Cristian Pérez Carmenate: “No sé hasta cuándo mi organismo aguante”
Tras golpizas, cárcel y negligencias médicas, la lucha del opositor por sobrevivir es ardua. Confinado a una silla de ruedas la mayor parte del tiempo, depende casi totalmente de su madre y su esposa
SANTIAGO, Cuba. – El prisionero político Cristian Pérez Carmenate denunció a CubaNet que su condición de salud empeora cada día más y que el régimen se resiste a brindarle una adecuada atención médica.
El pasado 15 de mayo acudió a una cita con el ortopédico, sin embargo, el especialista no le ofreció un diagnóstico concluyente. En la consulta, el activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide explicó al médico todos los detalles de su evolución y la cadena de negligencias médicas que sufrido.
El 12 de agosto de 2019, Pérez Carmenate fue detenido y brutalmente golpeado por agentes de la Policía política. El hecho le provocó una fractura en su brazo derecho. Aun así, fue enjuiciado y enviado a la prisión “El Típico”, en Las Tunas.
Allí permaneció 40 días sin recibir ninguna atención médica. “Ni analgésicos me daban, solo recibía los que mi mamá me llevaba”, lamentó.
No fue hasta el 4 de octubre que las autoridades del régimen permitieron que fuera intervenido quirúrgicamente. Los especialistas le colocaron un fijador externo que casi cubre toda su extremidad.
Este aparato debía haberse retirado entre siete y diez semanas posteriores a la intervención, pero casi siete meses después, el opositor aún porta el fijador. Debido al retraso, presenta una severa infección.
“El dolor es muy intenso y he tenido que hacer continuos ciclos de antibióticos para que no se empeore el cuadro, pero no sé hasta cuando mi organismo aguante”, reveló el opositor.
Por otra parte, Cristian está prácticamente inválido a causa de presuntos tumores que le fueron detectados en su pierna izquierda y en el brazo dañado.
“Yo no entiendo nada. Supuestamente ya se me habían desaparecido los tumores, pero ahora me dicen que reaparecieron, no sé si es mala suerte o están jugando conmigo”, lamentó.
“Esta condición se llama mieloma múltiple y consiste en la malignización de las células plasmáticas que se encuentran en la médula ósea, encargadas de producir los anticuerpos que ayudan al organismo a atacar y destruir los gérmenes. El mieloma desplaza a estas células y el organismo se queda indefenso ante las infecciones”, aclaró a CubaNet el doctor Roberto Serrano.
Pérez Carmenate estuvo recluido durante tres meses y 27 días. En ese tiempo sufrió torturas físicas y psicológicas a manos de las autoridades carcelarias. Él y su madre no pararon de exigir atención médica, por ese motivo que le concedieron una licencia extrapenal.
Este beneficio debió vencerse el pasado 8 de mayo, pero como se han agravado sus problemas de salud y todavía requiere tratamiento, no lo han regresado a la prisión. Su condena debe terminar el próximo 9 de agosto.
La lucha del activista por sobrevivir es ardua. Confinado a una silla de ruedas la mayor parte del tiempo, depende casi totalmente de su madre, Yolanda Carmenate, y de su esposa.
Ambas han tenido que conducir la silla por tres kilómetros, que es la distancia entre su vivienda y el hospital. Cuando solicitan una ambulancia o un taxi, les dicen que su caso no es prioritario. Tampoco la doctora de la comunidad ha visitado al opositor, bajo la justificación de que “teme subir las escaleras”.
“La doctora de mi consultorio debería venir todas las semanas a verme porque mi licencia extrapenal es por problemas de salud. Sin embargo, jamás ha venido porque dice tener miedo a la escalera, pues vivo en alto”, recalcó el activista.
Debido a estos actos de negligencia y malos procedimientos médicos, Cristian interpuso una demanda a principios de abril en la Dirección Provincial de Salud de las Tunas, pero todavía no ha recibido ninguna respuesta.
Al contrario, sus dificultades para trasladarse se han agudizado tras la crisis generada por la pandemia de coronavirus. Asimismo, está teniendo serios problemas para conseguir los medicamentos que necesita debido a la escasez.
Recientemente, el preso político denunció en su página de Facebook que su madre tuvo que comprar un tubo de amoxicilina en 17,65 CUC en la farmacia internacional, puesto que no estaba disponible en las convencionales.
El único apoyo que ha recibido Cristian Pérez Carmenate es el de su familia y el de la UNPACU. Su caso es muy parecido al de la Dama de Blanco Xiomara de la Cruz Mercedes, pues, igual que ella, entró saludable a prisión y salió enfermo.
Lo más triste es que hoy Xiomara presenta un daño pulmonar posiblemente irreversible, tras haber sido expuesta a químicos durante el tiempo que estuvo en prisión; y Cristian también podría padecer complicaciones críticas y definitivas si no recibe atención médica de inmediato.
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