Por: Martha Beatriz Roque Cabello
La Resolución 63 del 2023, del Banco Central de Cuba, fue publicada en la Gaceta Oficial
Extraordinaria No.26, del pasado 10 de abril. Con ello, están derogando la Resolución 176 de junio de 2021 que prohibía la aceptación del dólar en efectivo por los bancos e instituciones financieras no bancarias. Ello implica la alta relevancia que le ha dado el régimen a esta decisión, que se puede catalogar como una marcha atrás.
Al parecer el nuevo presidente del Banco Central de Cuba, designado de forma reciente, el pasado mes de febrero, Joaquín Alonso Vázquez, que se desempeñaba con igual cargo en las Casas de Cambio (CADECA), ha querido comenzar con una legislación comprometida, no solo desde el punto de vista económico, pero también de forma política.
No podría faltar, este texto en el documento:
“…aun cuando permanecen en vigor las medidas de máxima presión económica que han reforzado en extremo al bloqueo económico, en particular las dirigidas a entorpecer los flujos financieros externos de Cuba e impedir los depósitos en el exterior de dólares estadounidenses en efectivo” Primero que todo, esto representa la realidad de que el bloqueo interno existe, ya que están eliminando una decisión gubernamental que no permitía a los ciudadanos cubanos, ingresar dólares en los bancos y por consiguiente ejercer un derecho económico y financiero.
Además, permite afirmar, que la economía cubana es comparable con un carrusel o tiovivo, es como un círculo giratorio que se pasa todo el tiempo dando vueltas; con políticas económicas llenas de contradicciones, bastaría con echar un vistazo a la más que fracasada “Tarea Ordenamiento”, de la que ya no se habla mucho.
Y es que ahora, le quieren sacar los dólares a los cubanos de debajo de las almohadas; y cabría preguntarse ¿Qué hicieron con las bóvedas que tenían llenas de dólares? Sí, aquellas de las que habló Randy Alonso en la Mesa Redonda. Es como si la dictadura estuviera sin cabeza, porque hasta ayer, como aquel que dice, se hablaba de la unificación del peso cubano.
Para cualquier observador economista, y aunque no lo fuera, las decisiones que toma el mal llamado “gobierno cubano, representante de la Revolución” que en la mayoría de los casos son inesperadas, hacen pensar que en vez de trabajar en un modelo económico estable, el equipo que dirige el país padece de obcecación por hacer que entren a sus arcas, los más que deseados dólares.
Por otra parte, esto confirma que los Bancos son estatales, no importa lo que se haya dicho en el juicio de Londres y que aún se esté buscando al dueño del Banco Central de Cuba, que como es natural, no es su actual Presidente.
Esto trae a colación y partición, que todo parece indicar que la vuelta de la Western Unión no está funcionando como se esperaba.
Ahora bien, desde el punto de vista social, esto crea una nueva diferencia de clases, aquellos que tienen familia en el exterior, tendrán un nivel mejor de vida, basado en los dólares que le dejen los familiares cuando vengan de visita. Antes existía esta superioridad, pero ahora con el movimiento de dólares en los bancos, se hará más visible para todos. Cabría preguntarse ¿Está pasando algo nuevo en la economía cubana que se tomó esta decisión de marcha atrás? Al analizar las justificaciones del régimen para ejecutar esta medida, no parecen algo razonable, y mucho menos tienen credibilidad, más bien están dentro de la línea de mentiras, que acostumbran a decirle a la población cubana.
Cualquier buen observador diría que no, nada nuevo está pasando, porque tanto los servicios como las producciones están en estado de congelación. Hay productos que han desaparecido de manera total del mercado, como por ejemplo los fósforos. En cualquier momento la gente tendrá que coger dos palitos y restregarlos para obtener candela, porque una fosforera está a la altura de los 100 pesos cubanos, lo que implica que si compras la fosforera no tendrás al menos acceso a una libra y media de viandas.
Por otra parte, cuando usted viaja por las carreteras cubanas (la gran mayoría en mal estado) puede percatarse de que no hay nada sembrado, que los campos están sin cultivar, llenos de hierba mala, mucho marabú y pocas cosechas.
En fin, las nuevas regulaciones financieras no son algo que solucionen los acuciantes problemas que existen en el país. Tampoco ayuda el hecho de que a cada nueva situación le quieran poner una curita. Este es un sistema que no funciona y hay que arrancarlo de raíz, para poder comenzar con un nuevo sistema económico, que no restrinja las libertades de los ciudadanos cubanos; no solo de los que viven en el archipiélago, pero de todos aquellos que han tenido que abandonar el país y están en cualquier lugar del mundo.
La Habana, 11 de abril de 2023
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