November 14, 2024

La pertinencia de la lucha NOVIOLENTA en el caso cubano. Por Librado Ricardo Linares García

La pertinencia de la lucha NOVIOLENTA en el caso cubano

La paradoja del Castrismo es que por una parte se lleva a cabo una praxis de plazas llenas de cubanos aplaudiendo discursos kilométricos, asistiendo a procesos eleccionarios donde los resultados les son abrumadoramente favorables, asambleas en centros de trabajo, de estudio y de barrios desbordados de partidarios incondicionales, etc y por la otra aparece con fuerza la perspectiva autoritaria de poder: un máximo líder inamovible y con atribuciones omnímodas, se proyecta que “el poder es auto-perpetuado, durable, ni fácil ni rápido de controlar o destruir”, a lo que hay que añadir, una precariedad de la vida diaria con la que no se sostendría ningún gobierno, en situación comparable. En fin, el Castrismo se ha convertido en un falsificador de primer nivel, pues ha presentado a un régimen totalitario y abusador contumaz de los Derechos Humanos, como un sistema en donde el pueblo lo apoya con entusiasmo y patriotismo. Eso debe ser desmontado para bien de todos los cubanos con las herramientas que les propongo.

La humanidad ha ido encontrando una técnica de lucha que se desmarca del uso de la violencia y su cultura a fin, que se ha denominado: La NOVIOLENCIA ACTIVA, que entre sus presupuestos contiene:

-Los gobernantes no poseen poder intrínseco, pues este debe venirle de afuera, o sea de la sociedad. Retirarle total o parcialmente las fuentes de poder, descritas en la literatura especializada de la Institución Albert Einstein, como: “Autoridad, Recursos Humanos, Habilidades y Conocimientos, Factores Intangibles, Recursos Materiales y Sanciones”, debe estar entre los objetivos a conquistar en cualquiera de los casos.

– Se necesita desarrollar un pensamiento estratégico-táctico que implica identificar los aspectos o necesidades más sensibles, que tengan la capacidad de enrolar a las personas en diferentes campañas, para ser llevadas a cabo con progresión en complejidad y alcance; la implementación de numerosas operaciones tácticas que materialicen cada una de las campañas, las cuales se desarrollan poniendo en práctica una multitud de métodos o armas Noviolentas. Consensuar una gran estrategia orientada a coordinar todos los recursos humanos, morales, intelectuales, políticos, materiales, organizacionales y demás, en aras de conquistar, en nuestro caso, la Libertad y Democracia, son indispensables.

-Según la Institución Albert Einstein, los métodos o armas Noviolentas se dividen en tres grandes grupos: Protesta y Persuasión, No Cooperación e Intervención Noviolenta. El primero, posee 54 métodos divididos en diez sub-clases, los cuales son meros actos simbólicos. Los segundos, presentan 104 métodos divididos en 22 sub-clases y están orientados a rehusarse a participar y con ello socavar el poder de los dictadores. El tercero, incluye 40 métodos que se dividen en 5 subgrupos y son acciones donde se interviene directamente para cambiar la situación. Obviamente la lista de métodos puede aumentar o disminuir según el contexto.

-La Noviolencia es una forma de controlar y usar el poder político sin violencia, opera para debilitar la posición del oponente, restarle apoyo, frustrar la utilización efectiva de sus fuerzas, liberar a las víctimas y por extensión al pueblo, así como a los que están entrampados en las estructuras de poder y no saben cómo ni tienen el coraje para salirse de las mismas.

-Se necesita impartir cursillos, talleres, conversatorios, socio-dramas, etc. para formar no solamente a los líderes sino a otros que remplacen a los mismos, en caso que los victimarios traten de dejar acéfalo al movimiento. Ser líder significa: ser portavoz, ofrecer soluciones inteligentes y eficaces; no impartir órdenes desde posiciones seguras y en consecuencia dar en todo momento un ejemplo corajudo; organizar, exigir disciplina, incluida la noviolenta para evitar que se desnaturalice el movimiento, entre otras. El liderazgo puede ser ejercido por una persona o colegiado.

-Se necesita de un idealismo en sus practicantes, que contenga las creencias siguientes: la defensa de una causa justa, la asistencia de una fuente de fuerza superior (religión, filosofía, ideología, sentido de misión, poder justiciero de algún amigo poderoso, etc); el triunfo de la justicia; el uso de esta técnica, de una estrategia inteligente y de un comportamiento disciplinado y hábil para asegurar la victoria.

-A diferencia del uso de la violencia política, la autenticidad de los usuarios de esta técnica   depende de: el valor; la disciplina; la disposición al sacrificio para alcanzar la meta suprema sin pensar en venganzas; la inteligencia; el conocimiento de la naturaleza y el modo operacional de dicha técnica; el desprendimiento, que incluye la pretensión de legarles a las futuras generaciones un contexto reconciliado, de paz y con calidad institucional.

-El secretismo y el engaño son antitéticos a esta técnica. En otras palabras, la disciplina noviolenta se alcanza mejor con transparencia e integridad que a través de la conspiración subterránea, pero cuando se opera en un sistema donde son conculcados totalmente las libertades civiles y existe un Estado policíaco debe seleccionarse un mínimo indispensable de discreción, en el campo operativo.

-El incremento de la membrecía debe observar dos aspectos: la cantidad y la calidad. Si no se puede constatar que los nuevos ingresos poseen actitudes y aptitudes, es aconsejable no aventurarse con crecimientos que contaminen el grupo. Eso sí, un movimiento contestatario amplio y de alcance nacional que sea disciplinado y perseverante se convierte en irresistible. En los estadíos intermedios hay que ajustar los fines a los medios. Una serie de victorias por pequeñas que sean, levantan la moral de las huestes democráticas.

-El grupo noviolento debe apropiarse y sostener la iniciativa, eso es: saber si (en determinada circunstancia) se actúa o no, cuándo, cómo y desarrollar la capacidad de obtener el máximo de ventaja con los medios disponibles. Debe existir una buena selección de los activistas que van a participar en cada operación táctica, de lo cual se deduce que le son indispensable una buena comprensión de la dinámica del conflicto y estar entrenados en los métodos a aplicar. De ahí la importancia de apropiarse de una filosofía desde la cual se pueda determinar, qué tipo de influencias y presiones debe realizarse contra el oponente. Además, dicha filosofía le da cohesión y sentido de misión al movimiento. Los represores tratan de implementar maniobras para disipar y desviar el accionar cívico hacia otra dirección.

-Los líderes deben estar atentos a cómo se desarrolla el curso de la lucha, pues en ocasiones deben cambiarse las tácticas y armas noviolentas, “ya sea para alternar responsabilidades y peligros de un comando civilista a otro; o quizás a uno menos cansado o más disciplinado. La alternancia puede aumentar las presiones o agregar variedad e interés a la campaña”. La gran estrategia y las estrategias de campañas menores no deben cambiarse, a menos que haya razones de fuerza mayor y después de un análisis exhaustivo.

-No hay sustituto para el vigor cívico ni la determinación de persistir ante la represión en una campaña noviolenta. “Nunca hay que esperar hasta que sea demasiado tarde. Hay que saber cuándo retirarse a una posición defendible y encontrar la manera de corregir” las fallas. Si los planificadores descubren que los de la resistencia están obteniendo muchos mejores resultados de lo esperado o el oponente muestra signo de debilidad, pueden replantearse un nuevo y más acertado accionar cívico para capitalizar nuevas victorias.

-La lucha cívica noviolenta irradia desde los activistas que la practican hacia la comunidad lo siguiente: enfrentamiento y superación de la inconformidad, desesperanza, inercia, impotencia, doble moral, pasividad y miedo. Por otra parte, se incrementa el respeto a sí mismo, la confianza, la conciencia de su propio poder e impulsa la capacidad de asociatividad en aras de conformar una agenda compartida y consensuada de reivindicaciones.

-Las campañas noviolenta exitosas producen fraternidad entre los discrepantes, la conversión de integrantes de las instituciones militares, de policías y de la clase política vinculada al poder, apoyo amplio de terceros y un aumento sustancial de la no cooperación al régimen confrontado. A esa arma Noviolenta conocida como jiu-jitsu político, le es indispensable para su concreción el no ejercer la violencia síquica ni física por parte de las víctimas; y el mismo desequilibra políticamente a los victimarios, y en consecuencia propicia que la represión se les revierta y debilite su poder.

-Por razones obvias, no se exige amar a los victimarios aun cuando ese refinamiento facilita el arduo camino a recorrer, pero no odiarlos ni acosarlos potencia sobremanera la efectividad de la noviolencia activa, por lo tanto, lo uno o lo otro, debe ser incorporado como sustrato del pensamiento y las consiguientes acciones cívicas.

-La efectividad de la noviolencia activa no depende tanto de la sorpresa, el lugar ni de la novedad de los métodos utilizados. Ésta es una técnica de naturaleza social y humana, por tanto, sus resultados estriban básicamente de la sustancia de las acciones, el acierto en la selección e implementación de las estrategias de campañas, así como del desempeño de los activistas en términos de: la participación continua en la lucha, no someterse al miedo, el mantenimiento de la disciplina, no practicar la violencia psíquica ni física y no personalización del conflicto. A diferencia del uso de la violencia, en la aplicación de esta técnica de lucha varían con facilidad las percepciones humanas y con ello las adhesiones o retiro del apoyo a uno u otro bando.

-Los éxitos a corto plazo no pueden ser a costa del debilitamiento del movimiento demandante ni fortalecer a los represores, de ahí la importancia de desarrollar una visión estratégico táctica anclada en la historia, cultura, entorno regional y mundial, los puntos fuertes y débiles de ambos contendientes, la tipología del régimen, etc; donde se tenga previsto qué hacer en el corto, mediano y largo plazo, así como de qué forma actuar de conformidad con la filosofía de la Noviolencia que le asiste.

-A diferencia de las sanciones a los traidores e indisciplinados que se aplican en los grupos que utilizan métodos violentos, tales como los fusilamientos, encarcelamientos, etc, en el movimiento Noviolento se apela a la persuasión y cuando esta no es suficiente se incluyen: vigilias, oraciones públicas, publicar los nombres de los desertores, agentes encubiertos e infractores, suspensión de membrecía, boicot económico, ayunos e interposición noviolenta, etc. En ninguno de los casos se debe usar la intimidación ni la aplicación de correcciones que afecten la integridad física del transgresor.

-Se debe determinar qué estructura de liderazgo y sistema de comunicación operativo funcionará mejor, así como cuáles serán las reglas de funcionamiento mejores para tomar decisiones y qué medios de comunicación se implementarán para mantener orientados a los activistas y a la población.

-Se deben realizar informes periódicos de la dinámica del conflicto y hacerlo saber a la población, a las instituciones del régimen y a la prensa internacional. La información que se emita debe ser rigurosamente veras, de modo que no quepan las exageraciones y las reclamaciones infundadas.

-Se deben realizar planes constructivos independientes: económicos, sociales y educacionales, de modo que el movimiento crea o ensanche espacios de participación ciudadana y desarrolle la capacidad de enfrentar las necesidades, incluso de su propia gente en el conflicto.

-El grupo Noviolento debe agotar todas las posibilidades en la mesa de negociación ante de acometer un accionar cívico como parte de una campaña. Esto propicia que los activistas Noviolentos crezcan espiritual y humanitariamente y con ello aumenta su energía cívica y determinación. La literatura especializada de la Institución Albert Einstein ofrece cuatro mecanismos de cambios: conversión, adaptación, coerción Noviolenta y desintegración, los que deben ser seleccionados, uno o varios, teniendo en cuenta cuales son las pretensiones de los demandantes y la naturaleza y capacidad de neutralización del régimen demandado. Teniendo en cuenta la relación de poder existente en nuestro país, y los valores concomitantes a esta técnica de lucha, creemos y proponemos como posibles, la utilización de los tres primeros.

-A diferencia de otras técnicas de lucha, la Noviolencia activa promueve la emergencia del ciudadano y una urdimbre de instituciones de la sociedad civil y política, de modo que se produce una recomposición de la relación de poder: se achica el Estado opresor y se ensancha el de la sociedad, y con ello se logra una suerte de “Libertad de facto”, condición necesaria y suficiente, para una verdadera transición hacia la Gobernanza Democrática. Ese traspaso de poder del Estado hacia el ciudadano le ofrece poderosas herramientas para enfrentar los muchos retos del momento y del futuro.

-La Noviolencia ofrece muchas más oportunidades de triunfo que la violencia política, sin embargo, su utilización no garantiza una transición exitosa hacia la Libertad y la Democracia en nuestro país, porque se corre el peligro que se produzcan transformaciones no deseadas, e incluso, en las circunstancias de un cambio de régimen, una futura regresión hacia alguna forma de autoritarismo. “Como en todos los conflictos, los resultados son una mezcla de victorias y derrotas en proporciones diferentes”. De ahí la importancia de realizar una planificación estratégica inteligente y eficaz, así como una buena preparación de los líderes. De lo que no cabe dudas, es que la Libertad y la Democracia serán una realidad en nuestro país, asistidas en la consecución de sus objetivos por la NOVIOLENCIA ACTIVA y protagonizada por sus exponentes.

NOTA: Estos apuntes tienen como referencia la bibliografía de la Fundación Albert Einstein, el “Curso para la Formación de Líderes”, que yo conformé y la experiencia acumulada en decenas de años en el ejercicio en esta técnica de lucha.

Librado R. Linares García, secretario general del MCR.