November 15, 2024

Sueños al pairo: Un nuevo escamoteo a la libertad de creación El régimen no quiere que los jóvenes vean a la generación de sus padres y abuelos comportándose como parabolanos, ajusticiando a sus semejantes

Sueños al pairo: Un nuevo escamoteo a la libertad de creación

El régimen no quiere que los jóvenes vean a la generación de sus padres y abuelos comportándose como parabolanos, ajusticiando a sus semejantes

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El barco camaronero El Dorado arriba a Cayo Hueso cargado de “marielitos”, en abril de 1980 (Foto Florida Memory)

LA HABANA, Cuba. – El ejercicio de la censura en Cuba genera cada vez menos sorpresas; especialmente ahora que el régimen, acorralado y en quiebra, no está dispuesto a dejar pasar una. Sin embargo, no dejan de ser indignantes episodios recientes como la exclusión del documental “Sueños al pairo”, de los realizadores José Luis Aparicio Ferrera y Fernando Fraguela Fosado, de la 19 edición de la Muestra Joven del ICAIC.

Los pormenores del asunto son bien conocidos, así como el modus operandi de la institución censora luego de que la polémica decisión provocara el rechazo del Comité Organizador de la Muestra y un aluvión de críticas en las redes sociales. “Sueños al pairo” no podrá ser exhibido so pena de violar el derecho de autor del ICAIC; una joven realizadora cargó con la culpa; una alta funcionaria ha sido colocada al frente de la Muestra para imponer cordura a los díscolos artistas; y el evento será pospuesto hasta nuevo aviso, siempre con “el objetivo de crear mejores condiciones para su realización y analizar diversos temas de trabajo en un ambiente apropiado y con el tiempo necesario”, según publicó el ICAIC en una nota, tras haber tomado la decisión de forma unilateral.

Aunque no he tenido el placer de ver “Sueños al pairo”, puedo intuir que se trata de una obra con el potencial para cautivar a cubanos de todas las generaciones. Rescatar la figura del músico y compositor Mike Porcel es un gesto encomiable y no exento de peligros, precisamente porque su vida transcurrió en un contexto que le resulta non grato a la memoria histórica proyectada desde la actualidad.

La censura que pesa sobre “Sueños al pairo” es consecuencia de la pugna del poder con los monstruos que ha creado. El régimen no quiere que se traiga el Mariel a la pantalla grande porque sabe que no se trata solo de los sucesos de la Embajada del Perú y el subsiguiente éxodo de unos 125 mil insulares hacia Estados Unidos.

Mariel significó meses de ansiedad y terror para miles de cubanos, Mike Porcel entre ellos. Fue una interminable sucesión de actos de repudio contra quienes decidieron abandonar la Isla, un capítulo de nuestra historia reciente que nada tuvo de épico y en el cual quedó registrado el odio del pueblo contra sí mismo. Cubanos golpeando, apedreando, lanzando huevos, escupiendo, insultando, rociando agua caliente y expulsando a sus paisanos del país; todo con el beneplácito de Fidel Castro que autorizó el secuestro de la nacionalidad por aquellas turbas frenéticas.

Quizás los realizadores del documental comenzaron su pesquisa tras la pista de aquel músico excepcional, fundador de Síntesis, alma de Los Dada y coautor -junto a Ireno García y Valentín Pérez- de “En busca de una nueva flor”, hermosa canción que dio la bienvenida, en la voz de Argelia Fragoso, al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1978. Es imposible, empero, asomarse a la obra del artista sin descubrir matices interesantes de su vida personal; máxime si a pesar de su genialidad no ha merecido más que un brevísimo párrafo en el Diccionario Enciclopédico de la Música Cubana.

Únicamente el periodista e investigador Joaquín Borges-Triana ha seguido de cerca el trabajo de Porcel tras su salida de Cuba, publicando ocasionales notas en el diario Juventud Rebelde. Esos artículos periodísticos, aunque han sido la contraparte a un silencio lapidario, no tuvieron el impacto que hoy tendría un documental que por primera vez presenta a un músico de altos quilates narrando en primera persona, y apoyado por contundentes imágenes de archivo, el instante en que se vio convertido en “un apátrida, un prescindible, un traidor”, por el simple hecho de haber escogido continuar su vida fuera de Cuba.

“Sueños al pairo” es incompatible ideológicamente con las políticas del ICAIC porque revuelve un pasado tan violento que su sola evocación derriba el mito sobre el humanismo de la revolución. En un contexto de odio renovado entre Partido y exilio, con el régimen siendo aguijoneado a diario por una aplastante mayoría dentro y fuera de las redes sociales, un documental sobre el Mariel no haría sino acrecentar el rechazo hacia un proceso fallido; arrasando de paso con otras devociones aupadas sobre la mentira y que apuntan a ciertos cantautores hoy venerados, pero que hace cuarenta años se pusieron en primera fila para hacerle un mitin de repudio a Mike Porcel.

El régimen no quiere que los jóvenes vean a la generación de sus padres y abuelos comportándose como parabolanos, ajusticiando a sus semejantes.  Sabe que lo que en otro tiempo fue aplaudido como “un arranque de ira patriótica contra los enemigos de la revolución”, no puede ser justificado desde el presente con ningún argumento.

Mientras se espera el desenlace de la censura en la Muestra Joven, “Sueños al pairo” comienza a escalar en el top ten de lo más buscado. La negativa del ICAIC no solo ha motivado actos de solidaridad entre los propios realizadores; sino que ha reavivado el debate en torno a la autonomía que prometieron respetarles y continúa siendo coartada bajo las excusas más irrespetuosas.

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ACERCA DEL AUTOR

Ana León

Ana León

Anay Remón García. La Habana, 1983. Graduada de Historia del Arte por la Universidad de La Habana. Durante cuatro años fue profesora en la Facultad de Artes y Letras. Trabajó como gestora cultural en dos ediciones consecutivas del Premio Casa Víctor Hugo de la Oficina del Historiador de La Habana. Ha publicado ensayos en las revistas especializadas Temas, Clave y Arte Cubano. Desde 2015 escribe para Cubanet bajo el pseudónimo de Ana Léon.