A estas alturas se desconoce el número de detenidos en Santiago de Cuba por las revueltasocurridas tras la violación de una niña de ocho años de edad y la respuesta de la Policía para intentar controlar la situación.
“Un oficial que trabaja en la unidad de operaciones de Versalles me dijo que son 89 los detenidos hasta el domingo. Hay otros que tienen orden de detención, pero están huyendo”, dijo a DIARIO DE CUBA un vecino de Nuevo Vista Alegre, el barrio en el que ocurrieron los hechos, aunque esa versión no ha podido ser comprobada.
El barrio sigue bajo vigilancia. Según residentes en la zona, “hay policías investigando por las calles, mostrando fotos de los que no han logrado detener”.
Tras la violación de la menor, vecinos de Nuevo Vista Alegre intentaron linchar al presunto culpable. La intervención policial para intentar evitarlo no logró calmar los ánimos y la tensión derivó en una revuelta con enfrentamientos entre residentes y boinas negras.
La mayoría de los detenidos hasta ahora “son de las barriadas de Indaya, San Pedrito, el Nuevo Vista Alegre y el distrito José Martí. ¿De qué se les acusa?, aún no se sabe. Por lo que se dice, están bajo investigación, casi todos en Versalles (el cuartel de la Seguridad del Estado en Santiago), pero muchos creen que se les acusará de desorden público y de atentado”, afirmó un vecino entrevistado por teléfono, ya que es difícil acercarse a la zona debido a la presencia policial.
Las primeras detenciones “fueron bajo un fuerte operativo militar”, recordó el vecino, que participó en los enfrentamientos. “Muchos guardias acudían para detener a una sola persona“.
“Pero ahora hay oficiales de prevención cerca de la Barca de Oro, en Agüero (barrio aledaño a Vista Alegre). Afirman que había muchas personas allí que eran profesionales. A Yoendri, un vecino de Indaya, le confiscaron una laptop y un teléfono celular por subir vídeos a las redes”.
La versión que han difundido las autoridades a través de los medios oficiales es que “elementos inescrupulosos y oportunistas” aprovecharon un “momento de gran sensibilidad” para incitar a la “alteración del orden público”.
Las opiniones sobre lo ocurrido están divididas entre los vecinos.
“Algunos dicen que no fue correcto (enfrentarse a los agentes), sobre todo los que no estuvieron allí y no presenciaron el proceder de los boinas negras ni fueron agredidos por ellos, pero todos los que estuvimos allí, que fuimos testigos de los hechos, creemos que fue la actitud no solo correcta sino lógica”, dijo el vecino.
“Hubo un estímulo —la represión de las fuerzas del orden público— y la correspondiente respuesta. Como mismo sucede en Chile o en cualquier otro lugar, fue un fenómeno natural”, razonó.
Interrogado sobre si está arrepentido de haberse enfrentado a las autoridades respondió: “no, para nada, lo que sí hay es temor a las represalias”.
“Sabemos que la justicia se pondrá del lado de los militares, como siempre, y de ello ya es evidencia la campaña que han desatado por los medios, llamándonos ‘elementos inescrupulosos’, como si aún quedara mucha gente en este país capacitada para dar lecciones de escrúpulos, cuando todos saben los problemas de corrupción que existen, de descontento con las medidas políticas, y de abuso policial contra las personas que en este país intentan ganarse la vida de la forma más honrada posible”, criticó.
“Arrepentidos no, estamos indignados de ser siempre los culpables y de que los verdaderos culpables salgan con las manos más limpias que Poncio Pilatos”, concluyó. |
More Stories
Vicente Feliú: “un revolucionario provocado puede ser muy peligroso”
Camila Acosta, de la estación policial al arresto domiciliario
Régimen multa a un vendedor ambulante con discapacidad por tomar un descanso