Dos oficiales de la Seguridad del Estado detuvieron al periodista de DIARIO DE CUBA Yoe Suárez este lunes en La Habana y lo condujeron a un sitio desconocido con los ojos vendados para interrogarlo.
De acuerdo con la denuncia del reportero, desde el viernes el oficial René, como se hace llamar el agente que lo “atiende”, lo había visitado con el supuesto argumento de que “quería hablar conmigo”.
“Este lunes, mientras estaba en una cola, recibo una llamada de un número desconocido”, comentó Suárez. “Luego, casi al mediodía, cuando terminé unas gestiones personales y volvía a mi casa, noté que era seguido por 5ta Avenida”.
Una vez que el periodista se detuvo ante un cajero automático, se le presenta el oficial René para insistir en que tenía que hablarle, aunque en esta ocasión precisó que se trataba del mayor Armando, un oficial de su sección, quien quería sostener el encuentro.
Como Suárez insistió en que el mayor se presentara en el lugar para sostener la conversación allí mismo, René dijo que lo iba a llamar. “A los diez minutos llega un auto Geely gris plateado matrícula P035908 con René y el mayor Armando. Me pidieron entrar al carro para llevarme a un lugar para conversar”.
Cuando el reportero se negó a subir al vehículo, el oficial superior le pidió su carnet. Al negarse a entregarlo, este amenazó: “Estás conducido y tienes que venir con nosotros. Dime si tengo que esposarte o vienes por las buenas”.
De camino a un sitio cercano a la rotonda de La Muñeca, en el oeste de La Habana, y después de ocuparle el teléfono celular, los agentes entregaron a Suárez un paño verde para que se cubriera los ojos. “No puedes ver a dónde vamos”, dijeron.
“Era un lugar cerrado, con aire acondicionado, parecido a una casa”, contó el periodista, quien refirió el interrogatorio que, con presunta afabilidad y en un “ambiente hogareño”, le hicieron los represores.
“Me dijeron que yo no debía sentirme realizado como periodista trabajando para DDC en Cuba, porque cuántos de mis artículos han logrado un cambio”.
Entonces, los agentes insistieron en invitarlo a trabajar “en la misma trinchera que nosotros”.
Suárez preguntó si lo estaban invitando a publicar en un medio estatal, y le dijeron que no: querían que siguiera en DIARIO DE CUBA. “¿Quieren que haga trabajo de inteligencia en DIARIO DE CUBA”, insistió Suárez, a lo que le respondieron que “no, no, a DIARIO DE CUBA nosotros lo tenemos penetrado hasta los huevos”.
A pesar de esa supuesta “penetración”, los agentes le dijeron a Suárez necesitar “que nos envíes antes los trabajos para saber qué debemos cambiar, para impactar sobre eso, para saber cuáles son las críticas. Nos interesa lo que tú no cuentas”, ahondaron, insistiendo en lo importante de recibir los trabajos con antelación.
También mostraron interés en saber cuánto ganaba Suárez como periodista en DIARIO DE CUBA, mostrándole un supuesto organigrama y especulando con cifras mensuales. También le preguntaron si, en algún momento, no había pensado abandonar el país, solo o con su familia.
Finalmente, tras insistir en el deseo de sostener futuras conversaciones con él, y de invitarlo incluso a quedarse a almorzar juntos en la casa adonde lo habían conducido con los ojos vendados, ante la negativa del periodista, lo trasladaron en el propio auto y lo liberaron en las cercanías de su casa.
La policía política no ha dejado de molestar a Suárez desde que comenzó 2020, con énfasis durante las semanas de crisis sanitaria provocada por el Covid-19. A inicios de mes, fue citado e interrogado por el jefe de sector de la Policía en su barrio por una pila de arena de construcción de un familiar que está almacenada en un área en desuso de su vivienda.
Eso, una semana después de que la Seguridad del Estado lo amenazara con represalias por su trabajo.
La de este lunes es la séptima ocasión en que las autoridades molestan a Suárez y a su familia durante la cuarentena por el nuevo coronavirus para citarlo, “interrogarlo” o amenazarlo. También su madre ha sido molestada por similares razones desde marzo pasado hasta la fecha. |
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