (La Habana, 1930-Cabo Coral, Florida, 2018), Guillermo Portabales (Rodas, 1911-San Juan, Puerto Rico, 1970), Renée Barrios (La Habana, 1933-Miami, 2017), Rolando LaSerie (Mata, Villa Clara, 1923 – Coral Gables, 1998), Luisa Maria Güell, René Cabel (Alquízar, 1914-Bogotá, 1998), Marta Strada (La Habana, 1927-Miami, 2005) , Meme Solís, Doris de la Torre (Santa Clara, 1932-2003), René Touzet (La Habana, 1916- Miami, 2003), Bobby Collazo (La Habana, 1916-Nueva York, 1989), Osvaldo Farrés (Quemado de Güines, 1902 – Nueva Jersey, 1985), La India de Oriente (Santiago de Cuba, 1920 – Miami, 2006), Graciela (La Habana, 1915-Nueva York, 2010) y Machito (La Habana, 1906 – Londres, 1984), Ela O’Farrill (Santa Clara, 1930 – Ciudad de México, 2014) y orquestas como La Sonora Matancera.

Otras generaciones de artistas exiliados se sumaron luego a la “lista negra”, como Willy Chirino, cuyo día que “Ya viene llegando” todavía no se escucha en la radio cubana. Así siguen nombres como Albita, Gloria Estefan, Mike Porcel, Amaury Gutiérrez, y jazzistas como Ismael Cachao, Bebo Valdés, Paquito D’Rivera y Arturo Sandoval.

No importa cuantos premios internacionales ni discos exitosos estos artistas posean, para la dictadura su arte es “el enemigo”. Los regímenes totalitarios saben que la música puede llegar muy lejos y calar muy profundo en el público. Por eso la silencian.

La prohibición llega hasta nuestros días con artistas jóvenes como Los Aldeanos, Silvito El Libre, Escuadrón Patriota y grupos como Porno para Ricardo, así como muchos otros artistas contestatarios que nunca serán radiados ni televisados, ni podrán realizar conciertos en la Isla mientras Cuba no sea libre.