November 15, 2024

ECONOMÍA La economía cubana entra en un agujero negro

ECONOMÍA

La economía cubana entra en un agujero negro

EMILIO MORALES | Miami

La agónica economía cubana ha bajado sus exportaciones en un 55% en los últimos seis años, su intercambio comercial de bienes ha disminuido un 30,68% en igual período de tiempo, y el turismo pudiera caer por debajo de la cifra de los tres millones de visitantes. Es previsible que, de agravarse el suministro de petróleo a la Isla y expandirse la epidemia del Covid-19, la economía del país pueda colapsar a finales del primer semestre del año.

Para colmo de males, la reducción de vuelos a la Isla desde EEUU —limitados a 20 vuelos a La Habana diarios—, más la suspensión de forma temporal de los mismos producto de la pandemia, pudiera hacer declinar las remesas en efectivo por primera vez por un valor entre el 30-35% desde que fueran permitidas en 1993.

La única vez que las remesas a Cuba no crecieron fue en 2004, cuando cayeron 6,44% con respecto al año 2003. Además, las remesas en mercancías también podrían tener un fuerte declive, el cual se estima sea entre un 35%-40%.

De ocurrir este escenario se agudizaría la escasez de productos y de divisas en la Isla tanto en el mercado formal como en el informal, además de que disminuiría considerablemente el poder adquisitivo de la población cubana. Esta situación complica aún más la crisis económica que atraviesa el país, en un momento clave donde el Gobierno parece dar pasos hacia la puesta en marcha de su plan de unificación monetaria, aun cuando no la anunciado oficialmente.

Eliminar la dualidad monetaria es una necesidad urgente del primitivo modelo económico cubano, pero esta medida demanda cambios estructurales profundos en la economía, los cuales no parecen que vayan a ocurrir en el corto plazo. Al menos no se percibe por el momento ningún movimiento en esa dirección. Las fuerzas productivas siguen sin ser liberadas y la economía sigue prisionera de la centralización y la improductividad de las empresas estatales. Por tanto, cualquier movimiento improvisado dirigido a la eliminación de la dualidad monetaria lejos de liberar tensiones a la economía las va a incrementar.

En este sentido, la transformación de los precios será impactante en la población, aun cuando el Gobierno haga un aumento de salarios, lo cual sería una medida ficticia, pues no hay respaldo productivo que soporte un aumento de salario en estos momentos. También queda la incertidumbre de si se eliminarán los subsidios como, por ejemplo, la libreta de abastecimientos. Además se desconoce cuánto sería la tasa de cambio que se fijaría al CUP con respecto al dólar. Cualquiera que sea, hay que ver si el Gobierno podrá mantenerla en las condiciones actuales de la economía. Como están las cosas todo indica que habrá un tsunami inflacionario que pudiera llegar al nivel del que ocurrió durante el “Periodo Especial” de los 90.

Para los estratos de la población con los salarios más bajos (pensionados y jubilados) será muy difícil si no tienen una entrada extra como las remesas, o un trabajo por cuenta propia que incremente su poder adquisitivo. Actualmente la pensión mínima de un jubilado es de 242.00 CUP, al cambio actual serían unos 10.00 dólares.

Para hacerse una idea del poder adquisitivo de la pensión mínima, un paquete de un kilógramo de leche en polvo cuesta en Cuba 5.75 dólares, que son 143.75 CUP. O sea más de la mitad de la pensión. Una docena de huevos cuesta 1.35 dólares, que son 33.75 CUP, una séptima parte de la pensión. Un kilo de pollo cuesta 2.35 dólares, que son 58.75 CUP. Es decir, que con toda la pensión mínima, un jubilado cubano puede comprar solamente cuatro kilogramos de pollo.

Actualmente con el CUC todavía en circulación la canasta básica de alimentos de una familia de tres personas es de aproximadamente 120.00 dólares, unos 3.000 CUP, pues la libreta de abastecimientos solo cubre entre un 15-20% de la canasta básica. Imaginemos entonces cómo sería la manutención de un jubilado si desaparece la libreta de abastecimientos.

Las medidas puestas en marcha hasta el momento por el Gobierno cubano para tratar de salir de la crisis, en medio de la catástrofe mundial generada por la pandemia del Covid-19, enrumban a la economía de la Isla hacia un agujero negro, donde es muy difícil predecir de qué nivel puede ser el colapso que se avecina.

Hacia un colapso económico en Cuba

Si para países del Primer Mundo la pandemia se ha convertido en una verdadera tragedia, es muy difícil predecir qué pasará con los países que tienen una economía débil y no disponen de los recursos necesarios para abordar esta catástrofe. En la precaria situación en la que se encuentra hoy la economía cubana, el impacto va a ser extremadamente caótico.

Dada las condiciones actuales la economía nacional, esta puede colapsar en cualquier momento durante los próximos meses. Se trata de un escenario real y posible. Veamos los números que soportan esta hipótesis.

1. Las exportaciones de bienes han bajado un 55% desde el 2013 al 2018 (últimos seis años reportados). El 2019 no lo han publicado, probablemente haya bajado un poco más con relación a 2013.

2. El tema del no pago de la deuda externa es otro aspecto super crítico. Si caen en un default van a perder las pocas líneas de crédito que les quedan y se van a endeudar más.

3. El turismo al paso que va, y si la pandemia se complica aún más, con buena suerte a lo mejor llega a los tres millones de visitantes este año.

4. La zafra está muerta esta temporada, no va a llegar al millón de toneladas.

5. Los pasos que se han dado para eliminar la dualidad monetaria han sido torpes e improvisados. No hay una estrategia coherente, no se percibe la aplicación de una hoja de ruta organizada que implique cambios estructurales en la economía que incluya la liberación de las fuerzas productivas, ni la eliminación de las empresas estatales que no son rentables.

6. No se perciben pasos encaminados a potenciar e implementar leyes que permitan el trabajo privado sin restricciones, y que a su vez sirva para absorber gran parte de la masa laboral que podría perder los trabajos en el sector estatal si el Estado racionaliza las empresas que no son rentables.

7. La escasez de alimentos y productos en la red minorista, la falta de liquidez del Gobierno, la improductividad de la empresa estatal y el mal manejo de la eliminación de la dualidad monetaria crean un escenario muy fértil para que se produzca un tsunami inflacionario que pudiera llegar al nivel del que ocurrió durante el “Período Especial” de los 90.

8. El escenario de las remesas ha cambiado drásticamente. La reducción de los vuelos regulares y los chárteres a Cuba, que ahora son solo 16 vuelos a la Habana diarios como máximo entre las dos modalidades, va a tener un fuerte impacto en la disminución tanto en las remesas en efectivo como en mercancía, estas podrían caer entre un 30% y un 40%. Más aun con la suspensión temporal de esos vuelos por la pandemia.

9. Las remesas también se van a ver impactadas por la crisis global generada por la pandemia del COVID-19. El cierre de miles de trabajos producto de la cuarentena va a limitar considerablemente la capacidad de envío de dinero de la diáspora cubana.

10. En el país casi no se producen inversiones. Las inversiones están paradas en la ZEDM. En el 2018 solo había 43 proyectos, la misma cifra se mantuvo en el 2019 y en lo que va del 2020.

11. El efecto persuasivo de la Ley Helms-Burton ha sido más fuerte por el momento que las propias demandas interpuestas hasta ahora. Algunos de los proyectos de la ZEDM están totalmente parados, están firmados, pero nadie se atreve a poner un ladrillo.

12. La disminución de los ingresos por la exportación de servicios médicos ha caído abruptamente al perder los mercados de Brasil, Bolivia, Ecuador, El Salvador y disminuir en más de un 50% el mercado venezolano.

13. Si el escaso suministro de petróleo que actualmente llega de Venezuela desaparece, la economía cubana va a entrar en un agujero negro peor que el del “Período Especial” de los 90.

14. Las actuales condiciones higiénicos sanitarias del país son pésimas y pueden desencadenar una catástrofe humanitaria si la pandemia se esparce por la Isla. La falta de agua y productos de higiene, sumado a la crisis en la recogida de desechos sólidos, la falta de medicamentos e insumos y las malas condiciones estructurales de los hospitales, crean un ambiente fértil para la propagación del virus. Hay que tener en cuenta que el 20,4% de la población pasa de los 60 años, y pertenece al segmento más vulnerable.

Analizando estos 14 puntos, es previsible que el país va a tener una fuerte recesión en el 2020. Las pérdidas de la economía van a ser considerablemente profundas y el Gobierno no va a poder enmascararla con su distorsionado e intencionado método de cálculo del PIB.

Da la impresión de que los octogenarios dirigentes a cargo de la dirección del país están delirando, metidos en su propia burbuja, sin percatarse de que lo que les viene encima es una tormenta perfecta, al tiempo que el equipo que dirige Díaz-Canel se perfila como el equipo de gobierno más mediocre que ha tenido Cuba en los últimos 60 años.