¿Comida o aseo? Elige, cubano
“El déficit en el abastecimiento de los productos de aseo se debe a la actual situación financiera, en la que se ha priorizado, entre otras actividades, la compra de alimentos”
LA HABANA, Cuba. – Los cubanos parecemos destinados a recordar permanentemente a ese grande de nuestra música que fue Ernesto Lecuona. Además de admirar su labor como compositor y pianista, nos atrapa una especie de metáfora relacionada con una de sus composiciones musicales más conocidas: María la O.
Todo comenzó en los primeros años de la década del setenta de la pasada centuria. La economía cubana estaba devastada como consecuencia del irracional esfuerzo, que a la postre resultó fallido, por producir 10 millones de toneladas de azúcar. La escasez de bienes de consumo y artículos de primera necesidad era el pan nuestro de cada día.
Desde la comida hasta la ropa se adquirían mediante la libreta de racionamiento. Así, los hombres podían comprar o un calzoncillos, o un par de medias al año. Las féminas, por su parte, adquirían o un ajustador o un blúmer en idéntico lapso.
En tales circunstancias, el gracejo criollo no tardó en encontrar el filón humorístico del caso, no obstante la desgracia que significaba semejante escasez. La libreta de racionamiento fue bautizada como María la O. Es decir, o se compraba una cosa, o se compraba la otra.
Casi medio siglo después los cubanos de a pie encaran una situación parecida. En estos momentos el desabastecimiento de artículos de aseo es alarmante. Apenas se ven en los estantes de las tiendas los detergentes —ni para fregar ni para lavar—, los jabones y la pasta dental, entre otros renglones. Y cuando los consumidores detectan que van a vender esos productos en alguna tienda, las colas que se forman son kilométricas.
En medio de ese panorama acaba de celebrarse el acto nacional por el Día del trabajador del Comercio, la Gastronomía y los Servicios. En ese evento la ministra del Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, expresó que “el déficit en el abastecimiento de los productos de aseo se debe a la actual situación financiera, en la que se ha priorizado, entre otras actividades, la compra de alimentos”.
O sea, que vuelve a manifestarse el campo de acción de María la O. Si hay algo de comida en las tiendas —y no mucho, por cierto—, no hay artículos de aseo, y viceversa.
Con independencia del perjuicio que recibe la población al no contar con artículos de primera necesidad, no se puede pasar por alto el daño que ocasiona a la economía, en estos momentos, la escasez de cualquier rubro muy demandado por los consumidores.
No hay que olvidar que al cierre de 2019 las autoridades lamentaron el no cumplimiento del plan de circulación mercantil minorista. Un plan con el que se contaba para hacer frente al aumento del dinero en la circulación debido a los incrementos salariales en el sector presupuestado. Y si el actual 2020 se inicia con tamaña escasez, el estimado de circulación mercantil minorista para estos doce meses corre peligro de no cumplirse nuevamente.
Por otra parte, en cualquier momento observamos en nuestras calles a los ciudadanos protegiéndose los órganos respiratorios, como actualmente hacen las personas en China y otras naciones asiáticas. Pero aquí no se hará para prevenir el coronavirus, sino para convivir con el mal olor que habrá en los espacios públicos.
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