November 15, 2024

El pueblo cubano al límite por la incapacidad del PCC Al deteriorado estado de la economía se suma que fuentes de ingresos como el turismo y las remesas ahora mismo se encuentran afectadas

El pueblo cubano al límite por la incapacidad del PCC

Al deteriorado estado de la economía se suma que fuentes de ingresos como el turismo y las remesas ahora mismo se encuentran afectadas

Cuba coronavirus
Colas en La Habana. Foto del autor

ESTADOS UNIDOS.- Cuba se acerca a los mil casos de personas infectadas con COVID-19 mientras el Gobierno incrementa las medidas de aislamiento social y cada vez escasean más los alimentos y artículos de primera necesidad.

Todo esto a solo 33 días de que las autoridades se mostraran ante la opinión pública invulnerables a esta pandemia asegurando que la Isla era un país seguro y que continuarían recibiendo a los turistas foráneos.

De acuerdo al último parte ofrecido por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en su sitio oficial en internet, hasta las 12:00 p.m. del día 16 de abril se habían confirmado 923 casos positivos, de ellos 192 se han recuperado, 7 se mantienen en estado grave y 10 en estado crítico. Lamentablemente 31 han fallecido y 2734 es la cifra de personas ingresadas bajo sospecha de haber contraído el virus.

Producto a la demora injustificada del régimen cubano para decretar el cierre de fronteras, medida tardía tomada el pasado 31 de marzo, los casos de coronavirus importados a la Isla han generado que ahora haya que poner más énfasis en las medidas de aislamiento social del pueblo. Estas últimas han ido en ascenso gradualmente y son cada vez más radicales.

Casos como el aislamiento de la comunidad Camilo Cienfuegos en el municipio Consolación del Sur, en la provincia Pinar del Río y el del Consejo Popular El Carmelo, ubicado en el Vedado, municipio Plaza de la Revolución, en la Capital, indican la gravedad de la situación.

Al cierre de los centros de enseñanza, el cese de las actividades laborales consideradas no imprescindibles y la paralización del transporte interprovincial ante el acelerado avance de la epidemia, le siguieron medidas más complejas como el toque de queda aplicado en toda la provincia de Santiago de Cuba. También este 11 de abril se paralizó el transporte público urbano privado y estatal, incluidos los servicios intermunicipales y rurales en todo el país.

Pese a que son medidas que están siendo adoptadas por muchos países del mundo, en Cuba tienen una connotación especial debido a la crisis económica permanente, que se ha intensificado en los últimos tres años. En otras naciones estas medidas han sido acompañadas por programas asistencialistas del Estado que en gran medida han garantizado las condiciones necesarias a las personas para cumplir con la cuarentena.

Muy distinto sucede en el “paraíso socialista cubano”, donde no se puede hablar de apoyo a la población sino de un aumento de la planificación de la miseria. El gobierno cubano no deja de cobrar ningún producto de la canasta básica que oferta a la población en sus tiendas, y hay que mencionar que son ridículas las cantidades y muy mala la calidad de estos. Por estos días están vendiendo un módulo por persona conformado por cinco jabones de baño, uno de lavar y un pomo con detergente líquido. Así como se ha anunciado el incremento de una libra de carne de pollo por persona para todo un mes.

Es evidente que el panorama para Cuba se torna muy oscuro. La gran mayoría de los cubanos no tienen un régimen de vida planificado, sino que viven casi como los animales salvajes, tratando de resolver día a día lo que necesitan consumir. Esta dura realidad, combinada con las medidas para frenar la propagación de la COVID-19, está generando ahora mismo la aceleración del agravamiento de una crisis en el país, que a valoración de muchos y por exagerado que parezca puede llegar a ser más profunda que el “Periodo Especial” de la década del 90.

Al deteriorado estado de la economía que viene arrastrando el país se suma que importantes fuentes de ingresos del Estado cubano, como el turismo y las remesas, ahora mismo se encuentran afectadas por la situación generada por la COVID-19. Pero debemos tener en cuenta, además, que cada día son más reducidos los beneficios que se obtienen de la “colonización” de Venezuela producto a la crisis interna que atraviesa ese país. Así como también que pese al repunte del negocio de las llamadas “misiones médicas”, los últimos contratos distan mucho de alcanzar el volumen que años atrás mantenía.

Lamentablemente Cuba mantiene un modelo económico centralizado donde solo el Estado tiene la facultad de importar y exportar, y aunque ha habido cierta flexibilización en este campo, no ha resultado viable para los ciudadanos porque el Estado hace de intermediario, las posibilidades son muy limitadas y esta práctica económica no constituye un derecho. En resumen, el abastecimiento de los productos de primera necesidad sigue dependiendo tristemente, en su gran mayoría, del gobierno, y en tal sentido este el único responsable de la crisis.

Al valorar todos estos factores se puede concluir que es cuestión de poco tiempo para que la situación se vuelva insostenible. Medidas como normar los productos de consumo de la población y limitar las cantidades que puede adquirir una persona, son indicadores de que el Estado no tiene seguridad de poder mantener el abastecimiento estable.

Ciudadanos de varias provincias analizan que al menos en la crisis de los noventa podían salir a la calle a buscar alimentos y otros productos. Los de la ciudad viajaban al campo y los del campo a la ciudad para hacer comercio, pero temen que de prolongarse las medidas de aislamiento social queden atados de pies y manos frente a las necesidades extremas. En otras palabras, temen que las ciudades comiencen a adquirir cualidades de campos de exterminio.

Una vez más el modelo implementado por el Partido Comunista de Cuba (PCC) con su ineficiencia pone al límite al pueblo. Una vez más surge la expectativa de qué voluntad prevalecerá. El futuro dirá si las crecientes aspiraciones de libertad y los deseos de cambio de los ciudadanos ya son suficientemente fuertes para derribar a la dictadura más vieja y sofisticada del continente americano.

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ACERCA DEL AUTOR

Carlos Amel Oliva Torres

Carlos Amel Oliva Torres

Portavoz y miembro de la directiva de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), líder de su Frente Juvenil. Reside en Santiago de Cuba