September 22, 2024

ECONOMÍA ¿En cuál barco llegará el café coyuntural?

ECONOMÍA

¿En cuál barco llegará el café coyuntural?

JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana

Casi dos horas estuvo Ana Lidia Chacón en una cola del centro comercial Galerías Paseo para comprar un paquete de café Guantanamera. Su único vicio, “una taza de un buen café recién hecho“, la obligó a recorrer durante una semana los establecimientos pertenecientes a la cadena de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) en La Habana.

“No me gusta comprar el paquete de Hola por la calle. Es el más barato que se consigue, pero casi siempre está tan adulterado que a veces (la cafetera) ni cuela”, explicó Chacón en referencia al café que el Gobierno de la Isla distribuye, a precio subsidiado (cuatro pesos moneda nacional), por la cartilla de racionamiento.

Un sobre de café Hola, de 115g por cada consumidor, se revende en el mercado negro al precio de 15 pesos moneda nacional. Este producto se comercializa mezclado con un 50% de otros granos, mayormente chícharos.

Habaneros preguntados en distintos territorios de la ciudad coincidieron en que el mercado negro no se abastece únicamente por la vía de aquellos consumidores que venden su cuota mensual, sino también de fábricas artesanales clandestinas donde se remezcla el café.

“La calidad es generalmente malísima, y si echas demasiado polvo en la cafetera corres el riesgo de que explote o, en el mejor de los casos, que no cuele”, dijo Elena Mendoza Ruiz, jubilada y vecina del Cerro, quien lamentó no poder permitirse el lujo de comprar un café mejor en las TRD.

Al menos cuatro de los revendedores preguntados habían subido el precio del paquete de café Hola a 20 pesos moneda nacional.

El precio de un paquete de café Guantanamera, de 250g y 500g —que produce la empresa CubaCafé—, asciende a 3,45 y a 7,00CUC, respectivamente, siendo uno de los más barato de los que se comercializan en pesos convertibles.

A inicios del pasado mes de noviembre, José Luis Nodal, director de la UEB Torrefactora de Café, de la provincia de Camagüey, reconoció que, aun cuando se había recuperado ligeramente la distribución de café de la canasta familiar de noviembre, la normalización de la entrega en toda la provincia podría extenderse a consecuencia de los atrasos en la producción actual.

Según las declaraciones del funcionario, las limitantes que confluyeron casi al unísono obligaron a la utilización de leña para suplir algunas operaciones fabriles.

También hubo déficit del nailon litografiado importado para el envasado del café.

Sector privado descafeinado

Administrador de una cafetería privada, Lachi ha tenido que hacer malabares durante el último mes y medio para mantener en oferta el café, el producto que más le genera ganancias por estar ubicado su establecimiento en los alrededores de dos fábricas, un centro hospitalario y media docena de empresas estatales.

“El café que siempre compro viene directamente de la torrefactora y ya envasado en los sobres de Hola. En otras ocasiones, cuando está difícil el ambiente, compro las bolsas grandes, que cuestan tres CUC, y que se destinan a los negocios del Estado, porque este café no está ‘santiguado’, es de muy buena calidad”, relató Lachi, que vende cada taza de café a dos pesos.

Sin embargo, en las últimas dos semanas Lachi tuvo que recurrir a las fábricas artesanales clandestinas. La clientela habitual se quejó por la mala calidad del café y se vio obligado a bajar el precio.

“¿En cuál barco llegará el café coyuntural?”, ironizó un dependiente de la cooperativa de la Terminal de Ómnibus Nacionales, repitiendo el adjetivo (“coyuntural”) que utilizó el Gobierno para referirse a la crisis de combustible en el país.

“Aquí el café que ofertamos es Serrano o Cubita, y podemos venderlo a cuatro pesos la taza. Lo que tenemos en almacén no alcanzará ni hasta la mitad de este mes, así que no sé cómo los administradores se las van a arreglar, porque incluso en las TRD está desaparecido, y nosotros no podemos vender el Hola porque explotamos”, añadió el trabajador.

Aunque los funcionarios del Gobierno aseguraron que con el aprovisionamiento de recursos actual “pudiera lograrse que en diciembre el café llegue a la cafetera de los hogares”, la población está escéptica.

“La tendencia ante la escasez es la subida de los precios en el mercado clandestino, y eso significa otro desangramiento para el bolsillo obrero, que no puede darse el lujo de comprar en las TRD ni Serrano, ni Cubita, ni Arriero, ni Regil”, criticó Alexis, administrador de una bodega en la barriada de Altahabana.

“Muchísimo menos pueden comprar los que llegan desde Miami, como Pilón, La Llave, o Bustelo, que ya están sustituyendo en el mercado negro a los de las TRD”, señaló.

“Lo que queda para el cubano de a pie es el café de la bodega, cada vez más adulterado por los revendedores, y rezar porque la situación sea coyuntural de verdad”, concluyó el bodeguero.