El Consejo de Ministros confirmó la crisis económica que padece Cuba, reiteró medidas ya anunciadas en mesas redondas y reuniones previas; mientras que el presidente Díaz-Canel insinúo un acelerón en algunas reformas; tras “un fructífero intercambio” de los implicados en el plan de ajuste, dijo el periódico Granma.

Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía reiteró las malas noticias que viene generando Cuba desde septiembre de 2019, y avanzó algunas líneas para el presupuesto del año que viene que intentará ahorrar, priorizar producciones nacionales y exportaciones y amortiguar el impacto social sobre los empobrecidos cubanos, según el reporte del periódico oficial de la reunión de este domingo en La Habana.

El ministro lanzó un claro aviso: “Una economía con cero turismo, y arreciamiento del bloqueo (norteamericano), no puede seguir trabajando normalmente y que nada pase”; y anunció una reducción de gastos para salir de la crisis; contradiciendo al presidente Díaz-Canel, que criticó a ultraliberales y elogió el papel desempeñado por el estado cubano.

Díaz-Canel Bermúdez insinuó que acelerarán reformas económicas ya previstas en el ordenamiento jurídico cubano, sin concretarlas, pero relacionadas con modos de “gestión y propiedad; el redimensionamiento del sector empresarial y del privado”; y la relación entre ambos, que ha sido positivo en el enfrentamiento de la pre epidemia de coronavirus, aunque Granma citó textualmente al mandatario con el término “pandemia”.

Manuel Marrero Cruz reiteró los habituales llamados a ahorrar y evocó al General de Ejército Raúl Castro Ruz que habría dicho: El ingreso más seguro es el ahorro.

Rodrigo Malmierca Díaz, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera reconoció que una “estrategia integral de exportación de bienes y servicios” se incumplió en 2019, debido a factores externos como el “bloqueo”, e internos como la “todavía limitada acción proactiva del empresariado” cubano.

El titular de Comercio Exterior elogió la actividad de su homólogo de Energía y Minas, Livan Arronte Cruz, en materia de exportaciones que generan “importantes ingresos” y anunció que esas ventas aún tienen mayor potencialidad.

Las ilegalidades e indisciplinas en materia urbanística, que “ocurren a la vista de todos”, fueron achacadas a la tolerancia de “intendentes y gobernadores”, que no han establecido un sistema de vigilancia en sus territorios; mientras que la Controlaora General, Gladys Bejerano, informó de ilegalidades y corrupción administrativa en 2019, que tampoco Granma detalló.

Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, presentó la nueva Política para la protección del Patrimonio Cultural, que actualizará una ley vigente desde hace 40 años y está inspirada en indicaciones de la UNESCO; la nueva norma será aprobada por la Asamblea Nacional en esta legislatura.

El resto de la reseña de Granma consiste en las habituales evocaciones a José Martí, atribuidas al presidente cubano y los repetitivos llamados a hacer más con menos, a aprovechar experiencias de crisis anteriores y de la actual, que insisten en vincularla al coronavirus.

Díaz-Canel aprovechó su intervención para ideologizar la crisis, criticando al neoliberalismo y asegurar que los países que mejor soportan la crisis son en los que ha “existido una intervención eficiente del estado”.

“Nosotros, por eso, en estas condiciones, estamos en una situación mejor”, aseguró el mandatario.