Cuenta atrás para la regularización de las redes inalámbricas
Los usuarios se dividen en la estrategia a seguir ante las restricciones impuestas por el Gobierno
La Habana |
,Miles de usuarios de la red inalámbrica SNet (Street Network) contienen la respiración desde este lunes y así se mantendrán durante dos meses, el plazo que establece la nueva ley sobre redes inalámbricas para que los usuarios declaren sus dispositivos y acaten las normas sobre potencia de transmisión.
Las conexiones inalámbricas han abandonado el terreno de la alegalidad para someterse a una legislación que no ha agradado a muchos de sus usuarios actuales, molestos con los límites técnicos que plantea.
Los que tienen antenas inalámbricas dirigidas hacia el exterior de sus viviendas cuentan con 60 días para declarar sus equipos. La potencia de los equipos no podrá superar los 100 milivatios (mW) o 20 dbm, una capacidad muy por debajo de lo que permite un Mikrotik, un Bullet o un NanoStation, los dispositivos más populares en la Isla.
“Ha venido mucha gente a leer y a preguntar pero solo uno o dos a comenzar el proceso de legalización”, cuenta una empleada de la oficina de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba
“Ha venido mucha gente a leer y a preguntar pero solo uno o dos a comenzar el proceso de legalización”, cuenta una empleada de la oficina de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) situada en los bajos del edificio Focsa, en La Habana. En estos locales se pueden leer carteles con los detalles de la ley, la nueva licencia que pueden obtener los administradores de los nodos y los detalles técnicos que deben cumplir los equipos.
A lo largo de su historia, cuyos inicios algunos ubican hace casi una década, SNet ha vivido múltiples encontronazos y divisiones. “Entre los administradores que quieren cobrar y los que prefieren mantener el servicio libre, entre los que aplican con más fuerza la censura sobre ciertos temas y los que son un poco más relajados”, explica Yosuan García, un usuario que utiliza la red en uno de sus nodos del municipio de Playa.
“Pero ahora estamos viviendo otra pelea interna y tiene que ver con cómo se posiciona cada cual ante esa nueva legislación”, aclara. “Están los que quieren obedecer al pie de la letra, lo que nos condenaría a la muerte como red, porque para respetar la potencia establecida tendríamos que multiplicar varias veces los dispositivos y antenas que tenemos ahora y eso no hay bolsillo que lo aguante”.
En el otro bando, se encuentran quienes apuestan por convencer al Gobierno de que haga una excepción con esta red e, incluso, que Etecsa utilice la infraestructura que ya está montada para acelerar la informatización de la sociedad cubana. “O sea, que vean a SNet como un intento desde la comunidad y desde la propia gente para acceder a contenido que no tiene nada que ver con política ni con disidencia”.
El tercer grupo en que se ha dividido la red está compuesto por “los rebeldes, que quieren seguir como estamos y ver qué pasa aunque creen que el Gobierno no nos va a permitir seguir existiendo y que esta resolución es para finalmente borrarnos del mapa”, lamenta el joven. Él se ubica en el segundo “piquete de usuarios”, dice. “Creo que todavía se puede lograr algo si no nos ponemos como cimarrones”.
El pasado 23 de junio se produjo una protesta en Twitter con la etiqueta #YoSoySNet, pero no logró convocar a un número significativo de internautas. Muchos de los usuarios de la red no tienen cuentas en esa red social ni poseen los recursos económicos para costear los altos precios de los paquetes de navegación web desde los móviles ni de una hora de conexión en una zona wifi.
“No todo está perdido y creo que hablando la gente se entiende, así que vamos a hablar”, comenta a este diario un administrador de un nodo en el municipio San Miguel del Padrón que prefiere ser identificado como Dark, para evitar “que las conversaciones con las autoridades se hagan más difíciles”. Graduado en la Universidad de Ciencias Informáticas, el joven pertenece al grupo de administradores que ha optado por el diálogo.
“Este mes vamos a tener otra reunión en el Ministerio de Comunicaciones y esperamos que, con toda la visibilidad que ha tomado esto, nos permitan tener una licencia especial para seguir operando con nuestros equipos y llevar nuestro servicio a los mismos lugares y más de donde estamos ahora”, indica con optimismo.
“Este mes vamos a tener otra reunión en el Ministerio de Comunicaciones y esperamos que, con toda la visibilidad que ha tomado esto, nos permitan tener una licencia especial”
A través de SNet sus administradores hicieron un llamado a la calma y publicaron una breve nota asegurando que “los pilares seguirán funcionando, así como toda la infraestructura de la red”. Además, confirmaron la reunión con el Ministerio de Comunicaciones para “esta semana o la próxima”.
Ernesto de Armas, uno de los usuarios, llamó a través de Twitter a unirse y presentar batalla para salvar la red. El internauta considera que la nueva normativa va dirigida a acabar con SNet porque es una iniciativa ciudadana alejada del control oficial. “La red es nuestra y ellos no tienen manera de controlarla y eso les asusta, además yo tengo la sospecha de que también les molesta”, agrega.
“En medio de un país sin recursos, con represión policial institucionalizada, con control excesivo de la vida personal de los ciudadanos, (les molesta que) hayamos sido capaces de levantar una red que ellos en 60 años no han podido, les duele que les recordemos su incompetencia, les duele la libertad que se respira en Snet”, remacha.
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