La Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) es una de las organizaciones cubanas que promueve la campaña “Sin campo no hay país”, que exige al Gobierno liberar de trabas la producción agrícola y busca garantizar los alimentos que necesitan las familias de la Isla para evitar que la actual crisis sanitaria por la expansión del Covid-19 desemboque en una hambruna.
De conjunto con la Liga de Campesinos Independientes, FLAMUR demandó libertad para la producción y distribución de sus productos, para fijar los precios de estos de acuerdo al mercado y para importar y exportar directamente, “incluso de Estados Unidos, donde está comprobado que sus leyes no lo impiden, por nuestra condición de campesinos independientes.”
Además, demandaron eliminar por diez años “todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos” y la entrega de “títulos de propiedad permanentes a todos los productores agrícolas.”
Magdelivia Hidalgo, quien fundó FLAMUR en 1996 como la primera organización de mujeres rurales creada en la Isla, dijo a DIARIO DE CUBA que la campaña “Sin campo no hay país” responde a la preocupación de la organización “porque en Cuba no existe una economía de libre mercado, porque no tenemos libertad económica y la hambruna que se avecina es muy grande”.
Hidalgo explicó que el colectivo independiente tiene una estructura nacional en la que trabajan con proyectos de emprendedores otorgando microcréditos para mujeres del campo, organizando talleres de liderazgo y empoderamiento, de rescate de valores en los niños y de atención a mujeres víctimas de violencia machista, así como desarrollando proyectos de independencia juvenil “donde sacamos a los jóvenes de la droga y el alcohol”.
FLAMUR desarrolló durante la década pasada la campaña “Con la misma moneda”, que recogió más de 41.000 firmas que fueron entregadas a la Asamblea Nacional del Poder Popular exigiendo el fin de la dualidad monetaria que existe aún en la Isla.
Denia Fernández Rey, directora ejecutiva de FLAMUR en el Oriente de Cuba, explicó que actualmente la organización tiene en sus filas 2.125 mujeres de toda la Isla.
“Nuestro propósito es empoderar a las mujeres en Cuba, dado que han sido discriminadas tradicionalmente dentro de la sociedad machista”, dijo a DIARIO DE CUBA.
Tras el lanzamiento de la campaña “Sin campo no hay país”, las activistas han difundido entre los campesinos en qué consiste la propuesta.
“Imprimimos un documento que hemos repartido poco a poco a los campesinos, a personas en las calles, aunque con la situación del coronavirus se nos ha hecho difícil trasladarnos. Varios campesinos nos han visitado para saber cómo sumarse a la campaña”, comentó Fernández Rey.
“Entre las opciones que tenemos está ayudarlos a sembrar, a cosechar, que se preparen bajo la base de la campaña. Personas que jamás pensamos que iban a estar con nosotros nos han dicho: ‘queremos que nos orienten, pero también les vamos a compartir lo que sabemos del campo'”, agregó.
“Queremos que el campesino sea la base de la producción, para darle el alimento al pueblo cubano, a pesar de las dificultades que están teniendo de que no hay combustible, ni fertilizantes. Nuestro propósito consiste en unirnos a los campesinos y unirlos a ellos mismos, que se han distanciado bastante, para evitar la hambruna que está sufriendo nuestro país”, señaló.
Desde Pinar del Río, Lisandra Orraca Guerra, directora ejecutiva de FLAMUR en Occidente, anotó que “parte de la situación que tenemos con la economía tiene que ver con que todo está monopolizado por el Gobierno, por lo que los campesinos no tienen libertad ni autonomía para cosechar lo que deseen, y cuando lo cosechan no lo pueden vender a los precios que estimen convenientes, sino al precio que impone el Gobierno”.
Orraca Guerra subrayó la gravedad de una situación en la que las autoridades prohíben a los productores vender libremente, mientras la persecución a los emprendedores privados se ha agravado con la pandemia del Covid-19.
“A veces se les echan a perder los productos que cosechan, ya que los obligan a vendérselos a Acopio, pero este tampoco los recoge. Están trabajando en vano, porque no le están sacando el fruto a lo que cosechan”, aseguró.
La activista indicó que FLAMUR trabaja con otras organizaciones y personas que han sumado su apoyo a la campaña “Sin campo no hay país” recopilado videos de campesinos y cuentapropistas, e incluso de carretilleros que venden productos.
“Los campesinos tienen el compromiso de querer producir, sembrar, sustentarse con esos productos y de sustentar a quienes los rodean, pero en la situación en que están va a ser casi imposible”, puntualizó. |
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