OPINIÓN SOBRE CUBA

Brigada 2506: Los soldados de la libertad de Cuba

 
Hialeah Gardens está a punto de abrir las puertas del nuevo museo de la Brigada 2506, junto al complejo recreativo Westland Park. 

Han pasado 58 años. Entonces nos latía con fuerza el pulso de la vida, la vibrante juventud, la doctrina de Martí, éramos lo que habíamos soñado ser, soldados de la libertad unidos en la hermandad del sacrificio. Latidos que vibran hoy en el recuerdo imborrable de los héroes y el orgullo del deber cumplido.

Bahía de Cochinos es posiblemente la batalla librada en suelo patrio, cuyo nombre resulta más familiar en la memoria de los cubanos ya que en ella se decidió el destino de una Cuba libre y próspera o tiranizada y miserable.

Allí los cubanos, todos los cubanos, hicieron derroche de coraje, pero la traición de los políticos en Washington le dio la victoria a la tiranía. La premisa esencial de la derrota es que hubo políticos que dieron órdenes incoherentes que impactaron fatídicamente los planes militares. Decisiones confusas, absurdas y cobardes que condenaron la batalla al desastre.

Bahía de Cochinos tiene su origen en el contexto de la Guerra Fría y el peligro potencial de que la Unión Soviética instalara cohetes nucleares en la Cuba que aceleradamente se integraba al bloque comunista.

El 17 de marzo de 1960, el presidente Dwight Eisenhower aprobó crear una fuerza de apoyo a la lucha clandestina formada por jóvenes exiliados con instrucciones de que la ayuda de Estados Unidos tenía que mantenerse en el más estricto secreto. Primer grave error por la envergadura del proyecto. Pero en el verano de 1960, la Casa Blanca resolvió dar un golpe decisivo con una brigada de combate, que habría de desembarcar en la bahía de Casilda-Trinidad, junto a las montañas del Escambray.

En noviembre de 1960, John Kennedy fue electo presidente de Estados Unidos. A los pocos días, Allen Dulles, director de la CIA, le informó sobre los detalles secretos del desembarco planeado para efectuarse por Trinidad. Especialmente se le explicó que el éxito dependía del control del espacio aéreo en la isla. El 4 de enero, la nueva administración recibió un informe del Pentágono que no dejaba lugar a la duda: “Se considera crucial que la Fuerza Aérea cubana, capaz de dar resistencia al desembarco, sea destruida antes de que las tropas lleguen a la playa”.

El 30 de enero, el Pentágono y el presidente Kennedy aprobaron el desembarco, pero en pocas semanas altos funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional, presentaron objeciones al plan de acción.

En esta coyuntura, el secretario de Estado, Dean Rusk propuso eliminar el plan de Trinidad por estar en una zona altamente poblada. Cuatro semanas antes del desembarco, Bahía de Cochinos fue apresuradamente seleccionada como playa alterna. Grave error.

Finalmente, el 4 de abril de 1961, Kennedy autorizó que todos los efectivos militares que integraban la Brigada 2506 entraran en acción para liberar la patria. La fecha escogida fue el 17 de abril. Pocos días antes, los grupos de infiltración penetraron clandestinamente en suelo cubano para ayudar a la resistencia interna. Los pilotos, tripulaciones navales, personal de apoyo y los batallones comenzaron a desplazarse hacia sus objetivos. Fue un momento de enorme emoción. Sentimos el orgullo de ser los soldados de la libertad.

El 14 de abril, el presidente cometió otro gravísimo error al ordenar reducir a la mitad los aviones que participarían, al día siguiente, en el ataque inicial.

Decisión negativa porque limitó la efectividad del golpe militar y se perdió el factor sorpresa. A Castro le quedaron siete aviones que incluían dos reactores T-33 y dos Seafury más veloces que las naves áreas de la Brigada. Después vino la última y desastrosa decisión: la cancelación de todos los ataques aéreos a las bases de Castro, antes de iniciar el desembarco.

Es evidente que, durante la operación de Bahía de Cochinos, el presidente Kennedy exhibió una manifiesta ausencia de liderazgo. Su conducta errática fue factor esencial del desastre.

En la Brigada participaron hombres de todas las clases sociales de Cuba: estudiantes, obreros, profesionales, banqueros, maestros, periodistas, industriales y campesinos. Sus hijos respondieron presente al llamado de la patria.

Así fue como en aquellos días de abril de 1961 se vio brillar la bandera de la estrella solitaria que fue estandarte de hermandad en el combate, y sudario glorioso de los héroes de la Brigada 2506.

Pedro Roig, Esq. es director ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos. Tiene una maestría en artes de la Universidad de Miami y un doctorado en derecho de la Universidad de St. Thomas. Ha escrito varios libros, entre ellos “La muerte de un sueño: Una historia de Cuba y Martí: La lucha de Cuba por la libertad”. Es veterano de la Brigada 2506.