Cuba en tiempos de coronavirus: aprovechando una crisis mundial
*La traducción oficial al español está por venir.
La situación es agrava por ser Cuba uno de los países de América Latina con una población de mayor edad, que es la más vulnerable al COVID-19. A medida que se propaga el coronavirus y aumentan las muertes, enviar médicos y enfermeras al extranjero, especialmente con tanta fanfarria, es como alimentar una bomba de tiempo. Aunque el gobierno informa que tiene suficiente personal médico, las estadísticas oficiales de Cuba muestran una disminución de 73,675 trabajadores de la salud (28%) entre el 2008 y el 2018 (de un total de 329.669 a 261,947), incluidos 2.029 menos enfermeros y 80.320 menos técnicos y asistentes, pero informa haber sumado 20.935 doctores. Con respecto a los 95.487 médicos que se reportan en 2018 (la última estadística oficial), la mayoría, si realmente existe tal número, presumiblemente está trabajando para el estado en las misiones médicas en el extranjero. La fuerte disminución del personal de salud es particularmente preocupante dado que los enfermeros son la mayoría del personal médico de las brigadas para combatir el coronavirus que Cuba ha enviado hasta la fecha a al menos 17 países . (…)
La venta por parte de Cuba de varios miles de trabajadores de exportación y de galones de interferón para la pandemia, en el mejor de los casos sólo podrá ponerle un pequeño tapón a un globo que se desinfla rápidamente. El auge en la exportación de interferón producido por Cuba no durará después de que el inventario actual se venda como parte de un paquete con el personal médico; también quedará claro que no es una cura para la enfermedad y que tal vez ni siquiera es tan útil para estimular el sistema inmunitario al tomar en cuenta sus efectos secundarios y la gama de tratamientos alternativos. Incluso si Cuba exportara 5.000 médicos para la pandemia, suponiendo un despliegue de seis meses, en el mejor de los casos generaría $5.000 al mes por trabajador, lo que se sumaría $150 millones menos los costos. Si se desplegaran 5.000 trabajadores de salud adicionales en México y Argentina a la mitad del costo, suponiendo que estos aliados de Cuba obtendrían un descuento, generarían $150 millones adicionales por año menos los costos. Además de todos los costos directos, también hay que cubrir el enorme gasto para mantener el gigantesco aparato de influencia y propaganda que se detalla en la Parte I y que se necesita para hacer posible la diplomacia médica cubana. En el mejor de los casos, las exportaciones médicas de personal y medicamentos son una curita para tratar de detener una hemorragia.
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