Que descaro el de esta gentosa, todo esto a costa del pueblo!
La falsa humildad de Alex Castro, alias ‘Roberto Nabo Duro’
Visitas a discotecas, semanas en Varadero, banquetes, son algunas de las cosas que suele postear el hijo de Fidel Castro en su cuenta de Facebook
LA HABANA, Cuba. – “Un hijo de Fidel Castro fabrica nasobucos”, así han difundido la noticia algunos medios independientes, a partir de una foto de Alex (Alexander) Castro Soto del Valle frente a una máquina de coser, una escena “hogareña” captada por el lente de su actual esposa, Kenelma Carvajal Pérez, quien no es cualquier persona sino la viceministra de Cultura del régimen, encargada de la enseñanza artística.
Divulgada hace pocos días en su cuenta de Twitter, la misma que usa como funcionaria del gobierno, la foto quizás intenta mostrar la faceta “humilde” y solidaria de este “hijo de Papá”, sin embargo, ha provocado reacciones de rechazo y burla sobre todo entre quienes recuerdan aún las otras imágenes bastante recientes de su paseo por las boutiques del lujoso Hotel Manzana, a pocos días de ser inauguradas.
El malestar es aún mayor entre quienes están convencidos de que la escena pudiera no ser más que un golpe de efecto en medio de una situación crítica como la provocada por la pandemia de COVID-19, un intento de mostrarle al pueblo, hundido en la miseria, sin recursos para ponerse a salvo de la enfermedad, que quienes gobiernan y sus familiares están en la misma situación de riesgo, vulnerables, algo que es nada creíble si se revisa un poco los perfiles en redes sociales, donde aparecen el propio Alex Castro y su esposa viceministra frecuentando hoteles y restaurantes, algunos incluso de propiedad compartida, como el bar paladar Tatagua, en la Habana Vieja.
Visitas a discotecas, semanas enteras en el Meliá Las Américas de Varadero donde las habitaciones sencillas cuestan no menos de 270 dólares por noche, descansos en el hotel Nacional, banquetes y recomendaciones de lugares donde beber y comer solo si se cuenta con suficientes dólares en el bolsillo, son de las cosas que suele postear “Roberto Nabo Duro”, que es el pseudónimo usado por Alex Castro para quizás intentar pasar inadvertido en Facebook, un propósito difícil para una personalidad que, a juzgar por el mote, gusta de los alardes, aunque a veces deba reprimirlos, o enmascararlos con otros post donde da loas a la “revolución” que, en definitiva, es lo mismo que celebrar ser hijo de su padre y miembro de la familia que se adueñó del país hace más de medio siglo.
En las fotos publicadas aparece casi siempre junto a su esposa, la viceministra de Cultura que años atrás también ocupara un cargo similar en el Ministerio de Educación, después de escalar desde el simple puesto de maestra, originaria de Bauta, en la actual provincia de Artemisa, hasta convertirse en parte de una familia donde, según comentan algunos allegados, no ha sido recibida con los brazos demasiado abiertos por su suegra Dalia Soto del Valle, quien tampoco tendría a Alex Castro como hijo preferido, un lugar que siempre han ocupado Antonio —dicen que el más consentido, menos austero y mediático de todos—, y sus hermanos más pequeños Alejandro y Ángel, nacidos en 1971 y 1974, respectivamente.
También aparece con frecuencia en las imágenes su ahijado Noslén Rivera Padrón, quien vive junto al matrimonio en la casa que comparten en Jaimanitas, y que además mantiene desde mediados del año pasado un negocio de tatuajes de cierta fama entre los jóvenes de la localidad.
Alex Castro o “Roberto Nabo Duro”, como lo conocen los allegados en las redes sociales, aunque se graduó de ingeniería en Moscú en los años 70, jamás duró más de unos meses en los puestos de trabajo relacionados con su especialidad, debido a su limitada capacidad profesional, según han comentado personas de su círculo de amistades más estrecho.
Fue camarógrafo de la televisión nacional, también de los periódicos Granma y Juventud Rebelde, y en los últimos tiempos fue contratado como fotógrafo oficial del Ballet Español de Cuba, un puesto que le permitiría viajar “justificadamente” por el extranjero con la compañía.
Como es frecuente entre los hijos de las figuras más importantes del régimen comunista cubano, al parecer poco interesados en oficios que requieran demasiado “esfuerzo” y “sacrificio” por la revolución, Alex probó suerte en los caminos del arte, con el apoyo total de su madre, y eligió el lente para convertirse casi de inmediato en el fotógrafo personal de Fidel Castro quien, públicamente, condenaba las “manifestaciones de nepotismo”.
Pero todo indica que era así siempre que no se dieran dentro de su familia, donde absolutamente todos sus vástagos ocuparon y aún ocupan cargos de dirección de gran relevancia, incluso hasta Ángel Castro Soto del Valle, el menor y el único que no obtuvo título universitario, algo que no fue obstáculo para que terminara convertido en representante de la Mercedes Benz en Cuba.
Alex Castro no es una excepción entre sus hermanos, primos y sobrinos pero, teniendo en cuenta apenas el contenido de sus perfiles en redes sociales, tampoco es el que más alarde hace, un puesto que se disputan Tony, modelo de pasarelas e hijo de Antonio Castro, y Sandro Castro Arteaga, hijo de Alexis Castro y propietario de al menos dos bares en La Habana.
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